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Construir el camino revolucionario y combatir al revisionismo y reformismo masista

Anonyme, Sábado, Diciembre 27, 2008 - 15:07

Enviado por genzo el Sáb, 27/12/2008 - 10:38. Análisis

En el actual momento histórico que atraviesa nuestro país, lo que el pueblo boliviano explotado y oprimido tiene que plantearse, es la imperiosa tarea de forjar su propio camino revolucionario, rechazando la tutela caudillista de Evo Morales y combatiendo implacablemente al revisionismo y reformismo de toda laya, que históricamente ha desviado la lucha emancipadora y definitiva de obreros y campesinos pobres.

Acciones de la burguesía compradora y terratenientes de nuevo cuño

La llegada de Evo Morales al gobierno, ha significado que la burguesía compradora aliada a los terratenientes se atrinchere en su proyecto de autonomías departamentales con el fin de tener el control estatal regional y los recursos naturales de esas zonas. La denominada “media luna”, se ha esforzado por apalancar como proyecto regional de lucha contra el centralismo y ligar con las demandas populares de buscar una atención a sus necesidades de parte del Estado, y bajo esta cortina pretenden encubrir su reaccionario plan de detentar sus latifundios y continuar reproduciendo la feroz explotación terrateniente y capitalista.

Si bien es cierto que el centralismo del viejo Estado boliviano, ha generado problemas a los nueve departamentos del país, donde históricamente la inversión en infraestructura caminera, de comunicación, en “servicios” (salud, educación, etcétera) no han llegado, la burguesía compradora y los terratenientes usan esto como pretexto para exacerbar las contradicciones con el gobierno reformista del MAS. La división entre centralismo y regiones, además, tiene que ver con el desarrollo de las burguesías de cada país y no es un designio político sin base económica.
La burguesía compradora es una clase formada por banqueros que a la vez son
industriales, dueños de medios de difusión, grandes comerciantes y
terratenientes de nuevo cuño (v.gr.: Marinkovic es dueño de más de 70 mil hectáreas, empresa de aceites y un banco), ligados al mercado exterior y por tanto con lazos importantes con el imperialismo. Esa clase fue la abanderada del D.S. 21060 o el llamado “neoliberalismo”. Ellos ejercen una explotación semifeudal en sus zonas de influencia que se ejecuta bajo diferentes nombres (zafra, habilito, comunidades cautivas, etcétera; en esencia servidumbre) y es socapada con una supuesta actividad “agroindustrial”. Son aliados del capital foráneo al cualdefienden incondicionalmente como dóciles y vasallos, hecho indigno que les permite el aliento y la batuta del imperialismo norteamericano en sus proyectos políticos. De esta manera ejercen un control sobre las clases oprimidas y logran coyunturalmente arrastrarlas tras su proyecto de “desarrollo”.

Frente al pueblo que exige la expulsión de las transnacionales por saquear los
recursos naturales y monopolizar industrias, el gobierno del MAS ejecuta su política de comprarles acciones para tener en esas empresas el 50% más un título y vende la mentira de que ahora el Estado maneja el negocio estratégico. Frente a los campesinos y pueblos oprimidos que exigen dotación de tierras, el gobierno del MAS respeta la propiedad de los latifundistas, admite a los grupos armados de estos gamonales, se ofende (no hace nada más) por las relaciones de servidumbre (semifeudalidad) en las que se mantienen a grupos de campesinos y promete “sanear” y distribuir tierras públicas a los sin tierra después de recontar las propiedades del Estado (tierras fiscales), hecho que ha suspendido para no molestar a los terratenientes. Lo que sí ejecuta con eficacia es la movilización de masas principalmente campesinas (masas cooptadas), como carne de cañón, para enfrentar a sus opositores y luego dejarlos a merced de las bandas fascistas que terminan masacrando a estos sectores movilizados.

Frente al pueblo que es azotado por la inflación depreciando de los salarios mes tras mes, el gobierno del MAS impone medidas paliativas y de corto plazo, un aumento salarial paupérrimo y se convierte en comerciante comprando alimentos (harina, arroz, etcétera) del mercado exterior, con el consiguiente desincentivo a los pequeños productores.

Ante la necesidad de más de 40 mil pequeños campesinos de obtener apoyo para
producir, el gobierno del MAS responde dando créditos bancarios a mil pequeños
campesinos en el típico camino de apoyo financiero ya fracasado con las ex
Corporaciones de Desarrollo, Bancos mineros, ganaderos, de fomento, etcétera. Pero en este proceso los campesinos pobres (la gran mayoría) se llevan la peor parte porque no tienen acceso a ningún crédito y cada cual lucha por su cuenta para sobrevivir en un contexto de desigual competencia; este sector de campesinos pobres es el que termina en los talleres de costura y granjas ilegales de Brasil, Argentina, España y otros lugares sometidos a una explotación bestial e inhumana.

