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Algo huele a diferente en Cuba

Anonyme, Miércoles, Abril 30, 2008 - 21:40

Movimiento Libertario Cubano (MLC)

ººº Ante la coyuntura vivida en la isla en los últimos tiempos, el Movimiento Libertario Cubano – MLC (grupo de afinidad del anarquismo cubano en el exterior) se hace oír para dar respuesta a interrogantes y retos que hoy se plantea la sociedad cubana, con una voz que es la del indómito compromiso con la libertad, la igualdad y la solidaridad que históricamente han sostenido los y las anarquistas de Cuba.

Sí, algo parece haber comenzado a oler diferente en Cuba; quizás un poco a tono con la aromática de la era post-Fidel. Por lo pronto, aquella elocuencia que ocupaba todos los espacios habidos y por haber hasta el 26 de julio de 2006 ya no está ahí donde estuvo por casi medio siglo. Desde entonces, el postrado “comandante” ha comenzado a escribir, pero ya se sabe que la escritura no ejerce el mismo hechizo que la palabra y menos todavía cuando es elusiva, errática y carente de interés para todo aquel que se sienta por fuera de la celebración del culto. Quizás sea por eso que ya son más de los previstos quienes hoy muestran en calles y plazas, en filmaciones a hurtadillas y en blogs caseros, un sugestivo afán por liberar de sus ataduras la palabra de la gente misma. Incluso, seguramente empujados por aquellos viejos comentarios confidenciales y cautelosos que hoy se están transformando en clamor, hasta los primeros violines del elenco gubernamental no tienen más alternativa que realizar reconocimientos que hubieran sido impensables unos pocos años atrás. El vicepresidente Carlos Lage, por ejemplo, dijo recientemente en el VII congreso de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba): “La doble moral, las prohibiciones, una prensa que no refleja nuestra realidad como queremos, una desigualdad indeseada, una infraestructura deteriorada, son las heridas de la guerra, pero de una guerra que hemos ganado.” (http://www.kaosenlared.net/noticia/siento-hoy-mas-orgulloso-nunca-escrit...). Es un lenguaje de transición, sin duda, porque ni siquiera pueden mantenerse por mucho tiempo esos aires finales de triunfalismo bélico luego de admitir heridas que son demasiadas y demasiado importantes para un régimen político que se concibió a sí mismo y se presentó al mundo como “revolucionario” y como “socialista”; incluso aceptando que la victoria guerrera no alude a otra cosa que al mantenimiento de la élite del poder.

Más directo y punzante que el de Lage fue, por ejemplo, el lenguaje utilizado por Alfredo Guevara en el mencionado congreso de la UNEAC, arremetiendo incluso contra baluartes innegables del orgullo “revolucionario” como es el caso de los logros educativos. Sobre el tema, Guevara se preguntó: “¿Puede la escuela primaria y secundaria y el pre, tal y cual han llegado a ser, regenteadas por criterios descabellados e ignorantes de principios pedagógicos, psicológicos elementales, y violadora de derechos familiares, ser formadora de niños y adolescentes, y por tanto fundar futuro?” Contestándose en un mismo acto que “jamás podrá construirse con solidez a partir de dogmas, empecinamiento, desconocimiento de la realidad real o ignorando alertadores de la experiencia y de los ciudadanos”. Una clara muestra de disconformidad y hasta de pesar que Guevara rápidamente extendió al monocorde Instituto Cubano de Radio y Televisión -ubicado bajo la directa supervisión del Departamento Ideológico del Partido Comunista- a cuyas dependencias trató de “medios de comunicación neo-coloniales en su programación estupidizante y dominados por tan descomunal ignorancia que no se saben aliados del capitalismo en su manifestación más soez” (http://www.kaosenla red.net/noticia/peor-enemigo-revoluciones-ignorancia). Discursos éstos que, no obstante, sin perjuicio de su virulencia y de su carga de amargas constataciones, no llegan todavía a penetrar en la crítica a fondo de la entera trama de poder ni a desvelar su supervivencia.

