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LA REVOLUCION BOLIVARIANA HA PASADO A LA FASE ANTIIMPERIALISTA. Discurso de Hugo Chávez.

COJITE, Jueves, Mayo 20, 2004 - 18:26

Hugo Chávez

Presidente Chávez :

... Verdaderamente esta revolución apenas comienza, siempre lo hemos dicho, apenas lo estamos comenzando, y es necesario siempre no perder esto de vista.

... yo en primer lugar quiero ratificar lo siguiente, quiero hacer énfasis ante el país todo del siguiente planteamiento, no debemos para nada caer en el error de minimizar de manera alguna lo que ha ocurrido en los últimos días en Venezuela, no debemos dejarnos influir por la campaña mediática de los medios de comunicación privados, los cuales, como todos sabemos desde el primer momento de la captura de este grupo importante de paramilitares colombianos, un día como hoy, hace una semana exactamente, comenzaron una campaña para tratar de minimizar, no solamente minimizar, incluso para tratar de ridiculizar el hecho. como esa campaña es permanente, todos los días, no descansa, pues es importante que el pueblo venezolano, que los líderes políticos, que los líderes sociales, los verdaderos líderes de este pueblo nos pongamos al frente para subrayar la gravedad de lo que ha venido ocurriendo en los últimos días, para nada, repito, debemos aceptar la minimización de este gravísimo hecho, que no tiene precedentes en la historia nacional en 100 años, es un hecho para la historia política venezolana, es un hecho de extrema gravedad, cuyas implicaciones apenas estamos visualizando, estamos investigando, pero que ha tenido ya en estos 8 días, una resonancia mundial. Sólo los medios de comunicación privados de venezuela han tratado de minimizar este gravísimo acontecimiento. pero esta noticia ha recorrido el mundo entero, porque ciertamente reviste una gigantesca gravedad.

¿Por qué -habrá que preguntarse- esta operación paramilitar contra Venezuela? ¿por qué esta invasión de un grupo de casi 150 paramilitares y mercenarios? que lograron, apoyados por una quinta columna venezolana de traidores, lograron infiltrarse hasta el corazón mismo de la gran caracas, donde durante más de un mes estuvieron organizándose, estuvieron entrenándose, adiestrándose y equipándose para arremeter de manera salvaje y sangrienta contra el pueblo venezolano, contra los soldados venezolanos y contra el gobierno revolucionario. ¿cómo es que esto ha ocurrido? ¿por qué ha ocurrido? habría que revisar entonces un poco el panorama internacional, porque la explicación va mucho más allá de los límites de Venezuela, la explicación va mucho más allá de la confrontación política interna que se desató aquí ya hace casi 20 años, y aquí lleva su ritmo y lleva su rumbo, y tiene sus propias particularidades, porque forma parte de un tablero de ajedrez que abarca el mundo entero

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Habría que hablar, por ejemplo, del imperialismo, habría que abordar de nuevo ese tema, creo que es imprescindible que los venezolanos de hoy abordemos el tema del imperialismo, porque esa palabra, incluso vino siendo retirada del léxico, vino siendo retirada y borrada de los discursos, de los debates, de las asambleas populares, de los análisis políticos nacionales o internacionales; incluso desde las mismas filas de la izquierda latinoamericana, venezolana incluida por supuesto, hubo en los últimos años, y ha habido y todavía existe una especie de prurito para abordar el tema del imperialismo; incluso a veces como un temor para abordarlo, yo creo que lo que se trata en este momento, y esto para los pensadores, que somos todos nosotros, porque aquí todos somos pensadores, no hay mentes iluminadas; no, el gran pensador aquí se l lama el pueblo de venezuela, que hoy piensa y actúa y batalla y combate, todos tenemos que pensar, elaborar, reelaborar, y creo que llegó la hora de que busquemos distintas maneras de abordar de nuevo el tema, el concepto y la praxis del imperialismo.

Sobre todo después de la caída del muro de Berlín, sobre todo después de la caída de la Unión Soviética. Sabemos que en la historia, digamos oficial del mundo, sobre todo en la historia de occidente, del mundo occidental, se ha tomado aquellos hechos como el fin de la guerra fría. La guerra fría algunos escritores, algunos investigadores científicos de lo social, de lo político y de lo militar, han llamado a la guerra, y yo no les quito razón, la Tercera Guerra Mundial, incluso según algunos pudiéramos haber entrado en la Cuarta Guerra Mundial ahora mismo, y no dejo, repito, de quitarle razón a estos planteamientos.

