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Comunicado de H.I.J.O.S.

alvaro, Lunes, Julio 15, 2002 - 14:17

H.I.J.O.S.

Alumnos ejemplares y maestros intachables

El 26 de junio los que habíamos sufrido la pérdida irreparable de un familiar, un amigo, un compañero, un conocido lejano que uno sabe cerca por estar en la misma lucha, tuvimos que sufrir además el coro de los obsecuentes repitiendo que "los piqueteros de la Anibal Verón son violentos". En otras palabras, que algo habían hecho para merecer esas muertes. Inclusive que "se habían matado entre ellos porque tienen enfrentamientos feroces". Qué parecido, sino igual, a cuando en la dictadura aparecían cadáveres en las calles y el gobierno militar se los endilgaba a Montoneros o por el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), cuando eran ellos quienes los habían ejecutado cobarde y salvajemente.

Y así, a pesar de que la documentación que muestra a las claras quiénes son los asesinos y quiénes son las víctimas, ha quedado flotando la idea de que los piqueteros en general y los de la Coordinadora Anibal Veron en particular, son violentos. En una definición de violencia bien aprendida por alumnos ejemplares de la dictadura o enarbolada por los mismos ideólogos del genocidio que se hicieron sus agosto en estos días. Nunca se supo cuáles eran los actos violentos, porque nadie ha sido nunca herido por los integrantes de la Anibal Verón, no se los ve dedicarse a destruir vidrios ni autos y las "armas" que empuñan son evidentemente defensivas y no buscan generar conflicto (pañuelos en la cara para poder respirar si hay gases lacrimógenos, cascotes y algunos palos para intentar frenar la avanzada policial y que los más débiles puedan huir).

La violencia es, evidentemente, para estos alumnos y maestros del discurso del miedo, organizarse, no tener jefes ni caudillos, salir a la calle a pelear por lo que se cree justo, no transar con los gobernadores de turno, atreverse a imaginar una sociedad distinta y ejercer los valores de esa sociedad en el aquí y ahora en lugar de esperar a que ese cambio suceda para ser solidarios, éticos, incorruptibles; construir poder popular a través de buscar y encontrar soluciones autogestivas a los problemas cotidianos. Una definición de violencia que enseñó la dictadura por todos los medios (y a través de los medios) para que a todo el mundo le quedara claro que lo que estaban combatiendo no era "la insurrección armada" (que ya estaba derrotada antes de 1976) sino a la gente organizada luchando por un destino mejor. Si esto es violencia (ahora y entonces) nosotros, humildemente, tratamos de ser violentos: nos organizamos sin jefes ni caudillos, salimos a la calle a pelear por lo queremos, generamos nuestra propia justicia con los escraches, buscamos soluciones autogestivas a nuestros problemas cotidianos, no transamos con nadie, e intentamos todos los días ser mejores personas y mejores compañeros.

No hubo errores, no hubo excesos

Los torturadores y genocidas que componen las fuerzas represivas no sólo no han sido castigados sino que siguen en sus puestos, cometiendo en muchos casos las mismas atrocidades que en los años de la dictadura. Siguen sucediendo en democracia desapariciones, "gatillo fácil", torturas en las comisarías y fuerte represión a los luchadores populares.

Las Fuerzas Armadas y la Policía con sus grupos de tareas utilizaron el sistema nazi de implicar a cada uno de sus integrantes para que nadie pudiera decir más tarde que "no tuvo nada que ver". Por eso es falso aquello de que "hay policías y militares buenos y malos". Exigimos entonces la disolución de todo el aparato represivo en su totalidad.

El jefe del operativo del 26 de junio comisario Alfredo Franchiotti, integrante de la "mejor policía del mundo" desde hace más de 25 años es un ejemplo de esto. Ahora lo tildan de psicópata y asesino. La psicosis y el homicidio es una característica de este sistema. En todo caso Franchiotti es uno de sus mejores y efectivos hombres. Esto lo prueba que hace apenas un año y medio había recibido la medalla de plata y el diploma al mérito por actos de servicio. Un alumno ejemplar que seguramente sabía lo que era perseguir personas. Su jefe, el comisario Mario Mijín participó en el centro clandestino de detención Destacamento Arana en donde se torturaba a los secuestrados. Franchiotti supo mantener los valores inculcados por la terrorífica policía bonaerense de Ramón Camps.

Los incidentes en el Puente Pueyrredó no fueron errores ni excesos, sino la trágica consecuencia de lógicas políticas. Corresponden con puntualidad a las voces dentro y fuera del Gobierno que en las
últimas semanas reclamaron un castigo ejemplar para la protesta popular callejera.

Pero los medios no podían permitir que la culpabilidad recayera solo en las fuerzas de seguridad porque de ahí se desprende que es el poder político el que debe responder a estas muertes. Por lo tanto salieron a reflotar la famosa teoría de los dos demonios, aquella que iguala a genocidas con luchadores, diciendo que por un lado están los policías que se exceden (Felipe Solá dijo que "la Policía debería subordinarse al poder civil", Duhalde que "a la Policía Bonaerense es muy difícil ponerla en caja"); y por otro los piqueteros violentos. Una forma clara de querer aislar a los desocupados organizados del resto de la sociedad, porque la teoría de los dos demonios es un buen argumento cuando el poder político no puede avanzar- el pueblo no lo deja avanzar- con sus obligaciones impuestas por la banca extranjera, teniendo que recurrir a la violencia descarnada. Así lo hizo la dictadura militar, Alfonsin, Menem, De la Rua y como lo hace ahora Duhalde, sus ministros Atanasof, el menemista Matzkin, nuevamente Ruckauf desde su ridículo sillón de canciller, el secretario de seguridad Juan Pablo Alvarez y en la provincia de Buenos Aires el gobernador Felipe Solá. Y de fondo se ve al jefe del ejército general Brinzoni agazapado junto a sus tropas listo para saltar cuando estos políticos, principales responsables de las muertes, se lo indiquen.

Poner la memoria en movimiento

Muchas veces nos hemos preguntado qué hubiera pasado si en 1976 todo el mundo hubiera salido a la calle a decirle un contundente NO al terrorismo de Estado, si nadie hubiera respirado aliviado el día del golpe porque "por fin se iba a terminar el caos". Qué hubiera pasado si ciertos partidos políticos hubieran luchado por los derechos humanos en lugar de hacer todo lo posible por diferenciarse de "los violentos". Qué hubiera sucedido si la Iglesia como institución se hubiera puesto del lado de las víctimas en vez de bendecir a los genocidas. Qué hubiera pasado si... Hoy podemos poner la memoria en movimiento y salir a la calle. Porque esta película ya la vimos, porque vencer las enseñanzas del miedo es aprender del pasado, es nuestra deber ser claros y contundentes a la hora de ejercer nuestro derecho a luchar por cambiar las cosas. Tenemos derecho a una vida digna para todos y tenemos derecho a no pagar con nuestras vidas y la de nuestros compañeros por luchar por ella.

Convocamos a todos y a todas a marchar este miércoles en repudio por las dolorosísimas muertes de Darío y Maximilano.

Convocamos a todos y a todas a luchar todos los días contra la impunidad, para que haya juicio y castigo a los represores de ayer y de hoy. Y para que un día no haya razones para salir a protestar.

No olvidamos

No perdonamos

No nos reconciliamos

H.I.J.O.S.

Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio



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