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El PT y la disputa del 2002vieuxcmaq, Monday, April 9, 2001 - 11:00
Soriano * Joaquim (100641.2324@compuserve.com)
Las elecciones municipales del 2000, demostraron un cambio en el período de la lucha de clases. La situación claramente defensiva desde la elección de Fernando Henrique Cardoso (FHC) en 1994, ha cambiado. El PT y la disputa del 2002 Joaquim Soriano * Las elecciones municipales del 2000, demostraron un cambio en el período de la lucha de clases. La situación claramente defensiva desde la elección de Fernando Henrique Cardoso (FHC) en 1994, ha cambiado. El resultado electoral indica el fracaso para la alianza gubernamental en relanzar un proyecto de modernización conservadora, bajo la hegemonía liberal. No hubo, en efecto, en la década del '90, y ni se anuncia un proyecto de nueva inserción del Brasil en el mercado mundial y una restructuración de las relaciones entre el Estado y gran capital. La alianza gubernamental fue pródiga en rapiñar en patrimonio público, en la desregulación institucional, en la confiscación de derechos, en fin, en la implantación de una enorme regresión social, material y cultural. Las elecciones del 2000, mostraron que buena parte del electorado, sobre todo en los centros urbanos más desarrollados, tomó conciencia de ésta situación y busca en el PT una alternativa. La consecuencia inmediata ha sido la de anticipar la disputa del 2002 que decidirán quién gobierna el país. Al contrario de las dos elecciones presidenciales anteriores, la incertidumbre sobre los resultados es mayor y es probable que hay una segunda vuelta. Para el PT, se abre un período de tensiones. Superada la fase defensiva, el desafío es cómo construír las condiciones que lo preparen a liderar una alianza política e social con capacidad y vocación de gobernar el país. Es aquí donde entra el problema de la elección de la candidatura a presidente. El senador Eduardo Suplicy es el único formalmente inscripto para disputar la indicación del partido. Defendió -inclusive con una amplia divulgación en la prensa- un proceso de elección en que todas las candidaturas de oposición se sometieran a una elección popular -primarias- para que el voto directo indicase quién disputaría con el candidato del gobierno. Esta propuesta (rechazada por el Directorio Nacional del PT), colocaría la identidad partidaria e programática, en una bolsa de ofertas tan dispares que diluiría lo principal de nuestra acumulación en la disputa con la alainza gubernamental. ¿Que habría de común entre las propuestas del PT y las que organizan Itamar Franco, Ciro Gomes, Brizola o Garotinho? La experiencia reciente de las "alianzas amplias" en Río de Janeiro y Minas Gerais son demostraciones elocuentes que las alianzas deben estar sustentadas por un programa, y no solamente por una demarcación genérica de oposición a FHC o un frente anti-neoliberal. Otro problema que el Directorio Nacional enfrenta, es cómo ubicar la candidatura realmente existente y no inscripta. Lula encabeza todas las encuestas de opinión, está recorriendo el país, visitando ciudades administradas por el PT y, a través del Instituto de la Ciudadanía, elaborando propuestas sectoriales de gobierno: vivienda, seguridad pública, seguridad alimentaria, etc. Para el partido, que tiene a su frente la posibilidad de liderar un bloque de fuerzas galvanizado por un programa, que puede ser mayoritario nacionalmente, la realización de elecciones internas previas es muy poco: tal vez un expediente que desvíe las mejores energías y el foco de nuestras atenciones. El esfuerzo central del PT debe ser -en éste nuevo ambiente de perspectivas y posibilidades nuevas para construír un programa- una visión común de la realidad brasilera en ésta etapa de la mundialización capitalista y de las tareas para su transformación. Cómo universalizar al PT, cómo aumentar la sintonía con las necesidades, sentimientos, aspiraciones de la mayoría de la población brasilera. Aumentar el grado de universalización de la identidad y el proyecto petistas, es el mejor antídoto al retroceso. Una identidad ambigua, tanto como los particularismos, hacen vulnerable nuestro proyecto. Este año en el PT es de renovación de las direcciones en todos los niveles; momento privilegiado para tratar la elaboración programática, despersonalizando la disputa. Los Encuentros partidarios podrán retomar la buena tradición del debate sobre temas relevantes y no simples votaciones de las "tesis-guía". La candidatura del PT a la presidencia debe subordinarse a este proceso partidario. No puede quedar rehén del artificio de una elección previa y de un nombre sólo. No puede quedar sujeta a definiciones solitarias, por más justos que sean los dilemas. * Joaquim Soriano es Secretario Nacional de Formación Política y miembro del Directorio Nacional del Partido de los Trabajadores. Milita en la tendencia Democracia Socialista del PT. Artículo publicado en Correio da Cidadanía No 238, abril 2001. Traducción de Ernesto Herrera. |
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