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CAMBALACHE CIENTIFICO y ZONA LIBERADA en el CONICET (Argentina).

Anonyme, Sábado, Febrero 19, 2005 - 16:14

Eduardo R. Saguier

CAMBALACHE CIENTIFICO-El CONICET como ZONA LIBERADA (Argentina).

En Diciembre de 1999 los Investigadores del CONICET Ricardo Ojeda, Alicia Seltzer y Beatriz García propusieron que ".se recreen las comisiones que existían anteriormente y que se creen todas las comisiones necesarias para atender adecuadamente al desarrollo cada vez mas creciente de nuevas áreas del conocimiento".

Esta frustrada propuesta había obedecido a la reciente fusión de las Comisiones de Bioquímica, Biología y Ciencias Médicas en una sola

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Asunto: 
Crisis de Representatividad Academica-CONICET
Autor: 
Eduardo R. Saguier
Fecha: 
Vie, 2005-02-25 10:44

En realidad en el CONICET se esta viviendo --aparte de la crisis moral-- una crisis de representatividad academica y en consecuencia una crisis de gobernabilidad y una grave perdida de credibilidad. Esta crisis de representatividad --que la Jueza Emilia Martha Garcia ha puesto ayer en evidencia-- se debe en gran parte a la estructura de poder impuesta por el Estatuto Lanussista con su Junta de Calificaciones carente de independencia y compuesta por jueces en causa propia; y por la propia legislacion Menemista (Decreto 1661), donde el numero de cargos publicos electivos fue restringido a solo los cuatro miembros del Directorio. Esta increible restriccion en la representatividad academica trajo como secuela un monopolio perverso del poder academico y por consiguiente un agravio constitucional por la circunstancia que la autonomia universitaria (de la cual el CONICET es parte por ser un desprendimiento forzado en 1956 de las atribuciones en materia de educacion superior) esta garantizada por la Constitucion Nacional. La unica forma de comenzar a remontar esta critica situacion que aplasta a la creatividad de la ciencia argentina es ampliar la representatividad confiriendo electividad o elegibilidad a los Coordinadores o Presidentes de las multiples Comisiones Asesoras con que cuenta el CONICET. Con esta multiplicacion de los cargos electivos se haria factible la conformacion de Listas electorales y la consiguiente representacion de las minorias que un regimen de Lista Incompleta aseguraria.

Eduardo R. Saguier


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Asunto: 
CRISIS DE LEGITIMIDAD EN LA CIENCIA ARGENTINA
Autor: 
Eduardo R. Saguier
Fecha: 
Sáb, 2005-02-26 22:13

CRISIS DE LEGITIMIDAD EN LA CIENCIA ARGENTINA

A propósito de mi escrito reciente acerca de la crisis de representatividad en la ciencia argentina, un colega de mi amistad pero que ha preferido mantener su identidad reservada me ha manifestado con preocupación que mi diagnóstico de la ciencia argentina está profundamente equivocado, por cuanto ésta en realidad padece de lo que debería denominarse una crisis de legitimidad.

Ampliar el número de los cargos electivos en el CONICET no hace al meollo de la cuestión, que para mi colega se resumiría en:

1) “como atacar el/los pactos mafiosos no solo entre los que ahora están en la conducción sino en la comunidad científica en su conjunto: no sirve un número mayor de investigadores si son corruptos (al contrario, sería aun peor), lo que urge es implementar medidas para que ser corrupto o mafioso no sea mas un excelente negocio.

2) “como modificar el patrón de comportamiento que dice "para los amigos todo, para los otros nada": discutamos acerca del pensamiento y comportamiento hegemónico al cual hay que adherir para subsistir en nuestro sistema científico-tecnológico-universitario.

3) “Poner sobre el tapete el sinsentido de ciertas discusiones a las cuales intentan (y lo logran) permanentemente llevarnos: que la pertinencia, que la producción, etc. Planteemos que los CV de los investigadores deben ser ante todo y sobre todo "bien habidos" y no producto de pactos, transas, amiguismo o de serle útil a la mafia de turno, tanto en lo que respecta a la obtención de fondos como de ascensos. De que vale un CV mal habido? Que tal si hablamos del lazo indisoluble entre ciencia y ética?

4) “Ellos insisten en que debemos formar recursos humanos; pues bien: nosotros hablemos de la deformación de los recursos humanos, verdadera estafa a los jóvenes, ya que lo que aprenden es la conducta corrupta y/o mafiosa de sus directores, co-directores, tri-directores... (ahora los becarios/tesistas tienen siempre dos padrinos que los dirigen, de manera tal que con un jóven comen dos investigadores? por que será?)”.

Esto es todo por el momento. Solicito reflexiones al respecto

Eduardo R. Saguier


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Asunto: 
La investigación científica en la dictadura (Argentina)
Autor: 
Eduardo R. Saguier
Fecha: 
Dom, 2005-02-27 11:12

La investigación científica en la dictadura,

por Raúl Fernández (UNMdP)