Con la inflación y a pesar del dinero que ingresa al país por regalías, impuestos y remesas, los desempleados no han dejado de crecer en número. El gobierno del MAS ha respondido a esto con la “novedad” del empleo de emergencia (PLANE, PROPAÍS, etcétera) que sólo garantiza empleos temporales, insuficientes en número, con total inseguridad laboral y sin ningún beneficio social para los obreros. Eso sí ofrece con gran campaña mediática los bonos ¨Juancito Pinto¨ y Renta Dignidad que sólo son medidas caritativas y asistencialista, demostrando así que el gobierno del MAS tiene para con los pobres políticas y consideraciones de mendicidad y pordioseo El experimento fracasado de transformar a los comerciantes de ropa usada en “microempresarios” o comerciantes de comestibles es más que elocuente. Hasta ahora la creación de empresas estatales tampoco se concreta (Empresa de papel, de cartón, de leche, de coca, Boliviana de Aviación), pues se ha destinado millones de dólares a comprar unas cuantas acciones a las transnacionales de petróleo y el gas (la redomada “nacionalización”).

Por ahora sólo el sector de hidrocarburos (y últimamente ENTEL) ha dado dinero al Estado, teniendo que pagar millones de dólares a las empresas extranjeras para comprarles ridículas cantidades de acciones (significando solamente entre el 1 y 2%). El capital imperialista de la minería no ha sido afectado siquiera en un pequeño porcentaje, ni aún con esas cobardes medidas implantadas en el sector hidrocarburífero.
La pugna dentro de la “democracia” burguesa: Son adversarios políticos, no
enemigos.

El conflicto entre ambas facciones de la burguesía (el MAS representante del
burguesía burocrática y la llamada “media luna” como operadores de la burguesía compradora junto a los terratenientes), oscila entre el pacto y el enfrentamiento, entre el diálogo, los consensos y los pactos.

Esa pugna ha atravesado momentos muy críticos y diferentes escenarios, como la
Asamblea Constituyente, el Congreso, las direcciones de sindicatos cooptados por ambos contendientes y últimamente los referéndos para aprobar el Estatuto Autonómico de la burguesía compradora y los terratenientes de Santa Cruz; el Revocatorio. En 2007, hubo dos momentos en que la lucha de las masas superó el control de uno y otro, y amenazó con extender el conflicto poniendo en peligro a la institucionalidad estatal:
Por la unidad de los explotados y pueblos oprimidos

Aunque el pueblo boliviano está embaucado y atrapado en la lucha de facciones –el gobierno del MAS y “media luna”–, y es al mismo tiempo, arena de contienda de esta pugna, cada vez más sectores del pueblo sienten la necesidad de abandonar ese camino de conciliación con los enemigos de clase y de combatir a los miserables fementidos y traidores del “masismo” y a los separatistas (leáse: segregacionistas, buscadores de protectorado), que finalmente conjuncionaron sus intereses en su mamotreto denominada Nueva Constitución Política del Estado, que no hace otra cosa que reconocer y consolidar la propiedad privada, impulsar la libre empresa, dejar intocada y no afectar los latifundios mal habidos.

El objetivo de la clase y el pueblo es la de continuar bregando y forjando nuestro propio camino revolucionario, que es imperiosa y urgente necesidad para su emancipación definitiva, histórica y cierta, más aún si cada día constatamos la debacle de las clases dominantes y la grave crisis de trascendencia universal de su único respaldo, el imperialismo principalmente yanqui y del capitalismo a nivel mundial.

“La rebelión se justifica” ahora más que nunca, y el pueblo oprimido debe comenzar a construir su propio camino político, económico y social que aplaste al viejo y podrido Estado y aplaste a las dos facciones de la burguesía parasitaria.

Nuestro pueblo debe poner fin a las esperanzas cifradas en caudillos sindicales o
políticos que rápido se dejan arrastrar por intereses personales y comulgan con la
burguesía. Nuestro pueblo debe aprender a distinguir el camino del fracaso que han mostrado siempre los revisionistas (guevaristas, trotskystas, falsos maoístas [PCML] y toda la calaña de izquierdistas electoreros) que siempre han terminado confiando en el viejo Estado y su clase dominante.

Los pobres y explotados de nuestro país y del mundo no tenemos nada qué perder,
hemos probado hasta el cansancio que desde el método de las elecciones burguesas
hasta las experiencias guerrilleristas (foquistas), pasando por visiones que
desprecian la organización del proletariado y desgastando fuerzas en el
enclaustramiento de la lucha económica, no sirven para nada. La lucha ahora y
siempre es política y la organización debe ser política, para que nuestro método
revolucionario, la guerra popular, aplaste irremediablemente al capitalismo
burocrático que subsiste en nuestros países y destroce a sus aliados imperialistas.



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