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Venezuela: Socialismo sin hojas de parra reformistasfranz, Sábado, Noviembre 19, 2005 - 21:44 (Analyses | Democratie)
Franz J. T. Lee
¿De qué manera existen relaciones internacionales revolucionarias entre los recientes levantamientos políticos en Francia y otras partes de Europa, la Revolución Bolivariana en Venezuela y América Latina, el 'conflicto México-Venezuela' actual y el fascismo creciente en los EE.UU.? En otras palabras, como nos enseña el socialismo o el marxismo, ¿es capaz un estudio científico y filosófico de la dialéctica concreta de los procesos globales en la era de la ‘globalización’, de revelar la verdadera dinámica de la actual lucha a vida y muerte inexorable y apocalíptica entre el norte y el sur, entre la barbarie salvaje terrenal y la emancipación humana galáctica? La respuesta es positiva, claro, esas realidades se co-determinan mutuamente y forman parte intrínseca de las actuales ‘nuevas guerras’ globales, de las guerras de información, del ‘dominio de pleno espectro’ de Donald Rumsfeld y especialmente del ‘eje del mal’ al cual pertenece Venezuela (al lado de Irán y Corea del Norte) por ser una ‘nación canalla’ con abundantes recursos energéticos, ya ‘madura’ para la futura invasión militar y el mismo tratamiento que recibieron Afganistán e Irak con los pasados ataques genocidas. Todo esto es parte de la misma gigantesca batalla internacional oculta, que ya aniquiló la ex Unión Soviética. Es la inexorable guerra económica pírrica entre los EE.UU. y sus competidores imperialistas corporativos, en términos políticos, entre EE.UU., Europa, China, Rusia y la India. Si no se logra parar esta batalla inmediatamente, será la guerra mundial más grande que la humanidad jamás ha visto y costará centenares de millones de vidas o más; esta guerra es inherente a la misma esencia fascista y beligerante del imperialismo mundial, y podría ser la batalla final de la propia globalización, la guerra global entre los EE.UU. orwelianos y la Eurasia maquiavélica, por un depósito de basura, por una tumba planetaria eterna en el atardecer imperialista radioactivo. Aquí en Venezuela, entender, estudiar y captar el significado revolucionario transhistórico y la urgencia emancipatoria de lo anterior, de sus necesidades, acciones y pensamientos ‘práxicos’ y teóricos inmediatos, presupone unos cambios severos y radicales dentro de nuestros programas y misiones educativas, en la diseminación de una in-formación y ‘ex-formación’ verdadera y nuestra, en el desarrollo de unos medios noticieros, programas radiales, documentales y comentarios televisivos emancipatorios; presupone la inversión de miles de millones de dólares que valdrían la pena la inversión humana, humanista y humanitaria al igual que la poderosa plusvalía creadora y creativa de inteligencia, que resultaría de esto. Esto sería realmente un ‘nuevo socialismo’ marxista, y los millones de pobres de Venezuela y América Latina, de la ‘bomba de tiempo América’, inmediatamente podrían identificar su olor y sabor proletario, arrancarían hambrientamente sus deliciosos frutos innovadores, liberadores y anti-reformistas, elevarían la Revolución Bolivariana a un plano continental integrado, y tumbarían los secuaces del ALCA del imperialismo y la militarización estadounidense. Ahora comentaremos brevemente algunos de los problemas más destacados. Los medios masivos internacionales, financiados por sus grandes dueños, las corporaciones multinacionales, que defienden los intereses de la clase capitalista a nivel global e incluso pagan los sueldos gruesos de sus respectivos think tank (aquellos que redactan la pena de muerte para millones, como lo es por ejemplo el ‘Proyecto para un Nuevo Siglo Americano’), producen y reproducen de manera permanente las grandes mentiras ideológicas reinantes, conocidas como ‘noticias internacionales’ y a nivel académico como ‘relaciones internacionales’, una disciplina que al igual que el ‘desarrollismo’ fue introducido especialmente para diabolizar el marxismo y para refutar sus teorías