Pero independientemente de ellos, cuando cae el muro de Berlín y la Unión Soviética, pues el Imperio de Occidente se siente dueño del juego, se siente dueño del mundo, se siente dueño de la llamada aldea global, y es cuando toma más fuerza la tesis neoliberal, y desde las filas del pensamiento revolucionario, incluso, comienzan algunos a asumir la tesis de una especie de imperio virtual, comienza aparecer algunos paradigmas, según los cuales el clásico imperialismo intervencionista que invadió territorio, que derrocó gobiernos, que generó guerras mundiales, ahora según estas tesis se habría virtualizado, y una especie de imperio menos malo se estaría erigiendo en el mundo, un imperio menos malo, que supuestamente ya no necesitaba invasiones territoriales, sino sólo la penetración de los mercados a través del neoliberalismo. Un supuesto imperio menos malo e inevitable, que ya no se fundamentaba en la punta de los cañones y en las ojivas de las bombas, o en la punta de las bayonetas imperialistas, sino que ahora venía de manera muy suave por internet, o por las bolsas de valores, o por la deuda externa, el FMI; un supuesto imperialismo menos malo que se fundamentaba en lo económico y que ya no necesitaba invadir territorios ni masacrar pueblos. Un supuesto imperialismo menos malo, que ya tenía asegurar, por la penetración meramente económica, a través de las compañías transnacionales, los recursos estratégicos para alimentar sus grandes maquinarias y su desarrollo científico-técnico, industrial-militar, recurso o recursos en los cuales destaca siempre, y destacará siempre el petróleo, aun cuando el agua comenzará a ser en los próximos ! años tan necesaria o apetecible, pues, para los países poderosos y los países del norte desarrollado, quizás más buscada en el mundo que el petróleo. Pero ese es otro tipo de problema.

En resumen, ese supuesto imperialismo menos malo estaría destinado a ser como el gran policía del mundo, el gran padre universal, duro pero con rostro humano, se empezó a hablar del capitalismo con rostro humano; se empezó a hablar de los programas sociales para aliviar los impactos de los ajustes estructurales impuestos por ese imperialismo menos malo: el capitalismo, el capitalismo neo­liberal. Pero incluso no se habló más nunca de imperialismo, casi nadie se atrevió a hablar de imperialismo, sólo incluso casi nadie se atrevió a hablar ni siquiera de capitalismo, sólo neoliberalismo, la máscara detrás de la cual se escondió durante casi dos décadas el viejo y perverso capitalismo, la máscara detrás de la cual se escondió durante casi 20 años el viejo, perverso y asesi no imperialismo que tanto daño le ha causado a los pueblos del tercer mundo durante 500 años, pero es el mismo viejo imperialismo.

Asistentes : Aplausos.

Presidente Chávez : ahora, resulta que ese supuesto menos malo, llamado neoliberalismo, con muy buen discurso tecnocrático, con rostros bien escogidos para ser proyectados, que penetró casi todas las facultades de economía y de sociología de las principales universidades, no sólo del primer mundo, sino del tercer mundo también, resulta que -y he aquí una de las ideas que debemos tomar para el debate y para el abordaje del problema que hoy vive le mundo y que tiene impacto en Venezuela- resulta que esa careta, o esa doble careta que se colocó el viejo, huesudo y mal oliente imperialismo, se le ha caído, porque sencillamente el plan neoliberal, la estrategia neoliberal, que es de finales de los ‘80 sobre todo, se pretendió imponer a estos pueblos, fracasó. Resulta que el imperialismo norteamericano, por ejempl o, pretendió desde hace más de 10 años, con una sonrisa de oreja a oreja, y con un planteamiento teórico azucarado, vendernos la tesis del ALCA, por ejemplo, para que todos seamos felices, para que haya libertad plena: ¡viva la libertad! Gritan. ¡libre comercio! ¡libre movimiento de capitales! Para que los países pobres de América Latina puedan captar inversiones internacionales. Esa es la solución a los problemas, nos dijeron, y muchos aquí se lo creyeron, incluso llegaron a creerlo hombres y mujeres que pasaron medio siglo batallando, hasta con fusiles en la mano, contra el imperialismo, incluso; partidos políticos se fueron detrás de esa tesis, movimientos obreros desaparecieron, los movimientos estudiantiles se habían evaporado, los movimientos campesinos brillaban por su ausencia, la sociedad estaba como adormecida y embelesada en este continente.