El 24 de marzo de 1976, hace 28 años, se produjo el último golpe militar ocurrido en nuestro país. Durante la dictadura militar que se apoderó de Estado durante 7 años y medio, ocurrieron terribles violaciones a los Derechos Humanos, de las cuales las desapariciones, las torturas y los secuestros y sustituciones de identidad de menores -que aún hoy perduran-, no son sino la punta de un lamentable iceberg que oprimió toda la sociedad argentina. En ese nefasto período, la deuda externa aumentó 10 veces y la participación de los trabajadores en la renta nacional disminuyó a la mitad.
Durante la dictadura, en las Universidades Nacionales se aplicaron ingresos restrictivos, se arancelaron los estudios, no hubo concursos para la provisión de cargos, no fueron permitidas las actividades políticas, ni los centros de estudiantes, ni las agrupaciones docentes o no docentes. Hubo 'listas negras' y muchos debieron emigrar. Para entrar a un aula era necesario mostrar los documentos. Las Universidades Nacionales fueron repartidas como botín entre las distintas fuerzas armadas; la nuestra, fue entregada a la Armada.
A mediados de 1983, un grupo de investigadores creó la Asociación Argentina de Investigadores Científicos y Tecnológicos (AAdICyT). En su primer boletín puede leerse una reseña de su formación:
"El clima preelectoral era propicio para la exposición franca de problemas e irregularidades, para el encuentro en democracia, para el asombro y la indignación frente a las enormidades que los propios interlocutores iban descubriendo en sus comentarios acerca de los daños y de la destrucción que la dictadura había ocasionado en las actividades de investigación".
"Nunca se habló, en los informes oficiales, de los investigadores presos y desaparecidos, de los que tuvieron que exiliarse, de los cesantes -que fueron exiliados internos deambulando en cualquier tarea-, de los institutos y gabinetes clausurados y de los núcleos de trabajo destruidos, del nombramiento de incapaces en programas y centros creados para su encumbramiento, de las defraudaciones, malversaciones y dilapidación de fondos por falta intencionada de control, del clima de amenazas, de recelo y de terror para evitar la comunicación libre entre investigadores y tapar arbitrariedades, postergaciones y delincuencias".
Hoy, en el aniversario del golpe, es importante ejercitar la memoria -'sueño, espina, refugio y arma de la vida y de la historia'- para que no vuelva a ocurrir nunca más!

Dr. Raúl Fernández
Programa de Divulgación Científica
Secretaría de Extensión
Universidad Nacional de Mar del Plata

PAGINADIGITAL


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Asunto: 
La Red Mafiosa en la Ciencia y la Universidad Argentina
Autor: 
Eduardo R. Saguier
Fecha: 
Jue, 2006-12-21 08:21

La Red Mafiosa en la Ciencia y la Universidad Argentina

por Eduardo R. Saguier
Investigador Independiente del CONICET
http://www.er-saguier.org
Email: sagu...@ssdnet.com.ar

Indice

I.- Introducción
II.- La Agencia y la complicidad de sus Coordinadores de Area
III.- El Conicet y la complicidad de sus Comisiones Asesoras
IV.- Las Universidades Nacionales y la complicidad de sus Consejos Directivos y Secretarías de Ciencia y Técnica
V.- Conclusiones

I.- Introducción

El origen de la Agencia Nacional para la Promoción Científico-Tecnológica, dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación, supuestamente obedeció a la necesidad de crear un sistema de financiamiento de la ciencia independiente de la institución del beneficiado y de paso despojar al CONICET de los fondos con que subsidiaba a sus propios Investigadores de Carrera, so pretexto de que no podía ser Juez y Parte Interesada en la distribución de dichos subsidios.

Pero con el correr de una sola década, lo que comenzó como un objetivo de independencia y equilibrio académico terminó paradójicamente en una violencia simbólica generalizada, que ha atentado contra las libertades de pensamiento y de cátedra, y ha contaminado los cargos político-académicos (Consejeros) induciendo a sus candidatos a postularse al sólo efecto de promoverse en la carrera científica (ascensos en el CONICET) y de hacer caja con los presupuestos científicos extra-universitarios (Agencia, CIC, etc.). En los hechos la Agencia, el CONICET, las Secretarías de Ciencia y Técnica y los Consejos Directivos de las Universidades Nacionales, la CONEAU y la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación han tergiversado sus principios originarios fusionando íntima e ilegalmente sus mutuos intereses.

Los Coordinadores de Area de la Agencia, cuya responsabilidad arbitral es indirecta, por consistir en asignar los evaluadores de cada proyecto de investigación (de identidad confidencial), son designados por el Directorio de la Agencia. Estos Coordinadores de Area, preceden, acompañan o sobrevienen a los subsidios otorgados a sí mismos, lo que configura claramente el ilícito de colusión de intereses. Más aún, la Agencia subsidia a ciertos y determinados Investigadores del CONICET y en reciprocidad el Directorio del CONICET los designa en sus múltiples Comisiones y mediante su propia Junta de Calificaciones los asciende en la carrera científica. Estas reciprocidades, que son violencia simbólica, tampoco hubiera sido posible sin el maridaje de numerosas autoridades, entre las cuales se encuentran todo el staff de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación así como todos los funcionarios de las Secretarías de Ciencia y Técnica y los Consejos Directivos de las diferentes Universidades Nacionales, las cuales han tenido mediante las categorizaciones de los denominados Incentivos parte intrínseca en dicha violencia simbólica. A su vez, estas reciprocidades han sido el producto de códigos, privilegios y prerrogativas no escritas, mediante las cuales se ha incluido a los eventuales aliados, se ha utilizado a los auténticamente prestigiosos para infiltrar a los inescrupulosos y mediocres, y se ha excluido con medidas punitivas (rechazo de Informes y Proyectos, congelamiento de ascensos, etc.) a los desafectos o a aquellos elementos considerados como peligrosos, porque pueden haber llegado a socavar el plan mafioso. Con estos códigos no hay forma de arrepentirse, ni de denunciar nunca a sus colegas. La denuncia como la delación equivalen al ninguneo y el castigo.

En los números, en un principio (1997), el presupuesto de la ANPCYT fue de 53 millones de pesos, y llegó en 2006 a la suma de 211 millones, totalizando en todo dicha década la suma de 876 millones de pesos, o la friolera de 300 millones de dólares, a razón de 30 millones de dólares por año, a distribuir entre 500 investigadores promedio, o U$S 60.000 cada uno. Más específicamente, entre el 2002 y el 2005 la suma alcanzó los 600 millones de pesos o 200 millones de dólares, que fueron distribuidos entre unos dos mil investigadores, a razón promedio de U$S100.000 cada uno. El monto individual de los subsidios comenzó en 1997 con cifras de cinco dígitos, y más luego alcanzaron los seis dígitos. Por otro lado, en un comienzo el número de Areas temáticas fue razonable pero con el correr del tiempo se fueron multiplicando vertiginosamente. La fusión de estos organismos de ciencia y técnica y la gestación de numerosos nichos de poder académico alcanzó entonces su éxtasis y su fruto ha concluido por fragmentar las filas de los científicos e inducir una suerte de paz de los sepulcros. Toda esta descomposición moral comenzó escalonadamente primero en la década del 80 con los concursos de cátedra, siguió luego en la década del 90 y merced al Pacto de Olivos (1994) con los denominados Incentivos a la investigación, y culminó más luego con los subsidios y la creación de la Agencia (1997). El propio mecanismo de los incentivos se inició en forma amplia, y progresivamente se fue restringiendo primero a los docentes que contaban con dedicación exclusiva, luego a los que fueren profesores titulares regulares, y así sucesivamente hasta reducir el número de los beneficiarios a un cenáculo cada vez más reducido. Pero lo más grave de todo no es la nómina de los que se beneficiaron, sino el tipo de saber que han legitimado como conocimiento de excelencia.

