Hurgar entre la inmundicia para sacarle provecho, no es práctica exclusiva de carroñeros. Alimentar mezquindades con engaños, cebar egoísmos a base de manipulaciones, es un vicio reiterado entre los reyes de la cadena evolutiva, quienes a menudo usan las facultades de raciocinio fraguadas por siglos de historia para satisfacer sus más oscuras y primitivas ambiciones.

Hurgar entre la inmundicia para sacarle provecho, no es práctica exclusiva de carroñeros. Alimentar mezquindades con engaños, cebar egoísmos a base de manipulaciones, es un vicio reiterado entre los reyes de la cadena evolutiva, quienes a menudo usan las facultades de raciocinio fraguadas por siglos de historia para satisfacer sus más oscuras y primitivas ambiciones.

Una de las empresas perjudicadas por el bloqueo es CONSUMIMPORT, que este año tuvo una afectación de 1 900 000 dólares, limitaciones que inciden en sectores tan sensibles como el deporte, la salud y la educación.

Así, aquellos que blanden contra el sistema elegido por los cubanos el argumento de una economía subdesarrollada, con limitaciones y frenos para emprender de una vez el anhelado camino del ascenso sostenido, nada hablan de los traspiés que el gobierno de los Estados Unidos pone a Cuba en su andar hacia el bienestar.

Apenas en materia de comercio exterior, de abril del 2009 a marzo del 2010 se registraron, a nivel empresarial, afectaciones de 155 500 000 dólares, derivadas del bloqueo económico, comercial y financiero aplicado a la Isla por más de cinco décadas.

Parte de las mencionadas pérdidas están relacionadas con la imposibilidad de acceder directamente al mercado de los Estados Unidos. Ello obliga a buscar intermediarios o a tantear las ofertas de mercados lejanos, lo cual deriva en un lógico encarecimiento de los productos.

Por esta causa la empresa CONSUMIMPORT, cuyas importaciones se destinan a los sectores de la salud, la educación y el deporte, tuvo una afectación de 1 900 000 dólares, al no quedarle otra alternativa que realizar sus compras a través de terceros mercados o intermediarios.

Anteriormente, la entidad había hecho un levantamiento de firmas subsidiarias estadounidenses productoras de artículos eléctricos, deportivos y de oficina, a las cuales envió solicitudes de compra sin obtener respuesta. Figuran entre ellas la Cooper Wiring Devices, la Office Furniture USA y la UCS INC.

También por no tener entrada en el mercado preferencial y de futuros de Nueva York, Cuba no tuvo participación en las importaciones de azúcar crudo realizadas por Estados Unidos que, de acuerdo con el Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura de ese país, alcanzaron en el periodo analizado 3 082 000 TM. Tomando en cuenta nuestros volúmenes actuales de producción y exportación, nos vimos afectados en 49 000 000 de dólares.

De igual forma, la Unión de Bebidas y Refrescos debió adquirir en mercados europeos los barriles de añejamiento de rones, por los cuales tuvo que erogar 284 700 dólares adicionales.

Y por la imposibilidad de llevar al mercado norteamericano bebidas cubanas, particularmente de la marca líder Havana Club, se dejaron de vender, al menos, 2 200 000 cajas de ron; lo cual se traduce en una pérdida aproximada de 87 300 000 dólares.

La necesidad de acudir a otras monedas para el intercambio comercial, dada la prohibición de utilizar el dólar, ocasiona también un incremento de los costos por las tasas de cambio y sus variaciones.

Entre las múltiples incidencias negativas que tiene el bloqueo en el sector externo de la economía cubana, se halla además la elevación del costo de financiamiento por el llamado "riesgo país".

Por este concepto, y a causa de costos bancarios, financieros y en las modalidades de instrumentos de pago, la empresa importadora de alimentos, ALIMPORT, se vio afectada en 102 900 000 dólares.

Tal suma hubiera permitido adquirir, a precios promedios del 2008, 337 000 toneladas de trigo, 451 000 de maíz o 109 000 de pollo.

Las medidas norteamericanas, encaminadas a obstruir la inserción de la Isla en los mercados internacionales y a entorpecer sus gestiones adquisitivas, no solo afectan los intereses cubanos.

Limitar el intercambio de la Mayor de las Antillas con otras economías del mundo, atenta también contra el derecho soberano de cada nación de comercializar con quien estime conveniente; veda, despóticamente, la oportunidad de encontrar en Cuba empresas consumidoras o proveedoras que pudieran resultar de interés.

Los ataques de EE.UU. contra nuestro país en el plano del comercio exterior, son apenas un acápite de la política de asfixiamiento a la Revolución cubana que, por más que en 50 años no ha conseguido su objetivo máximo de doblegarnos.