Claro, siempre hubo una excepción, Venezuela siempre ha sido la excepción, porque hay que recordar también que nosotros nos hemos convertido, desde 1989, en la vanguardia alternativa de la América Latina, y eso es parte de los sucesos que hemos vivido, que estamos viviendo y que seguiremos viviendo, cada venezolano consciente debe saberlo muy bien, y debe sentirse orgulloso de formar parte de la vanguardia alternativa que abre un camino de salvación a los pueblos de este continente, una vez más, como hace 200 años. Nos ha tocado a nosotros los venezolanos y venezolanas.

Pero, volviendo a la idea del imperialismo, para tratar de redondearla, y sólo contribuir al debate que debemos hacer todos los días, en todas partes. Ese viejo y maloliente imperialismo, que ya tiene más de 500 años en estas tierras, pues se había enmascarado, se había maquillado y andaba por ahí sonriente, y no se le veían las garras, no se le veían los colmillos, no se le vía el sombro de copa larga. Ahora, cuando ese viejo imperialismo se ha dado cuenta de que su intento para imponer al mundo el modelo neoliberal ha fracasado ya definitivamente, entonces no tiene ese viejo imperialismo, como nunca lo tuvo, en los siglos precedentes, sin ningún tipo de rubor, sin ningún tipo de vergüenza por nada ni de respeto por nadie, terminó de quitarse la máscara y sencillamente nos enseña de nuevo sus colmillos sangrientos y sus garras sanguinarias. Tenemos al frente de nuevo al viejo imperialismo asesino, masacrador de pueblos, que ahora ha dejado a un lado las recomendaciones de los tecnócratas y las propuestas de libre comercio, y de respeto a los dictados de las naciones unidas, y de respeto al derecho internacional, y sencillamente se nos presenta de nuevo al frente tal cual es: asesino, invasor. Y ahí está de nuevo el imperialismo atropellando pueblos, ahí está de nuevo el imperialismo echando por el suelo los preceptos de las naciones unidas, sin vergüenza de ningún tipo; ahí está de nuevo el imperialismo imponiendo un derecho casi divino que se atribuyeron de regir los destinos de los pueblos del mundo; ahí está de nuevo el viejo y clásico imperialismo, invadiendo pueblos, derrocando gobiernos, y atropellando la dignidad de millones de seres humanos en este planeta.

Creo que necesario es, para los pueblos de Venezuela y de América latinocaribeña, comenzar un reabordaje de este tema, porque sencillamente esto que estoy diciendo creo tiene una gran importancia para entender el momento que estamos viviendo en el mundo, en América y en Venezuela en particular. Y de allí a lo que aquí ha venido ocurriendo no hay sino un paso, sobre todo hay una fecha que marcó como el inicio de la ofensiva imperialista a la que me he referido en estos últimos minutos: el 11 de septiembre de 2011.