Entre estos funcionarios integrantes de una suerte de “red o cadena de la felicidad” se encontrarían medio centenar de Coordinadores de Areas de la Agencia Científico-Técnica (ANPCYT), setenta (70) miembros de las Comisiones Asesoras del CONICET y medio centenar de Secretarios de Ciencia y Técnica de las Facultades y Universidades Nacionales, por cuanto se habrían otorgado subsidios a sí mismos o a terceros que son afines por amistad o parentesco incurriendo en negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública; en el usufructo patrimonial del cargo; en enriquecimiento ilícito; y/o en partícipes de una asociación ilícita o red ilegal de cooptación o apoderamiento fraudulento de las estructuras de decisión de las universidades (Rectorados, Decanatos y Secretarías de Investigación), y de las instituciones académicas (CIN, CONEAU, CONICET, ANPCYT).

Estas imputaciones alcanzarían a los mismos socios del silencio, que son los que medran compartiendo subsidios y proyectos (conductas tipificadas en los artículos 248, 256, 260, 261 y 210 del Código Penal), por cuanto la obligación del funcionario académico es otorgar subsidios a los que lo peticionan y no incurrir en incompatibilidades manifiestas otorgándoselo a sí mismo o a sus socios o amigos. Por cierto, para que la indagación de la existencia de una asociación ilícita fuera más plenamente acreditada se debería requerir la información relativa a los parentescos carnales y políticos, que como cualquier fiscal federal conoce son en el interior del país -por razones demográficas-una realidad más intensa y palpable que en la capital de la república.

Debemos señalar que esta investigación pudo ser hecha merced a la insistencia en la Lista de Discusión Pol-Cien para que se exhibiera la información oculta en el sitio electrónico de la SECyT, que es falto de total transparencia y cuyo ocultamiento pareciera ser hecho adrede. Los cruces entre los diferentes listados fueron practicados a mano, sin software alguno y utilizando sólo la memoria humana, por lo que es muy factible que se hayan escapado muchas otras correlaciones, especialmente la de aquellos que portan apellidos patronímicos (Pérez, Rodríguez, González, Fernández, etc.)

II.- La Agencia y la complicidad de sus Coordinadores de Area

En la Agencia Nacional para la Promoción Científico-Tecnológica, dependiente de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación (SECYT), presidida por el Dr. Lino Barañao, los Coordinadores de Area Jorge Jorrat, Marcelo Cabada, Eduardo Arzt, y Jaime Cerda, se habrían adjudicado a sí mismos sendos subsidios.

En efecto, en la Convocatoria-2004, el Coordinador del Área de Ciencias Humanas y Sociales Dr. Jorge Jorrat recibió la suma de $209.000; y en la Convocatoria-2003, el Coordinador del Área de Ciencias Médicas Dr. Eduardo Arzt recibió la suma de $210.000; el Coordinador del Área de Ciencias Biológicas Dr. Marcelo Cabada recibió la suma de $210.000, y el Coordinador del Área de Tecnología Química Dr. Jaime Cerda también la suma de $210.000. Y en la Convocatoria-2002, en una sospechosa operación les fue adjudicada igual suma a los que al año siguiente fueron los Coordinadores de las Areas de Tecnología Informática Dr. Marcelo Frías, de Tecnología de Alimentos María Cristina Añón, y de Economía y Derecho Dr. Luis Beccaria.

Asimismo, a los miembros del Directorio del CONICET Faustino Siñeriz, Carlos Rapela y Dra. Noemí Girbal de Blacha les fue asignada a cada uno en la Convocatoria-2002 la suma de $210.000; y a la Dra. Girbal en la Convocatoria-2005 una suma indeterminada bajo el Código 32.396. Y al Asesor de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación y Director del Observatorio Científico-Tecnológico Dr. Mario Albornoz le fue adjudicada en la Convocatoria-2003 la suma de $128.000, y en la Convocatoria-2005 una suma indeterminada bajo el Código 33.851.

A los Coordinadores de Area, que han sido denunciados al comienzo de este escrito, debemos agregar los Coordinadores siguientes:

1) En la Convocatoria-2005 les fue adjudicado subsidios por diferentes montos a los Coordinadores de Area Marcelo Cabada, Juan José Cazzulo, Eduardo Arzt, Alcira Batlle, Juan José Poderoso, Horacio Corti, Alberto Vargas, Luis Gugliotta, y Ana María Antón.

2) En la Convocatoria-2004 les fue adjudicado subsidios por diferentes montos a los Coordinadores de Area Eduardo Cánepa, Mirta Quattrochio, Juan Pablo Paz, Rodolfo Sánchez, Damián Zanetti, Juan Jose Poderoso, Amelia Rubiolo y Verónica Bucala.

3) En la Convocatoria-2003 les fue adjudicado subsidios por diferentes montos a los Coordinadores de Area Carlos A. Balseiro, Juan José Cazzulo, Horacio Corti, Roberto Rossi, Carlos Lanusse, Isidoro Schalamuk, y Ricardo Carelli

4) En la Convocatoria-2002 les fue adjudicado subsidios por diferentes montos a los Coordinadores de Area Gustavo Politis, Luis Alberto Beaugé, Roberto Salvarezza, Ricardo Astini, Beatriz Coira, Hermenegildo Ceccatto, Carlos Gigolo, Luis Mroginski, Maria Cristina Anón, Luis Beccaria y Marcelo Frías.