* ¿Perfumes viejos en frascos nuevos?

En efecto, la trama de poder no parece haber cambiado demasiado más allá de la pérdida de su componente carismático. Ya no estará Moisés para conducir al pueblo hebreo a través del Mar Rojo ni para romper irritado las tablas de la ley y todos saben que no habrá operación de marketing capaz de volver seductor a Raúl Castro. Entonces, el discurso estatal, repentinamente privado de sus vuelos más inspiradores, no cuenta con otros recursos que los sinceramientos mínimos y las apelaciones a la eficiencia. Hoy todo el mundo sabe -y ahora por boca de la actual máxima jerarquía del Estado o de su principal órgano de prensa- que Cuba no puede producir los alimentos que necesita su población, que la agricultura se encuentra en una situación ruinosa y sin solución inmediata, que los sistemas de transporte todavía son vetustos, ¡que buena parte de la población de La Habana en condición de trabajar ya ni siquiera se molesta en conseguir empleo porque no vale la pena! (http://www.granma.cubaweb.cu/ 2008/03/21/nacional/artic10.html), que la canalización del agua sigue siendo deficitaria, etc. Y también sabe del “exceso de prohibiciones y medidas legales, que hacen más daño que beneficio” porque, unos meses antes que Lage, el propio presidente entonces en funciones y luego electo, Raúl Castro, lo ha dicho de ese modo y de cuerpo presente en su discurso de fin de año en la Asamblea Nacional del Poder Popular (http://www.granma.cu/espanol/ 2007/diciembre/sabado29/deseo-e.html). Ya nadie duda, entonces, que todo eso tiene que cambiar y quedan muy pocos que todavía no se han percatado que los créditos son a término y las paciencias se agotan. Para la gran mayoría de la gente, los cambios deben ser inmediatos -hic et nunc, dirían los romanos- o no se producirán jamás.

Pero, claro, los cambios están en manos de las mismas figuras repetidas que debieran hacerse responsables de la situación y es por eso que no puede esperarse demasiado de ingenios y predisposiciones que hasta ahora no estuvieron en condiciones de demostrar. Por eso los “cambios” que se han diseñado son hermanos de la trivialidad: permisos para vender ciertos medicamentos en las farmacias del barrio o teléfonos celulares a los que hasta ayer se accedía a través de algún amigo venido de fuera del país, permisos para que los campesinos compren ¡aperos de labranza, semillas y fertilizantes! y también para el usufructo permanente de tierras estatales improductivas, permisos para que aquellos que cuentan con pesos convertibles puedan acceder a computadoras, DVD’s y ¡alarmas de autos! y permisos también para que los cubanos podamos alojarnos en los mismos hoteles que hasta ahora sólo estaban reservados para los turistas extranjeros. ¡Si hasta causa sorpresa, no que se hayan levantado dichas interdicciones sino el hecho de que tantas cosas mundanas hayan estado alguna vez prohibidas! Mientras tanto, sigue estando pendiente un permiso fundamental entre tantos otros y los cubanos tendremos que esperar todavía un tiempo más para que un viaje al exterior o una simple excursión de regreso momentáneo sea algo distinto al via crucis.

El veterano “comandante” se revuelve colérico o angustiado en su lecho de convaleciente y en carta enviada al congreso de la UNEAC pone al tanto del disgusto que le provocaría una eventual avalancha de artefactos electrodomésticos: “¿Puede incluso garantizarse la salud mental y física con los efectos no conocidos todavía de tantas ondas electrónicas para las cuales no evolucionó ni el cuerpo ni la mente humana? Un congreso de la UNEAC no puede dejar de abordar estos espinosos temas” (http://www.kaosenlared.net/noticia/carta-fidel-vii-congreso-uneac). Y su rugido apocalíptico no deja de llamar la atención; sobre todo porque él mismo ha sido durante todos estos años el cubano más expuesto a “tantas ondas electrónicas”. Además, tiene un cierto tono enigmático su exhortación a que un congreso de intelectuales y artistas aborde un tema para el que, en principio, parecerían estar más capacitados los practicantes de otras disciplinas. ¿Se tratará de una tardía búsqueda de postreros aliados; de un dramático pedido de auxilio en procura de quienes puedan compartir sus atavismos autoritarios y pastorales?