sobre el imperialismo. Es precisamente esto lo qué tratan de hacer actualmente a escala mundial los ‘neo-kautskianos’, los revisionistas y reformistas modernos, especialmente con la intención de sembrar confusión a nivel teórico dentro del movimiento revolucionario bolivariano mismo. Nuestros ‘Siete Sabios’ modernos de la Izquierda erudita urgentemente deberían brindar atención ‘práxica’ y teórica a este problema revolucionario. Aquellos, que son en realidad los fieles voceros de la clase dominante imperialista burgués-democrática a escala mundial llaman a los trabajadores, jóvenes e inmigrantes franceses, que actualmente protestan contra la brutalidad policial, ‘alborotadores’ y ‘criminales’; son los mismos que llaman a los bolivarianos violentos y ‘hordas terroristas’. En todas partes los actuales eventos mundiales, no importa si es en Francia, los EE.UU. o en Venezuela, son interpretados por los medios masivos como todo salvo como luchas de clase mundiales. De hecho, con la ayuda de los reformistas modernos, las rebeliones sociales de clase y las luchas de clase son cristianizados, pacificados y computarizados. Son los mismos medios que diariamente llaman a los presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro tiranos, dictadores o ‘comunistas’. Lo que no explican es lo que Lenin revela en su obra 'La revolución proletaria y el renegado Kautsky', especialmente con referencia a la dictadura y la democracia. Lenin explicó que la democracia burguesa es la dictadura de una minoría, o sea de una clase social dominante, que posee como propiedad privada los principales medios de producción y comunicación, y que domina a la mayoría, que sólo tiene su fuerza de trabajo para vender en el mercado económico nacional e internacional bajo las condiciones del intercambio desigual, lo cual es un absoluto robo parasítico. Con respecto a los centenares de conferencias, foros y debates nacionales e internacionales, que actualmente tratan temas tales como el socialismo, el reformismo, el revisionismo, la revolución, la democracia, la dictadura y la lucha de clase, es pertinente comentar sobre algunos aspectos importantes que muchas veces se dejaron a un lado o simplemente se olvidaron. Muy pocos académicos enfatizan o entienden, que Lenin no era amigo de la democracia, sea del calibre político que sea. Lenin negó la dictadura burgués-democrática con la dictadura proletario-democrática, solamente para deshacerse de ambas, dictadura de clase y democracia de clase. Según su praxis y teoría revolucionaria, como medida temporal y transicional, la revolución proletaria mundial, dirigida por un partido marxista de vanguardia, a través de la lucha de clase a nivel global, tiene que tumbar esta dictadura burgués-democrática de la minoría y reemplazarla con una dictadura proletario-democrática de la mayoría consistiendo en trabajadores, campesinos y otras clases sociales oprimidas, que más adelante tiene que abolir el Estado burgués, toda forma de democracia burguesa de la clase dominante, la propiedad privada de los medios de producción y finalmente, eliminando tanto las clases minoritarias capitalistas como las clases trabajadoras mayoritarias, desterrar para siempre la democracia dictatorial de la faz de la tierra y establecer el socialismo a escala mundial, que es el prerrequisito para el comunismo mundial. Esto es el socialismo, pero no es una receta revolucionaria para Venezuela, sino algo de alimento emancipatorio apremiante para el pensar, para la teoría. Es una delicadeza la cual hay que masticar muy cuidadosamente. Claro, Lenin no esperaba que todo esto ocurriría dentro de una o dos décadas. Estudió a Marx y a Engels, especialmente su 'Manifiesto Comunista' y 'El Capital', donde la revolución burgués-democrática entera, donde el proceso democrático dictatorial capitalista transhistórico está explicado justo hasta su cenit, hacia su auto aniquilación y hacia la globalización destructiva contemporánea. Esto es la crisis actual, la recesión y la depresión, la conflagración global de las guerras mundiales mortales. Lenin, junto