5) En la Convocatoria-2000/2001 les fue adjudicado diferentes subsidios por diferentes montos a los Coordinadores de Area Eduardo Cánepa, Juan José Cazzulo, Marcelo Cabada, Rodolfo Sánchez, Damián Ravetta, Gustavo Corach, Juan Pablo Paz, Juan José Poderoso, Alcira Batlle, Beatriz Coira, Walter Helbling, Ana María Parma, Alberto Escande, Amelia Rubiolo, Alberto Vargas, Francisco Felipe Garcés, y el actual Presidente de la Agencia Lino Barañao.

En efecto, en la Convocatoria-2005, les fue adjudicado a los Coordinadores del Area de Ciencias Biológicas Marcelo Cabada y Juan José Cazzulo montos indeterminados bajo los códigos 31.660 y 38211; a los de Ciencias Médicas Eduardo Arzt, Alcira Batlle, Juan José Poderoso cifras indeterminadas bajo los códigos 31.541, 32642, y 34.785; al de Ciencias Químicas Horacio Corti una cifra indeterminada bajo el código 32.916; al de Tecnología Energética Alberto Vargas una cifra indeterminada bajo el código 32.438; al de Tecnología Química Luis Gugliotta una cifra indeterminada bajo el código 38.158; y al de Ciencias Biológicas de Organismos Ana María Antón un monto indefinido bajo el código 34.901.

En la Convocatoria-2004, le fue adjudicado al Coordinador del Area de Ciencias Biológicas Dr. Eduardo Cánepa un subsidio por $280.000; al de Ciencia de la Tierra Mirta Quattrochio $223.000; a los de Ciencias Fisico-Matemáticas Juan Pablo Paz $271.000, Rodolfo Sánchez $200.000; y Damián Zanetti $202.000; al de Ciencias Médicas Juan José Poderoso $279.000; al de Ciencia de la Tierra Rodolfo Sánchez $78.802; al de Tecnología de Alimentos Amelia Rubiolo $280.000; y al de Tecnología Química Verónica Bucala $248.000.

En la Convocatoria-2003, le fue adjudicado al Coordinador del Area de Ciencias Matemáticas Carlos A. Balseiro $210.000; al de Ciencias Biológicas Juan José Cazzulo $210.000; a los de Ciencias Químicas Horacio Corti $209.000 y Roberto Rossi $210.000; al de Tecnología Pecuaria Carlos Lanusse $210.000; al de Tecnología Energética Isidoro Schalamuk $206.000; y al de Tecnología Informática Ricardo Carelli $256.000. A propósito, el Coordinador Roberto Rossi, aquí mencionado, sería el mismo que figura en La Nación del viernes 1º de diciembre como habiendo recibido el Premio Sadoski-Bernardo Houssay.

En la Convocatoria-2002, le fue adjudicada al Coordinador de Ciencias Humanas Gustavo Politis $200.000; al de Ciencias Médicas Luis Alberto Beaugé $210.000; al de Ciencias Químicas Roberto Salvarezza $193.000; a los de Ciencias de la Tierra Ricardo Astini $210.000 y Beatriz Coira 204.000; al de Ciencias Físico-Matemáticas Hermenegildo Ceccatto $200.000; al de Tecnología Química Carlos Gigoló $85.000; al de Tecnología Agraria Luis Mroginski $163.000; a la de Tecnología de Alimentos María Cristina Anon $209.000; al de Economía y Derecho Luis Beccaria $121.000; y al de Tecnología Informática Marcelo Frías $206.000.

En la Convocatoria-2000/2001, le fue adjudicada a los Coordinadores del Area de Ciencias Biológicas Eduardo Cánepa $130.000; Juan José Cazzulo $140.000; y Marcelo Cabada $90.000; a los de Tecnología Agraria Rodolfo Sánchez $84.000 y Damián Ravetta $140.000 (este último colaborador del Ing. Víctor Kopp, Director del Área Técnica de Gestión de Subsidios); a los de Ciencias Físico-Matemáticas Gustavo Corach $105.000 y Juan Pablo Paz $90.000; al de Ciencias Médicas Juan José Poderoso $105.000; a la de Ciencias Químicas Alcira Batlle $150.000; al de Ciencias de la Tierra Beatriz Coira $120.000; al de Ciencias Biológicas de Organismos Walter Helbling $130.000; al de Tecnología Pecuaria Ana María Parma $100.000; al de Tecnología Agraria Alberto Escande $105.000; al de Tecnología de Alimentos Amelia Rubiolo $150.000; y a los de Tecnología Energética Alberto Vargas $84.000 y Francisco Felipe Garcés $72.000. En esta última Convocatoria 2000/2001 le fue adjudicada al Prof. Lino Barañao la suma de $140.000; al ex Presidente del CONICET y actual Director General del FONCYT Armando Bertranou $75.000; y a los Decanos Alberto Boveris y Héctor Trinchero $170.000 a cada uno. En la Convocatoria-2005 registra su aparición el ex Secretario de Ciencia y Técnica del Menemismo Juan Carlos del Bello bajo el código 35.196, y la Secretaria de Educación de la Provincia de Buenos Aires Adriana Puiggrós con un monto indefinido bajo el código 38.346. También registra un subsidio el recientemente ascendido a la máxima categoría de Investigador Superior del CONICET Martín Isturiz con una suma indefinida bajo el código 38.197

III.- El Conicet y la complicidad de sus Comisiones Asesoras

La presencia de los miembros del Directorio del CONICET Faustino Siñeriz, Carlos Rapela y Noemí Girbal de Blacha entre los integrantes de la Cadena de la Felicidad de la Ciencia Argentina ha confirmado la sospecha de la existencia de una íntima reciprocidad entre la Agencia y el CONICET. Cruzando la actual lista de integrantes de las Comisiones Asesoras del CONICET, correspondiente al año 2006, con las Listas de los beneficiados por la Agencia-SEPCyT durante el último quinquenio ha dado como resultado casi un centenar de correlaciones, las que eventualmente revelarían la identidad de los integrantes de ese falso Parnaso en que se ha convertido la Cadena de la Felicidad aquí denunciada.