Más allá de estas idas y vueltas, desde ya habrá que hacerse a la idea de que el torrente de “libertades” que se avecina no es genérico y mucho menos prescindente de duras medidas punitivas o de las ya clásicas y absurdas interdicciones: no pagar el boleto en la guagua con los disturbios consiguientes puede ser considerado un “hecho vandálico” y sus autores merecerán pena de cárcel (http://www.noticiasdeautobus.com/tag/sucesos/page/11/), mientras que quienes quieran tener su propio blog serán drásticamente bloqueados por suponerse que, mediante el incentivo de circulación y de uso de ciertos programas, quizás pongan en peligro la “seguridad nacional” (http://www.kaosenlared.net/noticia/potro-salvaje-tumbo-blog-yoani-revist...). Algunas prohibiciones consideradas “excesivas” empiezan a caer por su propio peso, pero nada de ello afecta por el momento a la conculcación institucionalizada de las libertades esenciales; algo que el hostigamiento que vienen sufriendo los espacios contraculturales juveniles demuestra sobradamente. Allí están, para ponerlo en evidencia una vez, más las citaciones y “molestias” de que vienen siendo objeto los integrantes de la banda de rock Porno para Ricardo y muy especialmente su vocalista Gorki Águila.

* Autogestión: aroma de libertad e igualdad en solidaridad

Algo huele a diferente en Cuba, sí; pero no tanto como para hacerse demasiadas ilusiones sobre la estrategia de recomposición que parece conducir los pasos de su fosilizada “vanguardia”. A nuestro modo de ver, la flexibilización en curso responde a algunas razones básicas, políticas y económicas. Entre las razones políticas, cabe señalar en primer lugar la necesidad de dar a entender que está produciéndose un cambio de orientación y que ese cambio constituye el signo de distinción del tránsito entre uno y otro Castro; y, en segundo término, la urgencia por alentar expectativas mínimas en una población que ha comenzado a mostrar con mucho mayor claridad su creciente descontento. Entre las razones económicas, mientras tanto, las medidas están orientadas a una captación adicional de dólares que vigoricen arcas estatales que no están en condiciones de responder a las necesidades de importación del país y para las cuales no es suficiente el cuantioso subsidio venezolano; un aporte de divisas que no todos pueden realizar. En una apuesta de mediano plazo, la búsqueda más afanosa seguramente consiste en encontrar el modo de que el país recupere niveles perdidos de productividad y sustentabilidad alimentaria antes que la situación se vuelva decididamente insoportable. En ese camino, y sin que ello responda a un coherente proyecto de conjunto, se trata de ir adoptando medidas tomadas del “modelo chino” y combinadas con otras procedentes del “modelo vietnamita”, tal como lo ha reconocido recientemente Omar Everleny, profesor universitario y alto directivo del Centro de Estudios de la Economía Cubana (http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latinamerica/ newsid7325000/7325340.stm). Raúl Castro, mientras tanto, fue más elocuente en su discurso de fin de año y junto con sus deseos de un feliz 2008, se despidió con el equivalente “materialista” y de vanguardia del abracadabra gubernamental: “¡Y a trabajar duro!” (http://www.granma.cu/espanol/2007/diciembre sabado29/deseo-e.html)

El régimen político quiere mostrar una cara más flexible, entonces, pero ello no parece ser otra cosa que una operación de conservación; un manotazo de ahogado que la tozudez y la soberbia del “comandante en jefe” impedían dar. La extendida trama de órganos de represión y control del Estado está intacta pero, así y todo, es de celebrar que en Cuba haya una saludable tendencia a la irradiación de un discurso distinto del oficial: con otros contenidos, con otros matices, con otros ritmos y por otros medios que no son aquellos sobre los cuales el gobierno mantiene todavía una estricta disciplina. Por lo pronto, las críticas a la completa estatización de la economía y a los descalabros que ha producido a lo largo de las décadas la planificación centralizada así como el radical sentimiento de ajenidad que los trabajadores cubanos experimentan hacia la estructura productiva “socialista” ha llevado a algunos analistas a la recuperación de propuestas autogestionarias; algo sobre lo cual los anarquistas tenemos bastante para decir.

