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Cronica de un juicio anunciado: Argentina y el terrorismo (Oscar Portela)oscar-portela, Sábado, Agosto 23, 2008 - 01:51
0SCAR PORTELA
Si no estuviera muerto, no cabe duda que sería otro correntino, Acdel Edgardo Vilas, el General del Ejército Argentino sentado en el banquillo de los acusados, en Tucumán, para ser servido en bandeja como un chivo expiatorio de lujo, a los terroristas y sus compañeros de ruta que hoy por hoy han asaltado el poder en nuestro país. EL GOBIERNO ARGENTINO RINDE TRIBUTO AL TERRORISMO CRÓNICA DE UNA SENTENCIA ANUNCIADA POR OSCAR PORTELA Si no estuviera muerto, no cabe duda que sería otro correntino, Acdel Edgardo Vilas, el General del Ejército Argentino sentado en el banquillo de los acusados, en Tucumán, para ser servido en bandeja como un chivo expiatorio de lujo, a los terroristas y sus compañeros de ruta que hoy por hoy han asaltado el poder en nuestro país. De paso les hubiera servido para prender a Isabelita con una causa. ¡Lástima que la cancillería española no les diera este gusto no! Acabamos de ver terminar uno de los actos del gran circo montado por los antiguos terroristas que allá por los setenta asolaran nuestra república. Claro, éstos no son los valientes y arrojados, casi todos esos murieron. Éstos son los que volaron “al exilio”. Por supuesto un exilio dorado, no en Cuba, Corea del Norte, Argelia o algún otro paraje horrible de esos donde había que atragantarse con el socialismo real, sino que, haciendo el gran sacrificio, se instalaron en Francia, Suecia, España, Italia y otros lugares así, para desde allí, a distancia prudencial y gozando de un nivel de vida como la gente, exigirle a grito airado a los que se quedaron ¡que pelearan como buenos antes que ceder frente a los milicos y se tomasen buenamente las pastillas de cianuro que ellos con total solidaridad se tomaban el trabajo de mandarles. Desde luego, no faltan tampoco entre esos los que para salvarse vendieron hasta el alma, y en el camino ¿por qué no? desollaron también la piel de algún compañero como rescate del suyo. Entretanto, armaron con la complicidad de la izquierda internacional y papanatas como el ¿juez? Garzón, la telaraña con la cual esperaban enredar a sus antiguos enemigos. Hasta – parece que fue Duhalde -, se inventaron un nuevo vocabulario donde la palabra “terrorismo de estado” ocupa el lugar de honor. ¿Cómo puede ser terrorista el que tiene a su favor la ley y el monopolio de la fuerza? La cosa es que inteligencia y cinismo no les faltan y aquel que un soneto vendió. Acá en Corrientes parece que la zarzuela la montaron quienes tomaba usaban biberones cuando ellos, los Chicos del Terror, montonereaban jugando al ¡dale, fabricate una bomba! con la amonita. 0 como el bueno de Vassel que estudió en la Plata y al que la carismática Hebe, Reina de los Baños Químicos, envió para lograr ordenar un sainete maquillado de juicio y lograr algunas condenas bien feroces. Hecho el trabajo, se volvió a Buenos Aires a cobrar su premio. En el camino, y por las dudas, Diana Conti vino y les dijo desde el vamos a los jueces lo que se esperaba de ellos. ¡Claro! . Los pobres, con tanto empaparse de ese asunto de la obediencia debida cumplieron como si fuesen descendientes del Cabo Savino, el Sargento Toro o el Segundo Comandante Hilario Corbalán. Después de todo también había que embadurnar a algún gendarme. Ahora le toca el turno a Bussi. Con máscara de oxígeno o con pulmotor pero lo quieren en el escenario porque sinó la obra de teatro la comedia no vende. Especialmente hoy, que hace falta tapar como sea el desastre en que han convertido a nuestro pobre país, capitaneados por Ojo Piromaníaco y su emperifollada Dulcinea, quien tienen tanta odio a un uniforme que si el heladero tiene puesto uno no le compran ni un cucurucho. ¿Para qué perder el tiempo en especulaciones? No hay que imitar a Horangel o Ludovica Squirru para saber lo que iba a pasar. Estos son juicios políticos y de la política más grosera y perversa que hayan perpetrado jamás contra los argentinos. Conociendo de qué profecías salieron los bueyes que estamos viendo arar, nunca hubo ninguna duda que a Demarchi and company les iban a indexar las penas al máximo. Siempre se supo que los jueces no tenían lo