Entre los integrantes de la Comisión Asesora de Ciencias Médicas, los que recibieron subsidios en el año 2000/2001 fueron Aldo Mottino con la suma de $105.000; Carlos José Pirola con la suma de $120.000; Oscar Bottasso con un total de $92.000; y Héctor Targovink con el monto de $105.000; en el año 2002 fueron Patricia Elizalde con la suma de $210.000; Ana María Franchi con la suma de $210.000, y la Alicia Belgorosky con la suma de $210.000; en el año 2003, Hugo Daniel Luján recibió la suma de $210.000, y Osvaldo Uchitel la suma de $200.000; en el año 2004 los que recibieron fueron Rodolfo Campos la suma de $279.000; Jorge Geffner la suma de $174.000; María Ángela Lazzari la suma de $280.000; Alicia Mattiazzi la suma de $251.000; Héctor Targovnik volvió a recibir otro monto de $252.000; y Mario G. Murer la suma de $195.000. En este último caso, habría que aclarar que el Dr. Murer había ya recibido en el año 2002 la suma de $110.334. Y en el año 2005, los que recibieron fueron Claudia Capurro una suma bajo el código 32.130; Osvaldo Podhajcer un monto bajo el código 38.011; y otra vez Osvaldo Uchitel una suma desconocida.

Entre los integrantes de la Comisión de Biología Alfredo Juan Castro Vázquez recibió en 2002 la suma de $147.000; y en el año 2005 Miguel Angel Sosa Escudero recibió una suma indefinida bajo el código 33.383; y Marta Dolores Mudry un monto bajo el código 38.001.

Entre los miembros de la Comisión de Química, en el año 2000/2001 María Rita Micaela Hoyos de Rossi recibió un total de $140.000; Manuel López Teijelo la suma de $94.000; y Carlos Previtali un total de $105.000; en el año 2002 el Coordinador Gerardo Burton recibió la suma de $202.000; en el año 2004 los que recibieron fueron Edgardo Durantini la suma de $203.000; Luis Dante Martínez el monto de $160.000; y José Carmelo Pedregosa la suma de $267.000. Y en el año 2005, Carlos M. Previtali volvió a recibir un monto indeterminado bajo el código 32.351. Entre los integrantes de la Comisión de Bioquímica, en el año 2004, la Coordinadora Beatriz Caputto recibió la suma de $280.000; José Luis Bocco recibió $279.000; Horacio Garda recibió la suma de $270.000; Fernando Goldbaum el monto de $280.000; y María Isabel Colombo recibió la suma de $276.000. En este último caso, habría que aclarar que la Dra. Colombo había ya recibido en el año 2002 un monto de $196.771.

Entre los miembros de la Comisión de Matemáticas y Computación Juan Santos recibió en 2002 la suma de $205.000; y Graciela Boente Boente recibió en 2004 la suma de $177.000. Entre los miembros de la Comisión de Física, Ricardo Piegaia recibió en 2002 la suma de $171.249; y en el 2005 recibieron Jorge Fernández Niello una suma indefinida bajo el código 32.757; y Patricia Levstein otro monto desconocido bajo el código 33.623. Entre los integrantes de la Comisión de Astronomía, su Coordinador Pablo J. Mauas recibió en 2005 una suma indeterminada bajo el código 32.408. Entre los integrantes de la Comisión de Ciencias Exactas y Naturales Gerardo Perillo quien desempeña a su vez el cargo de Coordinador de la Comisión de Ciencias de la Tierra, recibió en 2004 la suma de $272.000.

Entre los miembros de la Comisión de Ciencias Agrarias, en el año 2002 Roberto Lecuona recibió la suma de $175.000; y en el año 2003 Sofía Chulze recibió un total de $210.000. Entre los integrantes de la Comisión de Veterinaria, en 2000/2001 Osvaldo Rossetti recibió la suma de $75.000; y en 2002 Enrique Portianski recibió un total de $197.000. Entre los miembros de la Comisión de Ciencias de la Tierra, el Agua y la Atmósfera, en 2000/2001 Analía Artabe recibió $75.000; Sergio Matheos la suma de $85.000; y Alejandro Tosselli la suma de $150.000; en 2002 Carlos Cingolani recibió la suma de $188.167; en 2004 Susana Bischoff recibió un total de $220.000; y en el 2005 los que recibieron fueron nuevamente Analía Artabe una suma bajo el código 32.323; y Alicia Ronco un monto bajo el código 38.350.

Entre los integrantes de la Comisión Asesora de Ingeniería Civil, Mecánica y Eléctrica, el Ing. Guillermo Kaufman recibió en 2005 una suma bajo el código 38.168. Entre los miembros de la Comisión Asesora de Ingeniería y Procesos Industriales y Biotecnológicos en 2000/2001 José Bandoni recibió la suma de $120.000.

Entre los integrantes de la Comisión de Ciencias Humanas, María Isabel Santa Cruz recibió en 2005 una suma bajo el código 38.227. Entre los miembros de la Comisión de Arquitectura en 2000/2001 Beatriz Cuenya recibió la suma de $60.000. Entre los integrantes de la Comisión de Historia y Antropología en 2000/2001 Cristina Bellelli recibió la suma de $92.000.

También han sido beneficiados con subsidios los integrantes de las Comisiones Asesoras Pablo Penchaszadeh, Alfredo Bolsi y Guillermo Mengoni Goñalons. También se registra este fenómeno: en la Universidad de Córdoba con los Investigadores Dora Celton y César Tcach; en la Universidad de Cuyo con el biólogo Alfredo Castro Vázquez; y en la Universidad Nacional del Sur con el tecnólogo químico José Alberto Bandoni, quien integra la Comisión Asesora de Ingeniería de Procesos Industriales y Biotecnología.

