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Aportes Teóricos al Debate Revolucionario por parte del Círculo Bolivariano „El Momoy“ de Chiguará, Edo. Mérida

franz, Lunes, Marzo 21, 2005 - 20:42

Jutta Schmitt

21.03.05
Parte 1

Hemos establecido, hace ya algún tiempo atrás, un Círculo Bolivariano en Chiguará / Edo. Mérida, en el marco de lo cual nos estamos reuniendo regularmente para analizar y discutir nuestra realidad política actual, y proveernos con un fondo teórico de lo que está pasando en nuestra Venezuela Bolivariana y en el mundo. En la medida de lo posible, estamos tratando de sintetizar nuestros análisis y debates en forma de protocolos después de cada sesión, y queremos compartir nuestra experiencia teórica con ustedes, para la discusión, revisión y para impulsar iniciativas similares.

En esta primera reunión hemos establecido los lineamientos generales de las sesiones y discusiones a realizarse, en los terminos siguientes:

- Dentro de nuestro enfoque común, fomentaremos el pensar propio y la diversidad del pensamiento para evitar que caigamos en un „pensamiento único“, que no sería otra cosa que continuar siendo atrapados en los laberíntos peligrosos de la ideología (1).

- En lo que es y será nuestra teoría y práxis revolucionaria-emancipatoria, nos adheremos siempre a nuestros sueños diurnos juveniles, y en este sentido conservaremos y fomentaremos nuestra propia creatividad e individualidad dentro del colectivo.

En nuestro esfuerzo por comprender nuestra realidad contemporánea global y Venezolana, y por definir y entender la Revolución Bolivariana para poder contribuir con nuestro grano de arena a su buen éxito, nos hemos visto obligado entrar en el contexto histórico general, dentro de lo cual se desenvuelve nuestro presente inmediato. Resulta que:

Nosotros entendemos la historia como el proceso de trabajo (2) histórico, con sus cinco características principales:

1. La explotación económica

2. La dominación política

3. La discriminación social

4. La militarización universal

5. La alienación humana

Hasta ahora, todas las revoluciones sociales se han sucedido y han permanecido dentro del propio proceso de trabajo con sus características enumeradas; es decir, dentro de un sistema cerrado (3).

Con ésta limitante en mente, nos hemos adentrado al proceso de trabajo, a la historia, para analizar entonces qué es, dentro de este sistema cerrado, una revolución. Lo primero que hemos podido constatar es, que los „tiempos revolucionarios“ son aquellos tiempos históricos, cuando sucede que:

1. muere un viejo orden social y, al mismo tiempo, nace uno nuevo. La nueva realidad social „empuja“ hacia el pensamiento crítico, y el pensamiento crítico „empuja“ hacia la nueva realidad social; es decir, existe una dinámica entre los factores objetivos y el factor subjetivo en la historia, que se expresa en una revolución de pensamiento y acción;

2. las fuerzas productivas amenazan con „detonar“ las cadenas impuestas por las relaciones de producción existentes, causando tensiones sociales, económicas y políticas entre las clases sociales, que se descargan en una revolución;

3. una nueva clase social que ya sustente el poder económico, llegue a conquistar el poder político y logre establecer condiciones propicias para el pleno despliegue sin trabas de su poder económico;

4. los cambios que se están generando no son cambios meramente cuantitativos o de apariencia (reforma), sino cambios cualitativos o de esencia (revolución), que tocan las raíces de los problemas e incluyen a todas las facetas de la producción, reproducción y organización de la sociedad en su totalidad;

5. los cambios generados tengan la potencialidad de extenderse sobre el mundo entero (globalizarse).

En segunda instancia hemos constatado, que la única revolución exitosa, que histórica-mente y hasta ahora se ha generado en este sentido, ha sido la Revolución Francesa, democrático-burguesa o capitalista. La gran Revolución Rusa de Octubre de 1917 no ha podido subsistir en el tiempo por faltarle tocar algunas raíces fundamentales y por no haberse podido extender a escala global (la revolución permanente perdida).

Hemos establecido nuestra crítica de manera siguiente: No basta con tocar las raíces dentro del sistema de trabajo cerrado, sino hay que erradicar al trabajo mismo, es decir, hay que acabar con la relación pervertida entre sociedad y naturaleza --- exigencia, que hasta ahora no ha aparecido en ningún horizonte de debate revolucionario-emancipatorio.