Y lo primero que hay que decir es que la autogestión no es un adorno ni un paliativo sino una concepción integral antagónica del capitalismo privado o estatal; una concepción que rivaliza con cualquier otro modelo de producción, distribución e intercambio y que existe en régimen de completitud, sin trabas ni mediatizaciones, sólo en la medida que pueda generalizarse a todos los órdenes del quehacer social. En definitiva, la autogestión no puede ser entendida como un bebé de probeta, como una práctica digna de alguna experimentación minimalista y en condiciones de aislamiento sino como un modelo de relaciones entre seres libres, iguales y solidarios ubicados en posición de decidir individual y colectivamente sobre su propia vida. Así como la planificación estatal centralizada y la competencia de mercado característica del capitalismo privado se requieren totales, también la economía autogestionaria cuenta con su propia vocación de plenitud; una vocación que la lleva a manifestarse en planos que no son propiamente económicos y que incluyen la entera vida de la gente. La autogestión no es un decorado sino un principio; no es un modelito de ocasión sino un proyecto emancipador y revolucionario mediante el cual repensar a partir de la gente misma la sociedad cubana.

Siendo así, mucho nos tememos que los sedicentes planteos “autogestionarios” que circulan en Cuba no puedan ir más allá de la búsqueda de una identificación recuperada de los trabajadores con las empresas estatales tanto como de una productividad creciente: cosas que tal vez el gobierno pueda pensar en conceder por cuentagotas a pequeñas cooperativas agropecuarias vinculadas al abastecimiento alimentario. Pero eso no es una autogestión generalizada y genuina sino una nueva vuelta de tuerca gubernamental que le permita a la élite del poder extender sus plazos y renovar su capacidad de instrumentación sobre los trabajadores.

La autogestión tal como la concebimos los anarquistas no puede tan siquiera pensarse si no es a partir del despliegue de las libertades populares y de la autonomía de las organizaciones de base. Dicho en buen romance y a la inversa: los sedicentes “autogestionarios” que hoy se manifiestan en Cuba sólo apreciarán una parte del problema hasta tanto no sean capaces de reconocer que no hay autogestión posible en el marco de una configuración persistentemente represiva, de un predominio exuberante de los órganos militares y policiales, de un control monopólico por parte del partido único de todos los mecanismos de expresión y decisión de la sociedad cubana y de un recurrente alineamiento disciplinario de las organizaciones “de masas” a la élite del poder. Mientras ello no cambie, seguirá siendo cierto que algo ha comenzado a oler diferente en Cuba pero también es cierto que el aparato de gobierno continúa actuando como el desodorante más eficaz. Una vez más habrá que optar no por la fe en el gastado aparato de dominación sino por la confianza en la capacidad de la gente para conquistar y ensanchar sus propios espacios de libertad. Recordar estas cosas en una fecha emblemática como el 1º de mayo es para el Movimiento Libertario Cubano la enésima rúbrica de su vocación anárquica y socialista; es la evocación emocionada de nuestras lejanas raíces y sobre todo la reafirmación consecuente de un horizonte emancipador que nos hermana inconfundiblemente con los pueblos del mundo que luchan por su libertad.

Movimiento Libertario Cubano - Mayo de 2008
movi...@gmail.com

[Al momento de difundir esta declaración, no está operativa nuestra página web, que esperamos tener de nuevo en Internet a la brevedad. Entre tanto, pueden consultarse un buen número de documentos producidos por o referidos a el MLC en http://www.nodo50.org/ellibertario, particularmente en diversas ediciones de El Libertario, la sección de Textos y en www.nodo50.org/ellibertario/cubalibertaria.htm.]

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