Entre los miembros de la Comisión Asesora Interdisciplinaria Especial Ad-Hoc de la Gran Área de Ciencias Agrarias, Noemí Walsoe de Reca recibió en el año 2003 una indefinida suma de dinero; y en la de Ciencias Biológicas Stella González Cappa recibió un monto indeterminado, Ricardo Farías $210.000 en 2003, y Rodolfo Ugalde que a su vez desempeña el cargo de Coordinador de la Comisión de Veterinaria y fue Director del Consejo de Investigaciones Científicas (CIC) de la Provincia de Buenos Aires recibió $210.000 en 2003 y $275.000 en 2004.

Entre los integrantes del Comité Asesor del Núcleo Básico de Revistas Científicas les fue adjudicado a Alfredo Bolsi $30.000 en 2000/01, a Dora Barrancos $208.000 en 2004, a Alejandro Rofman $135.000 en 2004, a Marcelo Cavarozzi $204.000 en 2004 y una cifra indeterminada a Stella González Cappa.

Entre los integrantes de la Comisión Ad-Hoc-Recursos correspondiente a las Ciencias Sociales le fue adjudicada a Ana María Lorandi en 2003 la suma de $72.969 y a Víctor Tau Anzoátegui $50.000 en 2000/2001 y un total de $95.000 en 2003. Entre los integrantes de la Comisión Ad-Hoc de Materiales, Roberto Salvarezza recibió en 2002 la suma de $193.000.

Y finalmente, entre los miembros del Comité Nacional de Ética en Ciencia y Tecnología de la SECYT Stella M. González Cappa, Alberto R. Kornblihtt, Armando Parodi y Otilia Vainstok recibieron jugosos subsidios. La Dra. González Cappa lleva acumulados desde 1998 tres diferentes subsidios de seis dígitos cada uno. ¿Sus otros miembros Roberto Fernánez Prini, Samuel Finkielman, Noé Jitrik, Ernesto E. Maqueda, Fernando O. Ulloa y Aída Kemelmajer de Carlucci tendrán algo para opinar respecto a la Cadena de la Felicidad recientemente descubierta bajo sus narices? ¿Ninguno de estos científicos expertos en temas de ética sospechó ninguna anormalidad?

IV.- Las Universidades Nacionales y la complicidad de sus Consejos Directivos y Secretarías de Ciencia y Técnica

Habíamos descubierto que los Coordinadores de la Agencia -elegidos por el Directorio para seleccionar los evaluadores de cada Proyecto-- también fueron simultánea o en forma diferida beneficiarios de subsidios. Más luego hallamos que la Agencia subsidia a ciertos y determinados Investigadores del CONICET y en reciprocidad el Directorio del CONICET los designa en sus múltiples Comisiones y mediante su propia Junta de Calificaciones los asciende en la carrera científica. Y hoy venimos a descubrir que esta suerte de asociación ilícita no habría sido tampoco posible sin la sociedad de las Secretarías de Ciencia y Técnica y los Consejos Directivos de las diferentes Facultades y/o Universidades Nacionales, las cuales han tenido merced a los Bancos de Evaluadores de la Secretaría de Políticas Universitarias y de la CONEAU --que establecen cual si fueran juntas de calificación categorizaciones y puntajes a nivel individual e institucional-- parte intrínseca en la violencia simbólica y eventual asociación ilícita así como en sus derivaciones penales, en cuanto a apoderamiento fraudulento, usufructo patrimonial del cargo y enriquecimiento ilícito.

Entre las funciones y responsabilidades de los Secretarios de Ciencia y Técnica de las Facultades y/o Universidades Nacionales, la tercera pata del trípode burocrático sobre el cual estaría montada la red que domina la producción del conocimiento científico en Argentina, está la de hacer el seguimiento de los Proyectos de Investigación financiados por organismos nacionales, provinciales y/o universitarios, así como la de administrar las Rendiciones de Cuentas de los gastos practicados por los Responsables de los Proyectos financiados.

En cuanto al contralor de esta gestión administrativa, tenemos que las Universidades Nacionales practican distintos criterios para ejecutar la función de auditoria, con muy diversos grados de rigor y transparencia, pues que se sepa no han descubierto hasta hoy ningún caso de apoderamiento fraudulento y/o enriquecimiento ilícito. Algunas Universidades han unificado esta responsabilidad en una Secretaría u organismo centralizado y otras lo han diversificado en tantas Secretarías como Facultades existen en sus organigramas. Para el caso, tenemos que la Universidad Nacional de Tucumán tiene desde hace un tiempo al frente de su Secretaría de Ciencia y Técnica al historiador Daniel Campi, el mismo a quien la Agencia financió en el 2002 con un subsidio de $135.938. En la Universidad Nacional de Córdoba, la Secretaría de Ciencia y Técnica estuvo cubierta por Alberto Edel León quien recibió sendos subsidios en 2003 y 2005, y en la actualidad figura a la cabeza el químico Héctor Rubinstein, el mismo que fue financiado en el período anterior de 2005 con un subsidio cuyo monto aún sigue indeterminado. En la misma universidad, la Secretaria Académica de Exactas Sonia Colantonio en 2002 recibió $97.821; y el Director del Programa de Doctorado en Ingeniería Oscar A. Anunziata recibió un PICT en 2003. En la Universidad Nacional de Rosario, el Secretario de Ciencia y Técnica de la Facultad de Ciencias Exactas Roberto Aquilano se benefició en 2005 con un subsidio de monto indeterminado. En la misma universidad, el Secretario de Ciencia y Técnica de la Facultad de Medicina Oscar Bottasso se benefició en 2004 con un subsidio de $213.125. En la Universidad Nacional de Córdoba, el Decano de Ciencias Químicas Gerardo Fidelio recibió en el 2001 la suma de $134.000. Y en la Universidad Nacional del Litoral, la Vice-Decana de la Facultad de Farmacia Yolanda Bolzón de Lombardo se benefició en 2005 con otro subsidio de suma indefinida.

