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Errores de Israel

Anonyme, Sábado, Agosto 5, 2006 - 15:06

Juan Gelman

La ocupación israelí del sur del Líbano de 1982 al 2000 dio nacimiento a la guerrilla de Hezbolá, que combatió y echó al ocupante. Aplicando la teoría de Netanyahu, Hezbolá, como el Irgun judío, podría considerarse una organización que lucha por la libertad contra un Estado terrorista.

Cabe aclarar que Hezbolá es además un movimiento político y social que ocupa el 18 por ciento de las bancas del Parlamento libanés y dos ministerios en su gobierno, que sostiene una red de escuelas y hospitales y que desarrolla numerosos proyectos microeconómicos y de infraestructura destinados a reconstruir el Líbano después de esa primera ocupación. Los bombardeos han logrado que el 96 por ciento de chiítas, el 73 por ciento de sunnitas, el 55 por ciento de cristianos y el 40 por ciento de drusos del Líbano aprueben el secuestro de soldados israelíes, según una encuesta que el Centro de Investigaciones e Información llevó a cabo en Beirut. La muerte de civiles israelíes por atentados suicidas –a los que Israel supo ponerles coto– y la muerte de decenas de civiles israelíes por los Katyushas de imprecisión iraníes que arroja Hezbolá sobre Haifa y otras ciudades, son absolutamente repudiables. Pero la desmesurada respuesta de Tel Aviv en Líbano y Gaza tiene otras explicaciones. El profesor Gerald Steinberg, de la Universidad israelí de Bar-Ilan, asegura que "en cierto sentido, la preparación (del ataque al Líbano) comenzó en mayo del 2000, inmediatamente después de la retirada israelí... En 2004 la campaña militar, cuya duración prevista era de tres semanas y que estamos presenciando ahora, ya estaba diseñada y en el último año o dos se simuló y ensayó al otro lado de la frontera (con Líbano)" (San Francisco Chronicle, 21/7/06). Esto arroja ciertas dudas sobre cuál habría sido el verdadero origen del enfrentamiento con Hezbolá que causó la muerte de ocho efectivos israelíes y la captura de otros dos. "La moral no está de nuestro lado" se titula la columna del profesor de la Universidad de Tel Aviv Ze’ev Maoz que publicó Ha’aretz el 25/7/06. "Esta no es una guerra justa –dice–; Israel usa una fuerza excesiva sin distinguir entre la población civil y el enemigo, cuyo único propósito es la extorsión. Hezbolá cruzó una frontera reconocida por la comunidad internacional. Esto es cierto. Pero nos olvidamos que, desde que nos retiramos del Líbano, la fuerza aérea israelí ha realizado misiones diarias de reconocimiento en el espacio aéreo libanés. Estos vuelos no causaron víctimas, pero las violaciones de frontera son violaciones de frontera. En esto tampoco la moral está de nuestro lado." Yagil Levy, profesor de la Universidad Ben Gurion del Néguev señala que el ataque al Líbano es un intento de moldear su orden político a la fuerza. “Aunque supongamos que el gabinete (israelí) tenía claro cuál iba a ser el precio que pagaría el frente interno, ha expuesto a la ciudadanía (israelí) a un peligro real por lo que ha sido presentado como una amenaza futura‿ (Ha’aretz, 24/7/06). La Casa Blanca no quiere el cese del fuego que reclaman algunos –pocos– gobiernos europeos, la ONU y la opinión pública internacional: desea "un nuevo Medio Oriente" que dijo Bush, siempre en persecución de un planeta dominado por EE.UU. "Nuestro corazón está con el pueblo israelí –certificó la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice–, que sufre ataques terroristas y (el lanzamiento de) cohetes; estos medios no son aceptables en una sociedad culta" (Clarín, 25/7/06). Tiene razón: para las sociedades cultas del llamado Primer Mundo sólo son medios aceptables las invasiones "preventivas" a países soberanos, la ocupación de territorios ajenos, el asesinato de civiles "por error". Entre otras cosas. Juan Gelman


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