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¿Por qué debería disculparse el pontífice?Anonyme, Sunday, October 1, 2006 - 23:51
Wilfredo Gutiérrez
NO FUE SU EVANGELIO LO QUE EMPUJÓ A BENEDICTO XVI A CONDENAR CON PARCIALIDAD LA VIOLENCIA EN LA IMPOSICIÓN DE LA FE. Por Wilfredo Gutiérrez Algunas voces de la prensa mundial están diciendo que el Papa Benedicto XVI "no tiene que disculparse por haber expresado una opinión," como lo sostiene un Editorial de El Mundo de Madrid. O porque fue "una cita mal entendida" como dice un artículo de la Associated Press en Univisión Online. Yo creo exactamente lo contrario. Creo que el Papa debería disculparse. Como todos sabemos, el Papa citó un texto histórico ultrajante al Islam en el que un emperador bizantino dijo que Mahoma sólo había traído al mundo "cosas malvadas e inhumanas." ¿Cómo te sentirías si por ejemplo el Presidente de Irán dijera que Jesucristo sólo trajo al mundo "cosas malvadas e inhumanas"? En verdad a mí me importa un pepino lo que digan de un lado o pudieran decir de otro. Pero mis creencias personales al respecto no son el problema aquí. El problema es la realidad de fe religiosa que existe en las mentes y corazones de millones de personas en el mundo. Y ése es el motivo por el cual yo discuto aquí tres razones importantes por las que el pontífice debería disculparse, y una sóla razón por la que NO debería. ¿Por qué debería disculparse? (1) Debería disculparse porque su discurso no fue de "carácter académico" como lo alega el Editorial de El Mundo, sino un discurso político. El Santo Padre es un Jefe de Estado. Es un Estadista con una agenda de trabajo tan ideológicamente política como lo es la de George W. Bush o la de Fidel Castro. Y como dijo Aristóteles, "El ser humano es por naturaleza un animal político." Enseñadme entonces ¿Dónde en el discurso del pontífice está la línea que divide o separa lo "académico" de lo "político"? No me digáis que esa línea la encontramos en la "objetividad" o la "neutralidad" de su compatriota Max Weber porque éso es simplemente un mito. Toda investigación social es política, venga de arriba o de abajo. Disculparse por la naturaleza de los intereses políticos inherentes en su discurso debería por tanto ennoblecer al Santo Padre. (2) Debería disculparse porque la motivación profunda de su discurso no era para "condenar la imposición de la fe por medios violentos," como lo alega El Mundo. El Papa utilizó la frase sólo para condenar la violencia que él ve en el mundo musulmán. Pero si el Papa estuviera contra la violencia debería haber "condenado" el genocidio militar israelí de 33 días en Líbano. Pero no lo hizo. ¿Por qué usar aquella cita histórica ofensiva al Islam si no fue capaz de condenar la violencia del sionismo-norteamericano en el presente contexto histórico? El silencio es cómplice. Y por lo tanto, el pontífice le estaba echando combustible al terrorismo oficial contra los musulmanes para imponer indirectamente la fe judeo-cristiana en el mundo por medios violentos. Y en consecuencia, apoyar el proyecto perverso de "choque de civilizaciones." Disculparse por la parcialidad moral en su concepto de violencia es algo que también debería ennoblecer al Santo Padre. (3) Debería disculparse porque no estaba actuando "en su libre ejercicio de la libertad de opinión," como proclama El Mundo. En concordancia con los dos puntos anteriores, la "libertad de opinión" del Papa en aquel discurso político era la "libertad de opinión" del Capital. Es decir, la libertad de las grandes corporaciones capitalistas propietarias de los medios de comunicación, que son las verdaderas dictadoras de la opinión. Estamos hablando entonces de una "libertad de opinión" vinculada a los intereses de los grandes consorcios y carteles petroleros de Chevron, Texaco, Mobiloil, Shell, en cuya telaraña financiera figuran Bush, Cheney, y Condoleezza. Disculparse por un falso ejercicio en la "libertad de opinión" debería también ser ennoblecedor. ¿Por qué NO debería disculparse? La única razón por la cual el pontífice NO debería disculparse es cuando su discurso hubiese sido religioso en naturaleza. Y en este sentido, y en respeto a mi corazón, me gustaría creer que es posible que el Papa no tenía intención de ofender, y que fue simple torpeza -- como lo dijera el erudito musulmán Tariq Ramadan. Pero como se puede inferir desde los tres puntos indicados, ese discurso no fue religioso en naturaleza. Y como dijo un escritor, el Papa "no es alguien que vaya por allí dejando caer ingenuidades." Así que, no fue su evangelio, sino su posición política, lo que empujó a Benedicto XVI a condenar con parcialidad la violencia en la imposición de la fe. Y éso es justamente el fundamento por el cual no nos hagamos ilusiones esperando del pontífice una disculpa pública ante el mundo. --Wilfredo Gutiérrez. |
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