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“Más de mil 500 centenarios viven en Cuba .”Anonyme, Martes, Mayo 25, 2010 - 07:26
Yasmany
Más de mil 500 cubanos pasan de los 100 años, reveló una investigación coordinada por la Dirección Nacional del Adulto Mayor y Asistencia Social del Ministerio de Salud Pública que reseñan hoy medios de prensa. La actualización del Estudio de Centenarios en la isla realizado de 2004 a 2008 da cuenta que actualmente sobrepasan esa cota 53 personas más que hace dos años, destacó el diario Granma al anunciar para esta semana un seminario sobre longevidad satisfactoria. Lo anterior indica que en territorio cubano hay un centenario por cada siete mil 296 cubanos, y también uno por cada mil 269 adultos mayores. De acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, en la isla vivían en diciembre del año pasado más de un millón 950 mil personas que sobrepasaban los 60 años. Con la presencia de delegados de 10 países, se realizará del miércoles hasta el viernes en el Hotel Nacional de Cuba el Seminario Internacional Longevidad Satisfactoria: Visión Integral, que incluye un encuentro de centenarios. La persona de mayor edad en Cuba es Juana de la Candelaria Rodríguez, quien cumplió 125 años el pasado 28 de febrero y reside en el municipio de Campechuela, en la oriental provincia de Granma. Por primera vez en Cuba y posiblemente en el mundo, se efectuó en La Habana el Encuentro Internacional Centenarios, en el que un grupo de hombres y mujeres cuyas edades transcurren entre los 100 hasta 124 años, contaron sus experiencias y respondieron las preguntas de geriatras y otros expertos sobre el estilo de vida y otras razones que contribuyen a que prolonguen la existencia. Concurrieron al evento invitados de México, Chile, España, Francia, Haití y Cuba, informó el doctor Eugenio Selman, presidente del Club de los 120 Años, quien entregó diplomas a personalidades que son miembros de honor de esa entidad. Recibieron la distinción la actriz y vedette cubana Rosita Fornés, que dos días después cumpliría 82 años y continúa actuando; Ramón Cordobés, representante activo del deporte en la Isla, que a los 92 años conquistó dos medallas de oro recientemente en competencia de natación en Italia, el profesor Raimundo Llanio, quien introdujo en el mundo la técnica de la parascopia de urgencia, y el empresario mexicano José M. Covarrubia, que presidirá la filial del Club de los 120 Años en México. Explicaron que se sienten optimistas por los cuidados que reciben de sus familiares Amada Hernández, costurera de 101 años, y Hortensia Cueto, de 100, oficinista la mayor parte de su vida. Esta última dice que desde pequeña aprendió a amar la capital de la Isla y en particular La Habana Vieja. Anunció el proyecto de recorrer la ciudad y conocer la restauración del Centro Histórico que es Patrimonio de la Humanidad. La capitalina Juana Hernández, ama de casa, sufrió una fractura por una reciente caída y el médico le pronosticó que a los tres meses volvería a caminar. “Yo sabía que el médico me iba a salvar”, recordó y le preparó una sorpresa. Cuando cumplió los tres meses del accidente fue caminando hasta la consulta del ortopédico. “No hay que exagerar”, le dijo satisfecho el facultativo. Paula Jovellar, de 103 años, fue doméstica durante muchos años y todavía se ocupa de las labores en el hogar. Comer mucha fruta, pescado y vegetales, dice es el secreto de su longevidad. Pero también me gusta comer puerco y jamón, revela con picardía. Ignacio Cubillas, de 105 años, fue agricultor, participó en un movimiento campesino en la localidad de San Blas. Coincidió con otros centenarios en que trabajó fuerte, pero su modo de vida fue sano, sin vicios que perjudicaran su salud. Agustín Gutiérrez García, de 103 años, nacido en Canarias, muy joven viajó a Cuba, donde trabajó como tintorero y participó en la construcción del Hotel Nacional, sede del encuentro. Narró que durante la Primera Guerra Mundial, durante semanas comían en la casa natal sólo tomates, pues la flota armada alemana impedía el paso de abastecimientos a Canarias. La centenaria Hortensia Álvarez Cárdenas, de oficio sombrerera, y Caridad León Herrera, de 101 años, expresaron el contraste de la atención médica que reciben ahora con el pasado en su juventud. “Un momento... el evento es para mí y voy porque me toca”. Y allí estaba respondiendo las preguntas del geriatra sobre su estado de ánimo que no podía ser mejor. El maestro Eduardo Valdés, de 103 años, narró sus experiencias en el magisterio, profesión que, señaló, todavía ejerce, pues le da repasos a todos que lo necesitan en cualquier asignatura. Es de los centenarios amantes de los deportes, y hace ejercicios desde los 18 años cuando jugaba béisbol. “Mi posición era la de receptor y actualmente hago calistenia diariamente”, agrega para añadir que gusta de la música moderna y principalmente la instrumental, particularmente la que transmite Radio Enciclopedia, especializada en ese género. De las bebidas alcohólica sólo ha tomado vino dulce y prefiere los alimentos naturales. Por su parte, la costurera Mercedes Matilde, de 101 años, demostró que los centenarios pueden ser divertidos y bailó y cantó la conocida guaracha En Manzanillo se baila el son. Otro participante que despertó gran admiración fue Benito Martínez, de 124 años, el centenario más viejo del mundo. Dado que ha vivido en los siglos XIX, XX y continúa labrando la tierra en la provincia de Ciego de Ávila. Nacido en Haití, llegó a Cuba en los primeros años del siglo pasado, participó en la construcción de la Carretera Central, en los años 20, fue durante años cortador de caña y hoy ofrece con orgullo los productos que cosecha. El centenario habló de la dieta de vegetales, ñame, hortalizas, leche y carne que seguía tanto en Haití como en Cuba. El trabajo no mata, me hace sentir más fuerte, lo que mata es la bebida y el cigarro, sentencia para añadir que se mantiene soltero. “Por ahora no pienso casarme”, agrega. Los expertos se interesaron en conocer el estilo de vida, la alimentación y los antecedentes familiares de la representación de unos 2 mil 500 centenarios de Cuba. Los entrevistados revelaron que, en general, vivieron una juventud sin excesos. La mayoría come vegetales, frutas y otros alimentos. Incluyendo las carnes y el pescado. Sin alcohol ni tabaco, porque esos sí matan, como exclamaran el maestro Eduardo y Benito, el hombre más viejo del mundo. |
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