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Venezuela: Reforma Constitucional, Ideología y Propiedad Privada

franzlee, Sunday, September 30, 2007 - 15:42

Franz J. T. Lee

Por Franz J. T. Lee

A lo largo y ancho de Venezuela tanto como en el exterior, se estudia, se critica e incluso se demoniza la planificada reforma constitucional.

El artículo 115, que trata de las relaciones de propiedad, parece ser la manzana de la discordia capitalista, contra la cual se dirigen una gran parte de las observaciones. Esto ocurre, porque en dicho artículo se definen las bases materiales económicas del socialismo bolivariano, y con ellas la futura superestructura ideológica, al igual que los venideros reglamentos políticos. Este artículo también es la razón, por la cual el emergente Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), comenzando desde cero, no puede adoptar una cosmovisión marxista moderna y radical. Para lograr esto, hacen falta en primer lugar profundas luchas de clase en el ámbito práxico y teórico, que a su vez generan una avalancha de reformas constitucionales más radicales.
Según la reforma propuesta para el artículo 115 de la vigente Constitución venezolana, se garantizarán diversas formas de propiedad de los medios de producción, como la privada, la social, la colectiva, la estatal y la mixta, así como también la compra y venta de bienes en el mercado. Desafortunadamente, en este artículo no se hace una diferenciación científica y bien definida entre lo que es ‘propiedad’, ‘propiedad privada de los medios de producción’ y ‘simples mercancías y bienes en el mercado laboral y mundial’, los últimos incluyendo también las fuerzas físicas de trabajo alienadas de los trabajadores venezolanos. (Véase: http://archivos.minci.gob.ve/doc/
reformaconstitucionalfinal.doc)

Para poder entender este problema, la cosmovisión marxista político-económica moderna ciertamente nos puede ayudar.

Ahora, respetando todas las demás opiniones, resaltando nuestro dilema revolucionario de carácter teórico, desde un punto de vista científico y filosófico, es decir, desde una perspectiva marxista, ¿cuál es la base material de la ideología reinante en este momento en Venezuela, y en otras partes del mundo? ¿Por qué la propiedad privada de los medios de producción, como la que genera el trabajo de esclavos asalariados modernos, también controla la producción intelectual y así perpetúa la ideología capitalista dominante en Venezuela, América Latina y el Caribe?

Veamos lo que nos enseña la historia y el marxismo al respecto, y si este último, con sus pronósticos y predicciones tendenciales, vale hoy para nosotros.
Desde la victoria de la Revolución Francesa capitalista, fue la burguesía reinante, que a nivel nacional e internacional ha tomado las riendas del control de la producción ideológica global, quitándosela al clero y la nobleza feudal, clases sociales que se habían vuelto obsoletas y decadentes. Los medios de comunicación de masas metropolitanos dominantes de Occidente, como los imperios mediáticos de la desinformación de Time Warner y Murdoch, por ejemplo, poseen prácticamente el monopolio de las noticias y sus think tanks son expertos en censurar y falsificar noticias sobre Venezuela y otros países clasificados como ‘eje del mal’ en el planeta. En todas partes, las escuelas, universidades y la Iglesia se suman a esta cruzada de exorcismo y difamación contra líderes políticos como Fidel Castro o Hugo Chávez Frías, quienes defienden la causa de los explotados por lo menos hasta donde pueden.

Las campañas de difamación no son nada nuevo o sorprendente ya que han sucedido una y otra vez a lo largo de la historia por ejemplo contra Sukarno, Ho Chi Minh, Patrice Lumumba, Kwame Nkrumah, Salvador Allende y muchos más, y por supuesto contra la 'fuente de todos los males', contra el mismo Carlos Marx. De hecho, la difamación ha sido una constante contra todos los verdaderos socialistas, humanistas, marxistas y comunistas. Sin embargo hoy, en este presente orweliano, el odio de la clase dominante se dirige con una violencia sin precedentes contra todos los que todavía resisten contra este sistema y quienes han sido declarados ‘terroristas internacionales’ a los que espera el 'humanismo militar' de Washington para 'pacificarlos'.

La historia nos enseña, que mientras la burguesía europea era joven, todavía algo débil, pero revolucionaria y relativamente estable, su ideología dominante influyó en todas las clases sociales, inclusive la trabajadora. De esta manera, los ideales de la Revolución Francesa capitalista se universalizaron e influyeron también en nuestros libertadores. Estos vestigios ideológicos sobreviven hasta el día de hoy en todas partes del mundo y en nuestra propia Venezuela, como ‘verdades absolutas’ obsoletas y osificadas, especialmente en las mentes de la ‘oposición’ dentro y fuera de nuestra Revolución Bolivariana.

Durante el siglo XIX, en la primera fase de su lucha, los trabajadores y sus líderes todavía no habían entendido la verdad sobre la democracia, la revolución, la libertad, igualdad, fraternidad y justicia burguesas. No entendieron que la burguesía disfrazó sus intereses particulares de clase como 'causa de toda la humanidad'. No entendieron que cuando la burguesía hablaba y habla de libertad, fraternidad e igualdad está hablando de la libertad de explotar a las fuerzas de trabajo, la fraternidad entre miembros de una clase dominante y la igualdad de poder repartirse el mundo. No entendieron, que democracia y revolución son democracia y revolución burguesas, de por y para la burguesía. Y así es como muchos de nosotros seguimos confundidos ideológicamente hasta el día de hoy por cuanto defendemos una causa que no es nuestra, sino la de la clase dominante, la causa de la burguesía global. La ideología, el concepto ideología, denomina precisamente esto: confusión. Defender los intereses del adversario de clase y creer al mismo tiempo que se están defendiendo los propios interéses. Nada más útil para los explotadores y opresores. Nada más grato para ellos ver cómo estamos defendiendo su propiedad privada de los medios de producción, escondiéndola detrás de múltiples formas de propiedad, cuyo fruto de trabajo, salvo algunas migajas, no es ni será de los verdaderos productores, esto es, de los trabajadores venezolanos.

Esto es lo que se debe repensar, discutir y corregir con carácter de urgencia en el anteproyecto de la Reforma Constitucional.

Como sabemos, durante el siglo XX fueron las grandes corporaciones internacionales que poseían la propiedad privada de los principales medios de la producción material a nivel global y que también comenzaron a controlar progresivamente las fuerzas de producción intelectual de la sociedad, es decir, la propiedad intelectual. Con algunas excepciones, las universidades y otras instituciones de la educación mayor, se convirtieron en una especie de fábricas de producción intelectual, pero también de la conspiración, del sabotaje y del control mental. Tal como lo hace la clase dominante, que conoce el peligro de un pueblo ilustrado e instruido y que por ende y como sugirió Hitler, controla ideológicamente su educación, nosotros tenemos que estar claros, que el antídoto contra la ideología es la teoría con contenido de conciencia de clase. Aprendamos pues de Marx y Engels.

Hace mucho tiempo ya, cuando en 1845 Marx y Engels explicaron la esencia del actual control mental, de las ideas dominantes, de la religión y de la ideología en general:

“Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente.

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