En la provincia de Buenos Aires, los actos cuestionados tampoco escasearon. En la Universidad Nacional del Sur, el actual Secretario de Ciencia y Técnica Osvaldo Agamennoni recibió en 2003 la suma de $147.727. En la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Decano de Ciencias Exactas Gustavo Daleo y la Secretaria de Investigaciones Virginia Manzini recibieron en 2005 sendas sumas de monto indeterminado. En la Universidad Nacional de San Martín, el Director de la Escuela de Política Marcelo Cavarozzi se benefició en 2004 con un subsidio de $204.529; y el Secretario de Investigación Diego Hurtado de Mendoza fue financiado en 2004 con un subsidio de $71.279. Y en la Universidad Nacional de Quilmes tenemos el caso de un Consejero Departamental el biólogo Pablo Ghiringhelli, quien obtuvo en el 2005 un subsidio de la Agencia por un monto indefinido de pesos; y el de un biólogo Mario R. Ermácora, que fue subsidiado reiteradamente en dos períodos consecutivos, el del 2004 y el del 2005.

En el caso de la UBA, tenemos que algunos de los integrantes de la media docena de Comisiones Técnicas Asesoras (CTA) --que tienen como función prestar asesoramiento en las tareas de evaluación de las distintas actividades de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA-- serían también hipotéticamente parte necesaria de la red denunciada. Entre los beneficiarios de los subsidios por cifras aún no divulgadas, repartidos por la Agencia en el 2005, se encuentran los siguientes Investigadores: el miembro de la CTA No.1, de las Ciencias de la Salud Humana Rodolfo Rothlin; el integrante de la CTA No.3 de Ingeniería, Ciencias Ambientales y Habitat Juan Manuel Borthagaray (quien a su vez suma otro subsidio del 2002 de $210.000); los miembros de la CTA No.4, de Ciencias Básicas y Biológicas Alicia Godeas (PICT-2003 de $208.980) y Juan Pablo Rossi (quien a su vez suma otro subsidio del 2002 de $206.250); los miembros de la CTA No.5, de Ingeniería, Ciencias del Ambiente y Habitat Guillermo Artana y Jorge Alberto Sarquis; y los integrantes de la CTA No.6 de Ciencias Agropecuarias y Salud Animal: Ana Pilosof, Jorge Casal, Alejandro Mentaberry, Angel Chiesa (suma otro subsidio del 2002 de $203.708) y Alicia Fernández Cirelli, ex Secretaria de Ciencia y Técnica del Rectorado durante el Shuberofismo. Por último, faltaría contrastar las listas de beneficiarios de subsidios con los anteriores integrantes de estas mismas Comisiones Técnicas Asesoras, que por cierto no están exhibidos en la web, seguramente dados de baja para no dejar rastros de sus reiterados ilícitos.

En cuanto a las Secretarías de Ciencia y Técnica de cada Facultad de la UBA, tenemos que en la Facultad de Odontología, el Secretario de Ciencia y Técnica Enri Santiago Borda -integrante del CTA No.1-- ganó en el 2005 otro PICT de monto desconocido. En la de Farmacia y Bioquímica el Secretario de CyT Daniel Turyn ganó en 2004 un subsidio por $212.925. Y en la de Medicina, en la actual Comisión de Investigación de dicha Facultad el Dr. Daniel Sordelli ganó en el 2002 un subsidio por $210.000. Asimismo, en la UBA hemos encontrado entre los beneficiados por la Agencia al Decano de Filosofía y Letras Héctor Trinchero con $170.000, al Decano de Farmacia Alberto Boveris con $140.000, a la Vice-Decana de Farmacia Graciela Ferraro con una suma indeterminada, al Vice-Decano de Medicina Ricardo Gelpi con un subsidio en 2002 de $161.812; y a un ex Decano de Sociales Fortunato Mallimacci con el record de $362.186 en 2004. Entre el staff de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación nos tropezamos con el nunca tan bien recordado Hugo Levato, el mismo que aseguraba durante el Proceso y desde USA lo bien exonerados que estaban los Investigadores que más luego "desaparecieron". En efecto, en el 2004 Hugo Levato levantó en la Agencia un subsidio por la suma de $231.422. Y en el caso de la CONEAU, dos miembros de su Directorio, el sociólogo y ex funcionario de la Universidad Nacional de Quilmes Ernesto Villanueva, y el sociólogo Carlos Pedro Krotsch recibieron de la Agencia respectivamente en 2002 y 2005 la suma de $155.354 y de un monto desconocido.

Y en cuanto a los integrantes de los Consejos Directivos, tenemos que un número indeterminado de Consejeros habrían sido inducidos a candidatearse con el sebo de poder alcanzar “efectividades conducentes”. En la Facultad de Ciencias Exactas fueron subsidiados los Consejeros Gerardo Burton en 2002 con $201.000, Graciela Boente Boente en 2004 con $177.000, Juan Pablo Paz en 2004 con $271.000, Marta Dolores Mudry con un monto bajo el código 38.001, y Lía Gerschenson en 2005 con una cifra desconocida. En Ciencias Sociales, el Consejero Francisco Naishtat en 2004 con $167.708. En Ingeniería, el Consejero Hugo Sirkin fue subsidiado en 2003 con $210.000. En Ciencias Veterinarias fue subsidiada Alicia Fernández Cirelli con un monto desconocido. Y en Medicina, los Consejeros Ricardo Gelpi en 2002 con $161.812 y Daniel Sordelli en 2002 con $210.000 y en 2005 con una cifra desconocida. Faltaría cruzar la Lista de Beneficiarios de la Agencia con la de los integrantes de los Consejos Directivos correspondientes a períodos anteriores así como con la de los miembros del Consejo Superior. Pero este cruce resulta imposible por cuanto los listados de miembros anteriores no quedan registrados en los sitios electrónicos de cada Facultad.