Aclaración de términos

(1) Ideología: Es el reflejo mental generalizado de nuestra realidad existente, que es el modo de producción capitalista o la sociedad de clase. La ideología se expresa en los ámbitos económico, político, legislativo, social y cultural, y tiene la función de justificar la injustificable sociedad de clase, y de hacerla aparecer como algo eterno, natural, estático y por ende no cambiable, cuando, en realidad, es temporal, históricamente originado, dinámi-co, y por ende transformable. La ideología opera con componentes de „análisis“ y „verda-des“ ilusorias, y componentes subconscientes, siendo la manipulación del subconsciente el factor más problemático a superar. La teoría --- es decir la consciencia de clase y el des-mantelamiento de los contenidos escondidos de la subconsciencia mediante el rompimien-to con los temas tabúes de la sociedad --- es el único antídoto contra la ideología.

(2) Proceso de Trabajo: La historia del trabajo; el trabajo entendido como la „relación“ unilateral y perversa entre la sociedad y la naturaleza, mejor dicho, la no-relación entre la sociedad y la naturaleza, que se expresa en una actitud de total y absoluto desprecio a la madre naturaleza por parte de la sociedad, en su eterna degradación, explotación y destrucción en nombre de la „satisfacción de las necesidades humanas“ o del llamado „progreso humano“, que excluye el progreso de la misma naturaleza. De tal forma, la producción humana siempre es y será, al mismo tiempo, destrucción humana. Producción y destrucción son los dos lados del trabajo. De lo que se trata es salir del sistema de trabajo y abrir el horizonte de la creación: creación enérgica y energía creativa, que deja atrás la producción y destrucción como está acabando con la vida terrestre.

(3) Sistema cerrado: Sistema, que se basa en una sola premisa, la cual tiene la predominancia absoluta sobre todo lo demás. En el proceso de trabajo, la premisa predominante y absoluta es la sociedad (que prevalece sobre la naturaleza), más preciso, las clases dominantes dentro de la sociedad, que prevalecen sobre ésta y sobre la naturaleza.

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Aportes Teóricos al Debate Revolucionario por parte del Círculo Bolivariano „El Momoy“ de Chiguará, Edo. Mérida

Por: Jutta Schmitt

21.03.05
Parte 2

En nuestra segunda sesión hemos tocado el problema de la Auto-Defensa de la Revolución Bolivariana en todos los planos. Hemos reiterado la necesidad de tener nuestros conceptos bien claros, y en este sentido hemos procedido a elucidar una vez más el termino „revolución“ en función de determinar su contenido, alcance y límite:

- Una revolución es un cambio cualitativo que permanece dentro de un sistema cerrado, cuyo eje y centro intocable (y por ende límite absoluto) es la relación pervertida y unilateral entre la sociedad y la naturaleza, que nosotros llamamos el trabajo. El trabajo --- es decir, la degradación, explotación y destrucción de la naturaleza por parte de la sociedad --- es la vaca sagrada, tanto para el capitalismo como para el propio marxismo / socialismo.

En cuanto a nuestra Revolución Bolivariana (RB) y tomando en cuenta su límite absoluto dentro del sistema cerrado que es el proceso de trabajo, hemos tratado de identificarla mediante la interrogante: ¿Reforma o Revolución? Hemos observado lo siguiente:

1. La realidad inmediata que tiene que ser superada por la RB es la pobreza, una de las apariencias más agudas y visibles de la sociedad de clase, y el producto inevitable y lógico del capitalismo, que es un modo de producción que genera necesidades artificiales y produce ganancias o valores de cambio, en vez de cubrir necesidades reales y producir valores de uso.

2 . El Proyecto de País, contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se caracteriza por ser un proyecto hermoso, audáz, humanista, ecologista, indígena-autóctono y modernista-universal a la vez, pero carece, sin embargo, de un último y decisivo elemento que lo calificaría de verdaderamente revolucionario en el sentido explicado en la sesión anterior: La Constitución de 1999 consagra el derecho a la propiedad privada de los medios de producción, y garantiza así la perpetuación de la esencia explotadora, dominadora, discriminatoria y alienante del modo de producción --- o más bien destrucción --- capitalista.

3. Por lo constatado en la observación número 2, hemos llegado a la conclusión de que el Proyecto Bolivariano es (por ahora) un proyecto de Reforma Social, el cual, por propulsar reformas profundas, choca contra los intereses de aquella clase social que possee los medios de producción en Venezuela y que defiende sus privilegios groseros, aún cuando no peligra, en ningún momento, de ser extinguida.

4. Sin embargo, no se puede excluir la posibilidad de que la dinámica del Proceso Venezolano llegue a empujarlo hacia una verdadera revolución social, sobre todo gracias a la feroz resistencia de la clase privilegiada en cooperación con los intereses o factores externos que operan en el plano internacional, y que seguirán empleando todos los métodos en función de parar lo que nosotros denominamos el Experimento Bolivariano.

5. Los intereses foráneos que operan en el plano internacional afectan directamente el radio de acción del Experimento Bolivariano, por lo cual este último se ha visto obligado a forjar alianzas progresistas no sólo a nivel latinoamericano sino global.

