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Intervención de la Fracción en las manifestaciones en México

Anonyme, Lunes, Noviembre 5, 2007 - 17:05

Los últimos meses en México se han caracterizado por toda una serie de acontecimientos sociales llamando a la gran responsabilidad de los revolucionarios de hoy. Al igual que en todo el mundo, la clase trabajadora ha sido presa de tremendos ataques a sus condiciones de vida, por parte de la burguesía: Recientemente han sido los empleados públicos del ISSSTE (Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado) quienes han sufrido un ataque sistemático sobre sus pensiones; se ha introducido una reforma legal con el fin de ampliar el tiempo de trabajo hasta los 60 años. Anteriormente se tenía que laborar 30 años para tener derecho al retiro con pensión; este tiempo se podía cumplir a los 48 años de edad tomando en cuenta que el trabajador comenzaba a laborar a los 18 años de su vida.

Hace algunos años, fueron los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) los que pasaron por medidas similares. Hoy la burguesía ha buscado el momento y la hora propicios, para asestar el golpe a los trabajadores del sector público. Para ello ha desatado todo un clima de represión y de militarización de la vida social. Oaxaca en donde grandes movilizaciones sociales se han mostrado en los últimos tiempos, y aunque atrapadas por consignas fuera de los intereses de la clase obrera, puede servir para darnos cuenta de la lección que la burguesía trató de transmitir hacia el conjunto del proletariado y que sigue vigente desde su punto de vista de clase, en esa región se pusieron en marcha mecanismos de represión como los carros antimotines que desde hace mucho no se empleaban, para deshacer barricadas. Hace un año, los medios de difusión se dieron vuelo mostrando las imágenes machacándonos a través de ello que contra el Estado no se puede hacer nada. La brutal represión fue propiciada por las manos del gobierno foxista y hoy continuado por su sucesor. Pero en realidad, esté quién esté en el poder, no hace más que sintetizar los intereses de la burguesía en general en contra de los de los trabajadores.

Es en este clima que se han visto movilizaciones de trabajadores de la educación en los últimos meses, particularmente en abril, mayo y junio. Clima que ha sido reforzado por el estado de guerra montado contra el narcotráfico, y poco después, en julio de 2007, luego de los famosos atentados terroristas contra instalaciones de PEMEX (compañía nacional de petróleo), dos cuestiones que, propiciadas por el Estado o no, lo cierto es que han servido para mostrar la mano dura y militarista de la burguesía, no en contra de los terroristas o de los narcotraficantes, sino en contra de la clase obrera; para dejar bien claro a ésta última que no vacilará un instante para aplicar contra ella toda la fuerza a su disposición, para no ceder ni un milímetro.

Esto nos muestra una vez más que la lucha de clases continúa vigente hoy más que nunca. Mientras por un lado la clase trabajadora hace intentos por resistir a la degradación cada vez patente de sus condiciones de vida, la burguesía en México (y del mundo entero), sabe, por su actitud, que su enemigo mortal no es tanto la burguesía del país vecino, sino el proletariado que explota y del cual obtiene su propia existencia. Día a día se vive esa batalla entre las dos clases históricas del capitalismo, la una por emanciparse (y emancipar a toda la humanidad entera) y la otra por mantener el orden existente y su barbarie cada vez más agravada. Alternativa, que desde hoy estamos viendo que no se dirimirá de forma pacífica. El proletariado debe ser conciente que tendrá que aplicar su violencia de clase contra los medios empleados por la burguesía.

En el marco de la lucha del proletariado por la defensa de sus condiciones de existencia, los últimos meses se han visto marcados por marchas y plantones de los trabajadores de la educación en la ciudad de México y provincia. Nuestra fracción ha tenido la oportunidad de participar en varias ocasiones, sintiendo entre los trabajadores el espíritu de batalla, la combatividad, la búsqueda consciente de una orientación y una perspectiva diferentes a la que les han sido impuestas hasta ahora por las organizaciones sindicales y sus líderes, que cada vez más son percibidos al servicio del capital.

Lo que estamos viviendo es parte del combate de nuestra clase que se opone a los intereses fundamentales de la clase dominante, es claro que esta última no le dejará nunca el terreno libre a los trabajadores para que tomen el control de éste y lo organicen; es por ello que en todo momento pone en su camino todo tipo de organismos para controlarlos y desviarlos. En el caso que nos ocupa, desde los sindicatos llamados "independientes" como el de los electricistas, quienes enarbolan un “rechazo" a la reforma laboral del ISSSTE con el fin de mantener el encuadramiento de los trabajadores en el nacionalismo; incluso al PRD (principal partido de izquierda), que hace lo mismo aunque de manera más “tibia�?. Sin embargo, podemos también encontrar organismos de corte más radical como la de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) que gracias a su lenguaje radical y desarrollando su actividad en el mismo centro de las movilizaciones, ha logrado arrastrar tras de sí a una gran cantidad de trabajadores, haciéndose pasar por los grandes defensores de sus intereses inmediatos de los obreros, así como de sus posiciones revolucionarias. Estas son trampas que la burguesía tenderá en todo momento a la clase obrera.

Sin embargo, los trabajadores luchan y se manifiestan en las calles. Muchos han tenido que pasar por el suplicio de las largas caminatas desde provincia a la capital del país, con el fin de realizar concentraciones masivas en la ciudad de México bajo el control de los bonzos sindicales, una trampa en la que la APPO, especialmente, les ha hecho caer. Otros, de más lejos aún han llegado por sus propios medios a los "plantones", donde el número en aumento los hace reflexionar sobre su fuerza, aunque hoy en día prisionera de los falsos líderes “proporcionados�? por la burguesía. Pero su combatividad, su firmeza, y el interés de hacer todo en beneficio de la amplitud del movimiento, así como la presencia de nuestra fracción -que han sentido como un apoyo político de importancia- han hecho que nuestros militantes hayan sido amplia y eficazmente apoyados en la difusión de nuestras publicaciones y la distribución de nuestros volantes. Algunos trabajadores, con quienes hemos tenido discusiones más directas, nos han comentado sobre la búsqueda de orientaciones y han expresado claramente la necesidad, para el combate de la clase obrera, de la presencia de una organización revolucionaria que cumpla su papel de dirección política. Algunos nos han invitado a sus lugares de origen para ayudarlos a continuar la clarificación política. Otros incluso reprodujeron nuestros volantes para difundirlos y discutirlos alrededor de ellos.

Todo lo anterior habla de la combatividad y la voluntad de clarificación política que se fragua en el interior de la clase obrera, con miras a encontrar los medios para desarrollar su combate, los medios que les den la espalda a los que les imponen los organismos “conocidos�?. Entre los trabajadores comienza a expresarse un rechazo claro de la política "oportunista" -como le nombran ellos- por parte del EPR (Ejército popular Revolucionario, grupo de guerrilla mexicana), e incluso de rechazo a la APPO. Son elementos que surgen en el interior de nuestra clase en búsqueda de una coherencia política; elementos que a pesar de la presencia evidente y permanente del aparato represivo de la burguesía y de su complemento político, como lo son los partidos políticos de izquierda y las organizaciones izquierdistas de todo tipo, no flaquean y mantienen en alto la bandera de la lucha obrera.

BOLET�?N DE LA FRACCIÓN INTERNA DE LA CCI n° 41
OCTUBRE 17 DE 2007

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