necesario para resolver nada que no fuese poner las cabezas de los acusados en una bandeja y ofrecérselas, humildemente, bajas las testas, al Herodes del Terror y sus secuaces. Bastó con que una Salomé postmoderna revoleara un poco la Luis Vuitton. A la hora de la sentencia, estuvieron no sólo algunos de los cerebros de la cosa, sino también unos cuantos politicastros que formAn parte de la entente para mostra que hay que hacerse ver cerca de la guillotina, el día de la matanza, so pena de quedar descolocado cuando haya algún reparto venga del gran elector. En especial si se trata de esas indemnizaciones hasta por las dudas, que han enriquecido a tantos de esos antiguos terroristas cuadrilla, y creado una nueva clase social en la Argentina. Y lo mismo pasa ahora. A Bussi lo van a crucificar con una perpetua y van a tratar de que, así tuviera cien años, reviente en la cárcel común como un Mengele Argentino. Pero, claro si tres generaciones de Argentinos desconocen esta historia y podrían tranquilamjente entonar la melodía de Andrei Loy Weber "llora por mi Argentina". TUCUMAN ANTES DE ACDEL VILAS Antes del Golpe de 1976 Años de Gran Convulsión: Nadie podía imaginar, cuando en Tucumán arreciaban las violentas manifestaciones, había gran cantidad de paros y huelgas, se sucedían las "Tomas" de Facultades, se producían dos "Tucumanazos" y algunos hechos aislados de subversivos (ocurridos entre 1967 y 1970). Tupida vegetación de los Montes Tucumanos Con el accionar de los Montoneros (peronistas de izquierdas) y del Ejército Revolucionario del Pueblo (Marxistas). La se fue intensificando desde 1971 a 1975, partiendo desde cuando los sucesos sangrientos adquirieron gran magnitud y la guerrilla del ERP ya estaba instalada en los montes tucumanos. Esto motivó a la Presidenta Constitucional, María Estela Martínez de Perón a dictar el decreto 261 que ordenaba "aniquilar" la subversión a partir del 9 de Febrero de 1975. En 1971 los subversivos coparon la Casa Histórica con su guardia , pintando leyendas en las paredes con aerosol. Asaltaron la sede de la Policía Municipal, la Dirección de Estadísticas en busca de mimeógrafos y de planos, el puesto policial de La Banderita donde se proveyeron de armas, robaron negocios. Se hizo habitual confiscar camiones con víveres y repartirlos en Villas de Emergencia. Atentados: Mientras se desarrollaba un paro docente y los estudiantes recurrían a la ocupación de facultades, la Jefatura de Policías de Av. Sarmiento y Junín (en San Miguel de Tucumán) era objeto de un atentado con una bomba. Otra bomba hacía volar las vías del ramal San Miguel de Tucumán - Tafí Viejo. Concentraciones, manifestaciones y disturbios eran el escenario cotidiano del centro de la ciudad. El auto del intendente de la Capital tucumana fue incendiado. La policía practica muchos allanamientos y detenciones pero la violencia no cede. El puesto policial de San Felipe es atacado por extremistas que hacen volar con explosivos el Club House de Golf del Jockey Club en Yerba Buena. S.M. de Tucumán En 1972 la situación empeora con protestas gremiales y de estudiantes con serios incidentes: asesinato de un dirigente metalúrgico, quema de un ómnibus y de vagones, esta último de mano de judiciales, actos "relámpagos" de estudiantes, lo que tuvo en vilo a la ciudad entre los meses de junio y agosto. En junio fuerzas del Ejército desalojaron la Quinta Agronómica (Complejo que alB***a algunas facultades de la Universidad Nacional de Tucumán). La policía, luego de incidentes, se enfrenta a los estudiantes donde muere Víctor Alberto Villalba. La guerrilla siguió repartiendo comestibles en villas pobres, asaltando comisarías y colocando bombas a empresas extranjeras como IBM, Philips y laboratorios. Extremistas Liberados: Mientras el 25 de mayo asumía el nuevo presidente constitucional Héctor J. Cámpora en Tucumán lo hacía Amado Nicomedes Juri. Ese mismo día en horas de la noche Juri fue a la cárcel y liberó a los extremistas presos allí. En 1973 el accionar extremista siguió adelante. El inspector mayor de la policía, Hugo Guillermo Tamagnini, que era uno de los jefes de la lucha antisubversiva, fue emboscado cuando iba en auto por la Av. Solano Vera, a la altura de La Rinconada (Yerba Buena).También en esa época el inspector Capraro fue asesinado