Fíjense ustedes que aquel hecho, aquella terrible ofensiva terrorista en Nueva York y en Washington, mirado ahora desde hoy, pues tenemos que repetir lo que dijimos entonces, que nos llenó de indignación, que nos llenó de un sentimiento de rechazo ante un hecho tan grave como aquel, donde murieron tantos inocentes, pero sin embargo también hay que decir ahora, bueno, y nosotros lo dijimos, creo que fuimos uno de los pocos gobiernos en el mundo que se atrevió a decirlo, cuando el imperialismo norteamericano comenzó con la invasión a Afganistán, a bombardear pueblos y ciudades, recuerdo que en alguna cadena nacional yo sólo mostré una foto de unas niños muertos por una bomba en alguna ciudad en Afganistán, protestando contra aquello a nombre del pueblo venezolano y de nuestro gobierno, y pues esto indign&oacut e; al gobierno de Washington, sólo porque estábamos pidiendo respeto a la vida de los niños de Afganistán, respeto a la vida de los pueblos. Después de unos dos años, el paso de los días y los meses nos ha venido dando la razón, sobre todo después del 11 de septiembre el imperialismo norteamericano tuvo como excusa o tomó como excusa aquellos terribles hechos para terminar de quitarse la máscara y arremeter contra las naciones unidas, irrespetando el consejo de seguridad, irrespetando el derecho internacional para invadir pueblos como el de Afganistán y luego invadir el pueblo de Irak, pero hay un detalle importante, 11 de septiembre, 11 de abril de 2002, apenas siete meses después del 11 de septiembre ocurrió el golpe de estado fascista en Venezuela, y todo el mundo sabe que ese golpe de estado ocurrió y pudo ocurrir sólo gracias al apoyo norteamericano, al apoyo ! del imperialismo norteamericano. Esa oposición venezolana no tenía ni tiene con qué dar un golpe de estado, sólo con el apoyo norteamericano y de otros sectores de otros países pudieran armar el golpe de estado de abril. Luego todos aquí sabemos cómo se han venido desarrollando los acontecimientos en Venezuela, cómo se han venido sucediendo uno tras otro atropello y atropello contra nuestro pueblo, contra nuestra soberanía, contra nuestro gobierno, contra nuestra revolución.

Diciembre 2002, igual, la mano extranjera, la quinta columna de los traidores, los sectores de oposición fascista, sectores del alto empresariado nacional, sectores de la fuerza armada venezolana, militares traidores, todos se confabularon para arremeter contra venezuela. Fracasaron en abril, fueron barridos por el pueblo y por los militares de la patria; fracasaron en diciembre 2002, fueron barridos de nuevo por el pueblo, por los trabajadores y la fuerza armada; aquellos días memorables de diciembre 2002, enero y febrero de 2003. Luego fracasaron también en distintos intentos de golpes constitucionales o institucionales, como algunos los llaman, utilizando esas quintas columnas –co­mo ya he dicho- infiltrada en algunos poderes del estado. Trataron de convertir el referéndum consultivo en revocatorio, violando la constitución, desconociendo las leyes, descon ociendo las instituciones y volvieron a fracasar. Luego se vinieron por el camino del referéndum revocatorio y montaron el aquelarre aquel de aquellos días de recolección de firmas, y ahí andan todavía reparando, deben estarle sacando la punta al lápiz a ver si reparan. Ahí están todavía haciendo esfuerzos para tratar de imponernos el referéndum revocatorio.

Ahora bien, todos estos acontecimientos, todos estos intentos de derrocar al gobierno, todos estos intentos de desestabilizar a Venezuela entran en el marco del tablero mundial, entran en esa línea de acción que el imperialismo ha tomado, sobre todo en los últimos dos años, y este hecho reciente, la infiltración de un número bastante grande de paramilitares, aquí mismo en el corazón de caracas, forma parte de la misma componente imperial internacional. No podemos desligar este hecho de ese marco mundial, de esa línea histórica en la cual estamos inscritos los venezolanos, por eso decía hace un rato que no podemos caer en la trampa de minimizar o de permitir que con el paso de los días vaya desapareciendo de nuestra mente, vayamos olvidando la gravedad de este acontecimiento. Debo decirles que al día de hoy y a tenemos con medida de privación de libertad y detenidos en los centros de reclusión militares del país a 102 paramilitares colombianos que están allí ya con juicio abierto, como un juicio militar.