También contamos con los extraños casos de aquellos Investigadores que aparecen financiados duplicadamente, es decir con subsidios otorgados a la misma persona y/o su homónima, en dos proyectos correspondientes a unidades académicas distintas. Este ha sido el caso en la Universidad Nacional del Centro del Investigador Alberto Parma, quien aparece con un subsidio otorgado en el 2005 en el Área de las Ciencias Médicas, y otro tanto en el mismo período en el Área de la Tecnología Pecuaria. El del Investigador Jorge Calvo, de la Universidad La Patagonia, y simultáneamente miembro de la Junta de Calificaciones del CONICET, quien aparece subsidiado en el mismo período del 2005 en dos Proyectos distintos, uno en el Área de las Ciencias de la Tierra y el otro en el Área de las Ciencias Biológicas de Organismos. Y el del Investigador Emilio Malchiodi de la UBA, quien figura subsidiado en el Área de las Ciencias Biológicas y también en el Área de las Ciencias Médicas..

Para el caso de la Universidad Nacional de Rosario contamos con el muy particular ejemplo de un matrimonio cuyos integrantes tuvieron ambos la felicidad de que la ANPCYT les financiara sendos proyectos, tanto el del marido, el biólogo Ricardo Duffard, en el 2005; como el de su esposa la tecnóloga del medio ambiente Ana María Evangelista de Duffard, con un monto de $258.333 devengado en el 2004, que sumados ambos darían en la unidad familiar más de medio millón de pesos en un par de años.

Por último, la cuarta pata de la mesa sobre la cual está mal servida la ciencia argentina sería la Secretaría de Políticas Universitarias y la CONEAU, ambas dependientes del Ministerio de Educación de la Nación, instituciones destinadas a categorizar a los denominados docentes investigadores y a certificar los programas de las instituciones de docencia superior. Ambas instituciones se han prestado hasta el presente, a través de las supuestas categorizaciones y puntajes, a toda suerte de manipulaciones y conspiraciones, de la cual están privilegiadamente exentos quienes son docentes de universidades o investigadores correspondientes al ámbito privado. Es decir, los miembros de instituciones o universidades privadas están excepcionalmente dispensados de tener que pasar por las horcas caudinas y kafkianas de una inmensa burocracia estatal.

V.- Conclusiones

Para completar esta investigación faltaría conseguir la Lista de Subsidios del corriente año 2006 y cruzar la Lista de Subsidios de la Agencia con las Listas de las Comisiones Asesoras del CONICET y la de los Consejos Directivos de las Facultades correspondientes a los años 2000/2001, 2002, 2003 y 2004, y así poder comprender el cuadro de gerenciamiento de la red denunciada. Asimismo, quedaría por cruzar esta información con las Listas de Ascensos practicados por la Junta de Calificaciones del CONICET, y con las Listas de los categorizados para los Incentivos producidas por las diferentes Universidades Nacionales. Cabe agregar que la metodología es la misma que se inauguró en los Premios Bernardo Houssay, que se repartieron en 1987, y que se denunciaron en su oportunidad con nombres y apellidos, y donde uno de sus organizadores integra la actual Junta de Calificaciones del CONICET. En todos estos Listados llaman la atención más de una quincena de repeticiones, como ser las de Eduardo Cánepa, Sofía Chulze, Rodolfo Sánchez, Daniel Sordelli, Juan José Poderoso, Héctor Targovnik, Mario G. Murer, Osvaldo Uchitel, Mario Albornoz, Víctor Tau Anzoátegui, Carlos M. Previtali, Analía Artabe, María Isabel Colombo, Beatriz Coira y Amelia Rubiolo, quienes aparecen como beneficiarios en repetidas Convocatorias. El de Poderoso parece ser el más llamativo pues también registra un tercer subsidio en el 2005.

Las preguntas que caben formularse son de orden jurídico y ético: ¿los actos académicos administrados por estos Coordinadores cuentan con validez moral y legal? ¿estamos o no frente a un caso de maridaje criminal, y en tal eventualidad corresponde o no efectuar una denuncia judicial? ¿De tratarse de un delito los actos de los imputados deberían ser reconsiderados y en ese caso deberían o no restituir los dineros recibidos? ¿Qué pasa con los numerosos proyectos que fueron rechazados y cuyos evaluadores fueron designados por los Coordinadores aquí denunciados? y ¿que responsabilidad les cabría en este entuerto a los Presidentes del ANPCYT y del CONICET Lino Barañao y Eduardo Charreau y a sus directos superiores Tulio Del Bono y Daniel Filmus?.

Toda esta investigación lleva al viejo enigma socrático sobre si es acaso posible democratizar una mafia, que impida los abusos de poder y las repeticiones dolosas de las prebendas racionadas, o por el contrario ello es una tarea imposible. Por lo pronto, se debería considerar las ventajas y menores riesgos de error de premiar obras consumadas sobre la de subsidiar obras proyectadas, cuyos eventuales beneficiados deben ser previamente categorizados por una burocracia estatal contaminada.

Finalmente, debemos concluir que la lucha contra la corrupción y la violencia simbólica en el campo de la investigación científica sólo puede tener éxito desde la instancia política, y que ninguna esperanza puede cifrarse en la judicialización de la misma. Es entonces la política la que --en el marco de los derechos y garantías democráticos- debe producir el saneamiento moral y el cambio estructural.

Fuente Documental

Presupuesto Nacional en AC&T
2. Evolución del Presupuesto Nacional en AC&T de los años 1997 al 2005
www.secyt.gov.ar/presupuesto_2006/documentos/0%20T%20Web%20Cap%202%20(97-06).xls

Convocatoria-2000-2004
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/foncyt_convocatorias_anteriores_...

Convocatoria-2005
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/TIPO_A_Y...

Proyectos No Admitidos en 2004
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/pict2004...

Proyectos No Admitidos en 2003
http://www.agencia.gov.ar/convocatorias/documentosconvocatorias/pict2003...


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