• Neonazis, ‘skinheads’ y cristianos –ya no es condición indispensable ser católico– son los nuevos integrantes del Ku Klux Klan en Estados Unidos, según un reciente informe de la Liga Anti Difamación. Familias enteras participan del odio contra los inmigrantes de origen hispano y los partidarios del aborto.

Reportaje por: Luis Miguel Montero
Fotografías por: 19/02/07
Virgil Grifinn es uno de los principales dirigentes del Ku Klux Klan (KKK) en el estado de Carolina del Norte, una de las regiones donde se encuentra más arraigada la organización racista. En la jerga de la organización es un emperador. Hace poco Virgil inició a un joven llamado Markus en la disciplina de su Klan. Durante el acto simbólico los jóvenes iniciados no pueden mirar atrás –un símbolo de debilidad– ni contestar a sus superiores –se consideraría una falta de respeto–. La ceremonia implica que todos los nuevos miembros deben recitar los diez mandamientos del KKK, declarando la supremacía de la raza blanca, y finaliza cuando el nuevo adepto recibe veinte latigazos. Con todo, cada grupo tiene sus propias normas y Virgil Griffin elige otros macabros métodos para probar la adhesión obediente e incondicional: por eso da un arma a Markus y le ordena que dispare a otro postulante, con la excusa de que ha sido desobediente. Ambos se quedan estupefactos, ya que si Markus se negase a ejecutar la orden no sería considerado válido para el Klan. No es el caso, ya que el joven sujeta el arma sin dudar y Virgil Griffin es uno de los principales dirigentes del Ku Klux Klan (KKK) en el estado de Carolina del Norte, una de las regiones donde se encuentra más arraigada la organización racista. En la jerga de la organización es un emperador. Hace poco Virgil inició a un joven llamado Markus en la disciplina de su Klan. Durante el acto simbólico los jóvenes iniciados no pueden mirar atrás –un símbolo de debilidad– ni contestar a sus superiores –se consideraría una falta de respeto–. La ceremonia implica que todos los nuevos miembros deben recitar los diez mandamientos del KKK, declarando la supremacía de la raza blanca, y finaliza cuando el nuevo adepto recibe veinte latigazos. Con todo, cada grupo tiene sus propias normas y Virgil Griffin elige otros macabros métodos para probar la adhesión obediente e incondicional: por eso da un arma a Markus y le ordena que dispare a otro postulante, con la excusa de que ha sido desobediente. Ambos se quedan estupefactos, ya que si Markus se negase a ejecutar la orden no sería considerado válido para el Klan. No es el caso, ya que el joven sujeta el arma sin dudar y aprieta el gatillo. La pistola no está cargada, pero él ha dejado probado su valor. Después, Markus se encamina a un altar, cubierto con la bandera confederada –el bando de la guerra de Secesión norteamericana que defendía la esclavitud– y finaliza vertiendo unas gotas de sangre en una de las estrellas. Con este ritual Markus se ha convertido en caballero. Luego el nuevo recluta pone su mano derecha sobre el corazón y la izquierda con la palma extendida como el saludo nazi y grita que nunca abandonará la hermandad, ya que si lo hace lo buscarían y lo ejecutarían.

El KKK ha captado a Markus, al igual que a otros muchos jóvenes, en el concierto de un grupo radical de estética neonazi y dentro de poco se le requerirá por teléfono o por correo electrónico para que acuda a una manifestación antiabortista, a una contramanifestación de inmigrantes hispanos o a una reunión de fin de semana en el campo donde practicará el tiro con rifie, igual que sus hermanos de Klan.

Markus es uno de los cinco mil estadounidenses que militan en las filas del Klan, según un reciente informe de la Liga Anti Difamación de aquel país, una organización no gubernamental internacional con sede en Nueva York. El informe alerta del crecimiento de las actividades de este grupo debido a que ha aumentado el número de sus miembros en los últimos años tras la apertura a militantes de ideología neonazi y de otros grupos de la ultraderecha norteamericana. El mismo documento advierte que en zonas hasta ahora libres de confiictos raciales –como Iowa, Nebraska, Maryland, Pensilvania y Nueva Jersey– han fundado sus propios grupos. Este nuevo Klan se alimenta de militantes neonazis del NSM (Movimiento Nacional Socialista); skinheads de AN (Nación Aria), Blood an Honour y Vilanders Social Club y asociaciones antiabortistas como Identidad Cristiana, y ha elegido internet como medio principal de expresión y propaganda de su ideología. Además, toda la familia suele militar en el Klan, mujeres e hijos, por lo que muchas veces los encuentros en fincas o casas de campo transcurren bajo la apariencia de reuniones familiares. Los nuevos miembros participaron masivamente el pasado año en las llamadas marchas por la unidad convocadas en contra de las comunidades de inmigrantes latinos. Durante los últimos meses no han sido los judíos, homosexuales o negros los que han acaparado las iras de la triple K, sino los trabajadores hispanos, que se están convirtiendo en la minoría más influyente de Estados Unidos. El Klan se divide ahora en unas cuarenta secciones repartidas en 19 estados, que actúan de manera independiente unas de otras, aunque continúan teniendo más presencia en el sur, en Tennessee y Alabama, donde fue fundada la organización.

Actualmente lo que más preocupa a la Liga Anti Difamación es la novedosa e inquietante presencia en forma de pequeños grupos de la organización en los estados del Medio Oeste, como Indiana y Michigan, y en los estados atlánticos, como Virginia Occidental. Como ejemplo, el informe cuenta la reciente historia de uno de estos nuevos grupos, los Brotherhood of Klans (BOK), que se desplazaron entre 2005 y 2006 por varias zonas. Comenzaron su andadura en Illinois, pero su líder, Dale Fox, mudó su asociación a Tennessee, donde comenzó a hacer publicidad, vender camisetas y organizar eventos con alocuciones públicas y múltiples apariciones. Esa actividad representó una ruptura con el pasado, ya que hasta entonces el BOK no estaba muy presente y en agosto de 2006 había logrado establecer delegaciones en otros estados. Tras la muerte de su líder de un ataque al corazón en noviembre de 2006, el BOK ha continuado su expansión a través del superior de Ohio, Jeremy Parker, que ha declarado públicamente el racismo y antisemitismo del grupo.

Otros ejemplos: hace una década que el neonazi David Duke fue elegido en el Estado de Luisiana con el 51 por ciento de los votos, a pesar de decir en su campaña que los negros, judíos y homosexuales eran responsables de la propagación del sida, entre otras barbaridades acientíficas, y recientemente, Tom Metzger, del WAR (Resistencia Aria Blanca) ha iniciado un programa en una televisión por cable que lleva como título Raza y razón.