Lo que ha ocurrido es sumamente grave para la seguridad, para la soberanía, para la defensa y para el desarrollo de Venezuela. Imagínense ustedes que nosotros no hubiésemos podido detectar ese grupo de paramilitares, cinco de ellos tienen una experiencia bastante larga, tienen un camino bastante largo recorrido allá en Colombia la hermana, y cuando digo Colombia la hermana quiero repetirlo desde el corazón, porque esa Colombia es hermana de verdad; desde aquí vaya un saludo estruendoso al pueblo colombiano, que es un pueblo hermano, que es un pueblo nacido también del genio bolivariano y, por cierto, debemos también recordar hoy, entre paréntesis, hablando de los pueblos hermanos como el de Colombia, de las repúblicas nacidas bajo la inspiración y el genio libertario de bolívar y del pueblo de libertadores que coma ndó. Decía que es necesario que hoy recordemos que un día como hoy ocurrió un acontecimiento fundamental que originó la fundación de la república de Bolivia, vaya desde aquí también nuestro saludo al hermano pueblo boliviano, pueblo hermano y bolivariano, pueblo que forma parte del corazón de un mundo nuevo, y a esa Bolivia que fue concebida por bolívar, que fue concebida por Simón Rodríguez, que fue concebida por Antonio José de Sucre como la utopía aquí en el corazón de la América del sur, y aprovecho para enviar desde aquí por extensión nuestro compromiso, nuestra solidaridad a todos los pueblos de la América Latina y del caribe que luchan hoy con sus banderas en alto por un mundo nuevo, por un mundo mejor; otro mundo mejor es posible, esa idea cada día ha venido tomando más fuerza en nuestro continente y en el mu! ndo también. Pues, Colombia, Colombia la hermana, cuando hablamos de los paramilitares colombianos tenemos que recordar también de dónde vienen los paramilitares colombianos, cuál es el origen del paramilitarismo en Colombia y cuál es la amenaza que hoy el paramilitarismo colombiano significa no sólo para el pueblo venezolano, sino para los pueblos de esta parte de Suramérica; el paramilitarismo colombiano es hijo de la oligarquía colombiana.

Yo sé que aquí en esta avenida hay muchos colombianos, hombres y mujeres nacidos en Colombia, conozco algunos y lo vi a lo largo del recorrido, por allá vi a un colombiano de Tacagua Vieja, que es un líder, allá me lo conseguí junto a los pobladores de aquel... De aquel barrio, hace menos de dos semanas que estuve por allá supervisando la marcha de la misión vuelvan caras, y esta mañana pasé en helicóptero por allá y estaba mirando el cerro y la quebrada y desde el aire les mandé mi corazón porque cada día yo me siento más comprometido con esos niños que allá vi, con esas niñas, con esos hombres, con esas mujeres del pueblo pobre de Venezuela, ¡con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar!, dijo José Martí y aquí lo repetimos, con los pobres de la tierra. He allí nuestro más grande compromiso, razón de esta revolución los pobres de Venezuela, dignificarlos, impulsarlos, abrirles o abrir junto con ellos el camino a la vida, ese es el más grande compromiso de esta revolución bolivariana. Pues por allá vi a un colombiano, yo le preguntaba ahí en Tacagua Vieja, estábamos allá viendo el sitio donde están comenzando la misión vuelvan caras, maría cristina, y qué, qué ilusión hay en esa gente, qué alegría, todos se sienten parte de la misión vuelvan caras, limpiando aquel cerro casi que con las uñas, y como siempre un grupo de soldados y unos profesores del INCE y un sueño y una realidad, y aparece aquel colombiano y yo siento que cuando habla él los demás se quedan callados, así que es el líder de aquel grupo. Y yo le pregunto: mira, n! egro, ¿y tú de dónde eres? Y él me dice, con una cara cruzada ya por la experiencia y los años pero llena de un espíritu juvenil infinito y de unas ganas de vivir y de trabajar por aquella comunidad, y con sus cabellos ya canosos me dice el negro: "yo soy de allá, presidente". ¿de allá dónde?, le pregunto. "yo soy de allá de la costa, de la costa colombiana". Y yo le digo: "mira, compadre, lo que pasa es que allá es aquí y aquí es allá, esta es una sola tierra, esta es la misma tierra y este es el mismo pueblo, hermano".

Muchos colombianos viven en Venezuela y por primera vez llegó un gobierno que les da la mano al igual que al pueblo de Venezuela, porque son el mismo pueblo, porque somos el mismo pueblo, porque somos la misma historia, porque somos la misma alma y porque somos el mismo sueño. No hay diferencia en nosotros, no hay diferencia para nosotros en el gobierno venezolano entre un colombiano y un venezolano, así lo digo desde mi alma y desde mi corazón porque para nosotros Colombia suena profundo, ¿saben?, para nosotros Colombia suena como, como si un millón de tambores comenzaran a sonar allá en las faldas del

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