First paragraph (Teaser):

Al contrario de lo que nos machaca la burguesía a través de sus expertos y medios de difusión, esta catástrofe no es natural; es claramente la expresión y el producto de este sistema, hoy senil y en quiebra, que domina a todo el planeta.

Rest of the text:

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Ya son decenas de miles las personas muertas o desaparecidas en Japón luego del terrible terremoto y del gigantesco tsunami. Pero otras decenas de miles, si no es que millones de personas han sido irradiadas o lo serán en los próximos días debido a las sucesivas explosiones de los reactores de dos centrales nucleares.

Japón no es un país de la periferia del capitalismo “sin recursos”. No es Haití. Y sin embargo, se ha producido el horror.

El capitalismo es el único responsable. Al contrario de lo que nos machaca la burguesía a través de sus expertos y medios de difusión, esta catástrofe no es natural; es claramente la expresión y el producto de este sistema, hoy senil y en quiebra, que domina a todo el planeta.

Primeramente, la protección a la población contra un tsunami tal era muy insuficiente. A pesar de que los científicos habían advertido desde mucho tiempo antes sobre un sismo así y sus consecuencias dramáticas. Pero sobre todo ¿qué razón, aparte de las ganancias y la competencia económica internacional, llevó a la clase dominante a construir centrales nucleares en tal región? Y peor aún ¿por qué no inundaron desde el principio los reactores nucleares para evitar su explosión y la contaminación? ¡Simplemente porque el capitalismo japonés no quería perder sus reactores, y quiso preservarlos a cualquier precio! Y que no se nos diga que se trata del cinismo y la barbarie únicamente del capital nipón. Cualquier otra burguesía habría hecho lo mismo para tratar de mantener su “competitividad internacional”, sin importar sacrificar a la población.

El capitalismo asesina y destruye. El atolladero histórico de esta sociedad es manifiesto. La agudización de la guerra económica debido a la crisis solamente agrava el cinismo y la barbarie capitalistas, preparando al conjunto de la sociedad para la guerra -también atómica- generalizada. ¿Cómo dudar del cinismo de la burguesía ante la catástrofe japonesa? ¿Cómo dudar de su cinismo y de su política deliberada que busca sacrificar a las poblaciones en el altar de sus intereses? ¿No está en este mismo momento dejando al Estado burgués libio de Kadafi bombardear y reprimir en sangre a su propia población con el fin de dar un ejemplo y lanzar así una advertencia a todos los “pueblos”, particularmente al proletariado internacional, cada vez más deseosos de sublevarse y de terminar con la miseria y la explotación?

Las decenas de miles de muertos japoneses y el verdadero terror ante las explosiones atómicas son la última expresión de una sociedad que no tiene otra cosa que ofrecer a la humanidad más que una barbarie creciente.

El capitalismo destruye, nos destruye.

¡Hay que destruir al capitalismo, es urgente!

Otra sociedad, sin ganancia ni clases sociales, está por construirse.

15 de marzo de 2011

La Fracción de la Izquierda Comunista Internacional.

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