en la zona de Tribunales. El año 1974 fue peor: los atentados se multiplican, hay explosiones a granel y ya todas las noches es común escuchar estampidos de bombas. Edificios como el Sindicato de Gráficos, la Dirección de Trabajo, la Asociación de Prensa, el Colegio de Abogados, la Facultad de Derecho de la U.N.T., el Comedor Universitario, el Diario El Pueblo, el Senado y casas de gremialistas, políticos o presuntos guerrilleros son voladas con bombas y cargas de trotyl. Asesinato del Capitán Viola: Los extremistas tomaron un puesto policial sobre la Ruta Nacional Nº 9, se apoderaron del pueblo de Acheral (Dpto. Monteros), donde ensayaron un desfile y en la capital tucumana, en la esquina de las calles Ayacucho y San Lorenzo emboscaron al Capitán Humberto Antonio Viola. Los extremistas mataron a balazos al militar y a una de sus hijas. También en esa época se descubre otra "Cárcel del Pueblo" en El Manantial (población ubicada en el límite sur de San Miguel de Tucumán), que las hacían, en la mayoría de los casos subterráneas, para alojar allí a los secuestrados, con la posterior exigencia de rescate por dinero. En El Colmenar (población ubicada en el límite norte de San Miguel de Tucumán) la policía, se incautó de un arsenal de los extremistas. En agosto de 1974 un comando (al parecer eran montoneros) quiso secuestrar al ingeniero José María Paz. Se supone que al resistirse lo balearon y luego murió. En mayo de 1971, la Policía Federal usó helicópteros para rastrillar el sur de la provincia; en la zona de Santa Lucia, donde ya operaban los guerrilleros, más de 100 personas son detenidas en noviembre y al mes siguiente el empresario José Siderman es secuestrado. Al gobernador Juri también se le complican las cosas con dos conflictos policiales, a que dan lugar, a pedido de él, a la llegada de efectivos de la Policía Federal. Decreto 261: El 9 de febrero de 1975, la presidenta de la Nación, María Estela Martínez de Perón dicta el decreto 261 que ordena aniquilar la Subversión. De inmediato se puso en marcha el denominado "Operativo Independencia" , bajo el mando del general Acdel Vilas. Participaron de las operaciones más de 5000 hombres, la mitad de la V Brigada de Infantería y a los que se agregaban todos los policías de Tucumán supeditados al mando del Ejército. Gral. Acdel Vilas Partes de Guerra: En el mes de febrero comenzaron a informar sintéticamente sobre operativos, combates y bajas de oficiales. Además el ejército prohibió a la prensa dar información de los guerrilleros. Pero éstos también daban "Partes de Guerra" de sus luchas exitosas. El método que usaban era el siguiente: llamaban por teléfono a uno o dos periodistas de LA GACETA, que evidentemente conocían, entonces identificaban a la organización a la que pertenecían diciendo: - "Hablamos del ERP. En el segundo baño de hombres del Colegio Nacional hay un parte de guerra". De inmediato el periodista se fue hasta allí, pidió permiso al Rector quien le dijo: - "Llegaste tarde, acaba de irse la (Policía) Federal y se llevó el parte- Vemos, entonces, que los teléfonos del diario estaban "pinchados" A veces el ERP llamaba a la casa de algún periodista haciendo el aviso y concluyendo con una severa advertencia: -"Si el diario no publica, atenete a las consecuencias". Un parte de guerra del ERP dado a LA GACETA fue muy particular: informaba de una exitosa acción en la que se había derribado un helicóptero en la Quebrada de Lules. Narraron lo que pudieron hacer las ráfagas de ametralladoras desde lo alto de un árbol. Acompañaron el informe con un prolijo dibujo hecho en perspectiva. El Ejército no informó de esta acción. Los Partes del Ejército: Los partes militares eran oficiales y se entregaban bajo recibo. En febrero informaron del combate de Pueblo Viejo (Dpto. Monteros), donde muere el Teniente I Héctor Cáceres; en junio se libraron combates en Las Mesadas, Río Los Sosas (ambos en Dpto. Monteros), Río Famaillá, Aguas Arriba y en la zona de Estación Experimental Agroindustrial INTA Famaillá (todos en Dpto. Famaillá). A partir de noviembre de 1975 entraron en acción los cazabombarderos Douglas de la Fuerza Aérea. Todos los días atacaban la zona ocupada por los guerrilleros. La lucha era descarnada y cruel.
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