Por Jesús María Nery Barrios

En este reportaje de national geographic los ecologistas se quejan que el gasoducto del sur dañará la naturaleza y las culturas "indígenas" que se hallan a lo largo y ancho de la amazonia (http://www.surfingtheapocalypse.net/cgi-bin/forum.cgi?read=164044).

Yo me quejo de tantas mentiras e hipocresías.

Semejante inversión para llevar las inmensas reservas gasiferas venezolanas a Argentina y Brasil? Son tan grandes sus economías como para justificar esto? No tienen a Bolivia más cerca con grandes reservas de gas también?

Claro que no... ese gasoducto es para sacar el gas de Bolivia y el de Venezuela, atravesando la amazonia, por Venezuela o Brasil, hacia Estados Unidos y Europa, y tal vez hacia China, no porque le haga falta gas a los chinos, que ya lo tienen asegurado con Rusia, sino para sus venideras reservas estratégicas, para incidir en el precio mundial del gas y administrárselo a Estados Unidos y a Europa, según sus intereses, de ser necesario, tal como corresponde a una potencia imperial que ya se está perfilando y se está preparando para cumplir su rol como tal en el mundo.

Por qué este gasoducto de proporciones funambulescas? Porque se retrasó el proyecto original para sacar el gas de Bolivia por Chile, hacia México, con destino final a California (la quinta economía del mundo, tomada como entidad individual), ya que México por sí solo, lo mismo que Argentina y Brasil, no se va a tragar todo el gas boliviano, y porque de todas maneras los países metropolitanos siempre tendrán prioridad.

De todas maneras ambos gasoductos, el boliviano y el del sur, partiendo de Venezuela hacia Argentina, se van a realizar a mediano y largo plazo. Independientemente de cual de los dos se termine primero, los que menos se beneficiarán serán los pueblos de América del Sur, que por décadas han tenido bajo sus suelos gas y petróleo pero siempre han sido explotados por empresas extranjeras.

La mayoría del gran negocio gasífero y petrolero está en manos de una oligarquía petrolera transnacional corporativa, que no obedece a banderas nacionales ni a sagrados deberes patrióticos, sino a una junta de accionistas privados y particulares del más diverso origen, que de una manera u otra inciden en las políticas económicas de los países "soberanos" con empresas petroleras estatales. En todo caso, como la política mundial y local es fluyente, en donde nada es absoluto y estático, estos proyectos hoy nacionalistas el día de mañana pueden volverse privados, como ya ha ocurrido en el pasado.

Fijémonos en el actual mapa geopolítico de Eurasia, la zona del Cáucaso, el Mar Caspio y el Medio Oriente, también con inmensas reservas energéticas, en donde se proyectan, y ya se han concluido kilométricas lineas de oleoductos y gasoductos dirigidos hacia Europa, pero que no sólo tienen como objetivo el consumo de los europeos, sino también su comercialización a terceros países. Y me van a decir que las regiones, poblados y personas por los que pasan estos monstruos transportadores del oro negro se están beneficiando o algún día se beneficiarán de los mismos.

Precisamente en Eurasia y el Oriente Medio, de las zonas más empobrecidas y deprimidas del mundo, acechados y azotados por guerras de agresión, invasiones, guerras civiles, conflictos de poder desde hace décadas, todavía hoy en día la inmensa mayoría de sus pobladores cocinan con leña (los que tienen algo para cocinar), viajan en camellos o a pie y se alumbran con velas. O me van a decir que ustedes cuando oyen o leen acerca de los países árabes grandes productores de petróleo se imaginan a toda su población viviendo en bonitas urbanizaciones, todos sus niños asistiendo a excelentes escuelas, a todos viajando en carros de lujo derrochando litros de gasolina barata porque poco les cuesta siendo países petroleros, y todos comiendo todos los días finos alimentos importados, transportados por medio de eficientes redes comerciales? Averigüen por ustedes mismos en Internet las condiciones de vida de la inmensa mayoría de habitantes de esos ricos países petroleros. No debería ser tan difícil para nosotros entender lo que estoy diciendo, ya que antes de 1999 era lo mismo que pasaba aquí en Venezuela.

Por eso, más que preocuparnos por las quejas y lamentos de los interesados grupos "ecologistas" que hoy en día cuestionan el proyectado gasoducto del sur, cuidémonos que no nos parezcamos a los países de Eurasia y el Oriente Medio que también están siendo "beneficiarios" de proyectos semejantes, y al final sólo nos quede el triste papel de simples espectadores de una tubería que pasa frente a nuestras narices llevándose al norte la riqueza que yace bajo nuestro suelo para el provecho de unos pocos privilegiados, que en su mayoría ni siquiera saben en dónde estamos ubicados en el mapa.