6. Queda la interrogante, si la dinámica internacional, nutrida por la experiencia del Experimento Bolivariano, también contiene la posibilidad de generar un proceso de cambios que termine en una revolución social global y retroalimente así la verdadera Revolución Bolivariana (lo que sería la revolución permanente exitosa).

Hemos establecido, como aspecto crítico e „imperativo categórico“ (1), que es absolutamente menester de desarrollar una teoría revolucionaria en Venezuela, que contrarreste la corriente reaccionaria dentro del Experimento Bolivariano y con ella el peligro de su „ideologización“, es decir, el que sea convertido en otra justificación más del capitalismo y la sociedad de clase todavía existente en Venezuela y el mundo.

Esta teoría revolucionaria incluiría expresamente un aspecto psico-político, que identificaría los factores psicológicos que impiden el cambio tan necesario de aquellos costumbres y mentalidades que le son adversos a la revolución y a la emancipación humana.

Aclaración de Terminos

(1) Imperativo categórico: Premisa moral, que radica en la voluntad humana como voluntad esencialmente racional. Concebido por el filósofo alemán, Immanuel Kant (1724-1804).

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Aportes Teóricos al Debate Revolucionario por parte del Círculo Bolivariano „El Momoy“ de Chiguará, Edo. Mérida

Por: Jutta Schmitt

21.03.05
Parte 3

Hoy nos ha honrado con su visita un nutrido grupo de visitantes, profesores y estudiantes integrantes de la Misión Sucre y de la UBV; visita organizada por nuestro compañero Otto.

El marco de esta tercera sesión lo ha constituido la observación reciente del presidente Chávez, de que el actual modo de producción capitalista, bien sea a nivel nacional-Venezolano bien sea a nivel global, no es sustentable, y que hay que sustituirlo con un modelo socialista propio, venezolano-latinoamericano; observación, que ha llevado como consecuencia el ya esperado y nada sorprendente ataque de los medios de comunicación nacionales e internacionales.

Hemos hecho un recorrido superficial de lo que ha sido la trayectoria de las ideas radicales dentro del mismo Movimiento Bolivariano, y hemos recordado, que el MBR-200 originario sí había planteado la lucha de clase, la toma del poder político por vías de su conquista armada, y la abolición del capitalismo. Sin embargo, ha prevalecido la corriente moderada que había optado por la vía electoral, la Asamblea Constituyente, la refundación de la República y unas reformas sociales profundas, y que posteriormente se ha formado como una alianza electoral de amplio espectro, bajo el signo MVR - Movimiento Quinta República. Es así como la Constitución de 1999, producto de la Asamblea Constituyente y aprobado por referendum popular, deja intacto la piedra angular del modo de producción capitalista, que es el derecho de la propiedad privada de los medios de producción, consagrado en el Artículo 115, Título III, De los derechos humanos, garantías y deberes, Capítulo 7, De los derechos económicos:

„Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, coge, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.“

De esta manera, la Constitución misma es, en parte, una expresión ideológica de la realidad capitalista que sigue existiendo en Venezuela, aún cuando se realice un esfuerzo considerable por mermar sus impactos negativos mediante la acción eminentemente protagónica del Estado Bolivariano.

Hemos observado, que por más decisivo y positivo que sea la acción del Estado en la protección y promoción de los intereses de las clases oprimidas --- como por ejemplo lo establecido en los artículos 302, 305, 306, 307, 308 y 309 ---, el haber dejado intacto la propiedad privada de los medios de producción significa la perpetuación de la sociedad de clase y con ella la explotación económica, dominación política, discriminación social y alienación humana.

Para comprender mejor en qué consiste la esencia del modo de producción capitalista, hemos realizado un breve y comprimido recorrido histórico de los diferentes modos de producción desde el esclavista, a través del feudalista hasta el capitalista, y hemos podido constatar lo siguiente:

1. En todos los modos de producción anteriores al capitalismo, había persistido por lo menos un mínimo de la propiedad de los medios de producción en manos de los verdaderos productores o clases oprimidas, como por ejemplo la tierra o las herramientas de producción.

2. El establecimiento y la generalización del modo de producción capitalista ha significado la conversión de todos los componentes del proceso productivo, inclusive el trabajo mismo, en mercancías, es decir, en valores de cambio. Esto presupone la expropiación total y absoluta de los productores o trabajadores, quitándoles sus medios de producción, sus herramientas de trabajo y hasta los productos, fruto de su trabajo individual. La única „propiedad privada“ que poseen los trabajadores es su fuerza de trabajo, la cual la tienen que vender al „mejor postor“.

