Hay quienes manifiestan que la “cultura" norteamericana es superior a la nuestra.
- Por Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Provincia de Santa Fe, República Argentina

Es a partir del concepto antropológico de “cultura" que nos encontramos con que no puede medirse en términos de menor o mayor la cultura propia de cada pueblo, sino que lo que existe son “culturas diferentes".

Nuestra cultura, la de los argentinos, y la del mundo indo-luso-hispano americano, es una cultura profundamente diferenciada de la cultura anglosajona en general y de la yanki en particular.

Tomando a Carlos Marx, en un axioma que ya nadie discute, y que no etiqueta a quien lo utiliza, señala que “la cultura dominante es la cultura de la clase dominante".

A nadie escapa que la clase dominante en esta región del mundo es representativa de los intereses imperiales del norte.

En este mundo lo primero es que el mercado se apropia del hombre y éste no puede dejar el mercado.

Así también, por ejemplo, el arte se transforma en mercancía degradándose el valor humano. Es decir, es manipulado como objeto.

Y las industrias culturales son productoras de estrategias para crear objetos culturales con el fin de ser consumidos.

El arte, en sus distintas variantes, perdió su lugar para ser reemplazado por la tecnología.

Y el instrumento fundamental del imperio por estos tiempos es el dominio del “arma" tele-informático-comunicacional.

“La cultura de los medios masivos de comunicación manipula y vulnerabiliza a los consumidores de cultura. Produce los bienes simbólicos y expone a la cultura popular". (Horkhaimer)

En definitiva la cultura del opresor no convive con la cultura del oprimido, sino que la destruye, la anula y fagocita.

Los pueblos resisten desde la cultura, y esto hace que los mismos pueblos sean quienes toman medidas para preservar esa cultura nacional.

La Argentina, al igual que en muchos lugares de este espacio geopolítico, está dominada en lo fundamental, por la cultura "yanki", casi cultura oficial; y por otro lado la lucha incesante por permanecer y ser.

Es Gramsci, que dice que “la cultura popular carece de organización, a diferencia de la cultura hegemónica que está preparada en las instituciones, encargadas de transmitir, codificar y transformarse.

Y agrega que “la cultura popular es una no-cultura porque no tiene espacio para desarrollarse por culpa de la hegemonía".

Y no habla de cultura sino de "Proyecto de Cultura Nacional".

El desarrollo tecnológico, manipuleado desde la casa central del imperio, produce el fenómeno cultural de desintegración; crisis de las ideas, eliminación de concepciones históricas, tanto filosóficas como religiosas, que son, en definitiva, las que sostienen nuestra idea de dignidad humana, de libertad, de integridad física, de moralidad o de gusto estético.

La disolución de viejos valores culturales están acompañados por el acrecentamiento de las desigualdades económicas entre los grupos sociales y entre los países.

La manera más sencilla de ver el "modo de vida norteamericano" es a través de McDonalds, la revista Playboy y Nike.

Es la cultura de la “Ética protestante y el espíritu del capitalismo" de Max Weber

Y que podemos sintetizarla según sus propias expresiones:

“La adquisición del dinero es casi el valor supremo de la vida[/b].

Ser rosarino, es ser hincha de Roberto “el negro" Fontanarrosa. En el III Tercer Congreso de la Lengua, pidió una amnistía para con las “mal" llamadas malas palabras.

En nombre de su licencia literaria-idiomática, quiero expresar ¡QUÉ CARAJO TIENE QUE VER CON NOSOTROS LA CULTURA DE YANQUILANDIA!

Alguien responderá sin duda que es cierto ¡Qué NADA tiene que ver!... pero que sin embargo ¡MUCHOS LA COMPRAN!

[ EDIT (Mic por el CMAQ)
* Agregué el tema: Globalisation.
* Lo coloqué como 'Análisis' (en vez de 'Comunicados de prensa')
* fijó algunos “bla?? (con el “bla")
- Utilicé Google para traducir mis notas.]