a León Trotsky sabía que se puede establecer el socialismo sólo como revolución permanente a escala mundial, como modo, no de producción ‘post capitalista’, no de trabajo, no de mercancías, donde su valor de uso tiene que ser computarizado, ser calculado en precios iguales de intercambio, como modo, no de relaciones amo-esclavo, sino como modo de abundancia, de emancipación humana creativa y creadora. En la época de la Segunda Internacional, como se puede ver en los debates fundamentales entre Bernstein, Kautsky, Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo, fueron (y siguen siendo) el reformismo y el revisionismo que inventaron la idea de una democracia ‘post-capitalista’. Para los marxistas científicos y filosóficos, la democracia es la dictadura de unos pocos parásitos, de la clase dominante burgués-capitalista sobre una mayoría, que es el resto de la sociedad. Después de más de 200 años de experiencia dictatorial democrática de la Revolución Francesa, de la democracia burgués-capitalista, deberíamos saber más tardar ahora, de qué se trata realmente la democracia. Nuestras quimeras demasiado humanas y cristianas de una democracia no existente, al igual que nuestros sinceros esfuerzos humanistas son laudables, pero no necesariamente son democráticos; a lo mejor son emancipatorios y anti-dictatoriales. Si no estudiamos la ‘verdadera democracia’ científicamente, entonces muy pronto nunca sabremos su esencia inhumana. Así que en este sentido analítico la democracia moderna inventada por la burguesía europea en su propio interés de clase, es la apariencia política de la opresión y represión capitalista; cuando ésta se ve amenazada, como en 1929 u hoy, entonces muestra su verdadera mueca: el globofascismo. Esto es la razón por qué el Estado burgués-democrático reprime tan brutalmente cualquier rebelión política, sea en Francia, Inglaterra, España o donde sea; también es la razón por qué Bush pudo introducir tan fácilmente las celdas de tortura y las leyes patrióticas, aparte de la invasión criminal a Irak. En tiempos tan severos como estos, el reformismo y el revisionismo, cuyo blanco es el socialismo y el marxismo, son resucitados y desatados. En toda Europa los libros de Kautsky y Bernstein se vuelven a discutir. De manera muy cuidadosa y a escala mundial aparecen en el escenario las víboras reformistas, vestidas de rojo. Por lo tanto existe actualmente un renacimiento del reformismo y revisionismo que incluso inunda a la Revolución Bolivariana; así que ¡cuidado camaradas! En un comentario sobre un folleto de Karl Kautsky 'La Dictadura del Proletariado', Lenin explicó que no tenía en mente democracia verdadera o real alguna. Nunca consideró la democracia como futuro modo de producción o como alternativa al capitalismo. Sencillamente detestó a estas dictaduras minoritarias de la clase dominante que actualmente existen en todas partes, excepto en Cuba y Venezuela. Esto es la razón por qué en siglos pasados todos los marxistas revolucionarios práxico-teóricos, salvo los fieles seguidores de Kautsky y Bernstein, más adelante cambiaron su identidad original como ‘social demócratas’ que luchan por la ‘social democracia’, y de aquí en adelante se llamaron, sin el uso de un adjetivo hoja de parra, lo que realmente eran y son: marxistas, socialistas y comunistas. Por lo menos Mussolini se identificó como fascista y Hitler se llamó nazi, un nacional socialista, un Fuehrer. Bush se identifica como un ‘Mesías’, bueno, ¿quiénes y qué somos muchos de nosotros en realidad? En cuanto a los padres del revisionismo y del reformismo, Lenin escribió: “Y a esas alturas el Sr. Kautsky, líder de la Segunda Internacional, viene con un libro sobre la dictadura del proletariado (en otras palabras sobre la revolución proletaria), que es cien veces más vergonzoso, escandaloso y renegado que las famosas Premisas del Socialismo de Bernstein. Han pasado casi 20 años desde la aparición de este libro renegado y ahora Kautsky repite esta disidencia de una manera incluso más dura.
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