3. En el capitalismo, los poseedores de los medios de producción ya no son los productores mismos, son clases separadas. La remuneración que reciben los trabajadores para su fuerza de trabajo apenas les alcanza para restituir su energía vital, para poder seguir vendiendo su fuerza de trabajo el día siguiente (esto es, si hay oferta de trabajo en un mercado cada véz más restringido); mientras que los que poseen los medios de producción se enriquecen por la explotación del trabajo ajeno.

4. A la creciente concentración de la riqueza en manos de una cada vez más reducida clase social, poseedora de los medios de producción, le corresponde la creciente marginación y pauperización de la cada vez más amplia clase social que tiene que vender su fuerza de trabajo. Con la total y absoluta globalización del modo de producción capitalista, esta realidad se refleja hoy a escala mundial en la dicotomía entre los „centros desarrollados“ industrializados y de alta tecnología, y la „perifería subdesarrollada“, proveedora de recursos naturales y trabajo barato.

5. Venezuela no se escapa ni escapará a esta realidad, mientras que seguirá vigente, como proceso dominante, el capitalismo; calificado por el propio presidente Chávez como un modelo económico no sustentable y no viable, ni a nivel nacional, ni a nivel global.

Hemos constatado, que ante este panorama coincidimos plenamente con la propuesta del presidente de buscar una alternativa socialista propia a los problemas insolubles por el capitalismo, y ha surgido la interrogante de cómo y dónde empezar a construir nuestro socialismo auténtico, original y nuevo. Al respecto, hemos determinado que:

1. Cualquier crítica que le hacemos a nuestra realidad capitalista existente, para así poder establecer los criterios de nuesto socialismo auténtico y nuevo, tiene que ser una crítica radical y tiene que romper con todos los viejos esquemas de razonar y actuar, es decir, con todos nuestros usos, costumbres, tradiciones, valores y normas que obstaculizan el nacimiento de lo verdaderamente nuevo. El punto neurálgico es la religión, con la que tiene que empezar nuestra crítica, porque y como nos ha enseñado Marx, toda crítica de la sociedad tiene que empezar con la crítica de la religión: „Exigir que se abandonen las ilusiones sobre una condición, es exigir que se abandone la condición que requiere de ilusiones.“

2. Lo nuevo no puede ser „lo viejo vestido en nuevas ropas“. Lo nuevo consiste en pensar y hacer lo que nunca antes hemos pensado y hecho, y lo que nunca más vamos a repetir. En ésto, precisamente, consiste la tan necesaria teoría y práxis revolucionaria.

3. Históricamente, el socialismo ha nacido junto al capitalismo, como su negación. El socialismo ha nacido como el ¡No! a la explotación económica, el ¡No! a la dominación política, el ¡No! a la discriminación social, el ¡No! a la militarización universal, y el ¡No! a la alienación humana.

4. Sólo si nuestro socialismo auténtico-autóctono y universal a la vez, logra añadirle otro ¡No!, el ¡No! decisivo a las negativas enumeradas, nos encaminaremos hacia la la verdadera emancipación humana y humanidad emancipada: el ¡No! al trabajo, que es el ¡No! a la destrucción de la madre naturaleza por la sociedad, y por ende el ¡No! a la autodestrucción de la especie humana.

En la parte final de nuestra sesión de hoy, hemos presentado y discutido un borrador para lo que podría llegar a ser la constitución del futuro „Núcleo de Desarrollo Endógeno Kleber Ramírez“ en Chiguará. Antes de introducir el texto, hemos tratado de hacer una definición o más bien aproximación al termino „desarrollo“, con las observaciones siguientes:

1. El concepto „desarrollo“, tal y como se nos ha presentado o se nos suele presentar generalmente, es engañoso por orientarse en el modelo de „desarrollo“ europeo y/o norteamericano, es decir, al sugerir que se puede imitar los modelos de industrialización, consumo y „prosperidad“ del Occidente.

2. Resulta, sin embargo, que históricamente el tan envidiado „desarrollo“ industrial de Europa no ha sido otra cosa que la constitución del mercado mundial con la colonización, el genocidio, el saqueo, el atropello, la militarización, cristianización y eradicación de creencias y culturas autóctonas de los continentes y países que hoy constituyen el „Tercer Mundo“. De tal forma, la otra cara de la moneda del „desarrollo“ Europeo ha sido el „subdesarrollo“ de países y continentes enteros.

3. Comprendiendo, que „desarrollo“ y „subdesarrollo“ son los dos lados del modo de producción capitalista como se estableció a escala global a través del mercado mundial, queda claro, que nada tiene que ver con la idea nuestra de fomentar la creatividad social y natural, a la cual le queda corto el concepto „desarrollo“.

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Jutta Schmitt
jut...@aktionspotenzial.de

Franz J. T. Lee
adm...@franzlee.org

Literatura y Análisis Político de Venezuela y del Mundo.
www.geocities.com/juschmi


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