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La sociedad futura de Venezuela no será ni capitalista ni socialistafranz, Thursday, April 20, 2006 - 21:24
Franz J. T. Lee
Por Franz J. T. Lee Respecto a mi artículo, "Venezuela: ¡Sin teoría, sin partido político, sin vanguardia de la revolución! ", publicado originalmente en Inglés por VHeadline el 6 de abril de 2006, en la volátil situación actual, llega a ser más y más claro que en la etapa actual de nuestro proceso histórico de la Revolución Bolivariana se hace necesario urgentemente un partido político de vanguardia de los trabajadores, ligado íntimamente a los trabajadores a nivel global. http://www.vheadline.com/readnews.asp?id=53077 Muchos camaradas nos han escrito, nos han telefoneado y han expresado su deseo de aprender más sobre la construcción de un partido de vanguardia de los trabajadores para la Revolución Bolivariana. Por supuesto, en este breve análisis podemos apenas tocar muy generalmente algunas de los principales asuntos de importancia revolucionaria. Primero, tenemos que tener muy claro qué tenemos en mente con respecto a democracia "protagónica", participativa, el "proceso", la "revolución dentro de la revolución" dentro del capitalismo, también, con respecto a "profundizar" la revolución en un hábitat reformista y en las estructuras burguesas heredadas de un aparato estatal neocolonial. Por otra parte, científica y filosóficamente, solo hay una manera de entender al socialismo moderno; que es exactamente lo contrario al capitalismo... a la explotación económica, a la dominación política, a la discriminación social, a la militarización genocida y a la enajenación inhumana. Es decir, es la negación dialéctica del capitalismo. Como mínimo, cualquier cosa que está en proceso, que existe en nuestro mundo universal tiene dos lados, una afirmación y una negación. Tenemos dos ojos, dos oídos, fosas nasales, dos lóbulos cerebrales, precisamente para pensar, razonar, para ver ambos lados de una cosa, para escapar de lo programada, lo unilateral, lo uniforme, la universidad, la universalidad. Para conseguir librarnos de los males del capitalismo, nosotros tenemos que conseguir librarnos tanto de la evolución reformista (afirmación) como de la revolución socialista (negación); necesitamos un éxodo extra-sistémico para cruzar el Rubicón, para incorporar el reino de la emancipación creativa humana (excelencia). En segundo lugar, en Venezuela, en la Revolución Bolivariana, en este grado de desarrollo histórico no tenemos ninguna opción, ningún alternativa; tenemos que formular lógicamente nuestra propia práxis revolucionaria precisa y teoría filosófica incisiva. ¿O deben los europeos hacerlo otra vez por nosotros? Más allá de toda duda, somos soberanos, somos libres de desarrollar nuestros propios conceptos, contenido, ideología, práctica, táctica y estrategia, pero deben estar basados en conocimiento científico verdadero, sentido filosófico verdadero. Como vanguardia revolucionaria, esto debe ser dirigido por una lógica optimista, militante. Además, todo ésto necesita ideas originales, formas de organización modernas rigurosas y liderazgos con consciencia de clase, es decir, la construcción de un "partido de vanguardia", un programa transitorio de los trabajadores y un objetivo emancipador claro de los nuevos hombres. Solamente dentro del contexto de tales consideraciones teóricas podemos realmente hablar de un "nuevo socialismo del siglo XXI", sobre nuevos revolucionarios, sobre una nueva Revolución Bolivariana. Las semillas y las raíces históricas profundas del socialismo forman un lado de este fenómeno, pero el socialismo como arma revolucionaria militante moderna contra el imperialismo agresivo, salvaje es una historia totalmente distinta. En este caso específico, forma la negación dialéctica de un sistema capitalista mundial en transición, en agonía de muerte. Bien sea que seamos socialistas o no, si lo decimos o no, si negamos al marxismo tres veces antes que el gallo cante, aun así Washington D.C. vendrá por nosotros, a conseguir nuestro petróleo gas y otros recursos naturales. Por lo tanto, hablemos abiertamente sobre el marxismo, directamente sobre el socialismo de una manera científica y filosófica. Hagamos noticia en el mundo entero sobre el socialismo, incluso si ha desaparecido ya de los currículos académicos, de los titulares de las noticias, de la consciencia de clase obrera moderna. ¿Dónde están los buenos viejos días cuando un fantasma todavía recorría a Europa, el fantasma del comunismo? Tercero, en este momento de salvajismo imperialista total contra Afganistán, Irak e Irán, contra la Revolución Bolivariana, definitivamente no es el "socialismo cristiano" o la "teología de la liberación" los que están en juego sino el "Castro-Comunismo", es decir, el marxismo, la continuación de los esfuerzos socialistas revolucionarios, desde las revoluciones de 1848 y la Comuna de París de 1870, especialmente aquellos que se han venido haciendo desde la Revolución de Octubre de 1917. Lo que es decisivo para nosotros, aquí y ahora, en todo el "tercer mundo", es no enterrar al marxismo en el siglo XIX, no aceptar que todo los "Bolcheviques" modernos son "terroristas" sedientos de sangre, no ocultar el socialismo filosófico científico detrás del "socialismo informático" o de la cortina de hierro de la religión cristiana. Al contrario, como el Ché lo ha dicho, nuestro deber revolucionario es terminar abiertamente la Revolución Francesa, para conducirla hacia su propia negación, hacia el socialismo, hacia la victoria de los trabajadores globales. Al final del siglo XX, en un período de tiempo relativamente muy corto (a partir de 1905 hasta 1917), en Rusia prácticamente ocurrieron tres revoluciones distintas. Después de la Revolución de febrero de 1917 el factor decisivo para Lenin y Trotsky fue cómo organizar la vanguardia de los trabajadores y los campesinos, debían crear un nuevo tipo de partido político para dirigir la revolución hacia la victoria proletaria. Sin este partido de vanguardia, que tuvo que estar basado en un sector consciente de la clase trabajadora, la Revolución de Octubre nunca habría acertado. Es bien sabido que en Rusia la calidad revolucionaria y no la cantidad fue decisiva: seis meses antes de la Revolución de Octubre, en todo el imperio donde nunca se ponía el sol, sólo estaban activos cerca de 1000 bolcheviques, formando la vanguardia organizada de trabajadores y campesinos conscientes. En este caso, comparativamente, menos de 1000 Bolivarianos verdaderos podrían realmente encender la pradera latinoamericana en fuego revolucionario; podrían nadar como peces en la cuenca del río de Orinoco y del Amazonas, combatiendo a las fuerzas paramilitares Yankees que están entrenando allí. Sin embargo, no debemos olvidarnos de la calidad socialista verdadera del puñado de guerrilleros de Fidel y del Ché que lanzaron con éxito la Revolución Cubana en la Sierra Maestra. Comparado con todo esto, también con Irak y la resistencia popular que allí ruge, tenemos suficientes recursos naturales y fuerzas humanas, es decir, bastantes revolucionarios para luchar contra el imperialismo. No obstante, en la feroz batalla interna contra la traición pequeño-burguesa y de clase media alta, tenemos que mejorar urgentemente nuestra calidad social, nuestro sentido revolucionario de clase. Lo que sigue nos demuestra qué puede hacerse. Para demostrar el poder de un partido revolucionario proletario, históricamente, solamente después de los infames "Juicios de Moscú", después de haber asesinando a casi todos los líderes de la vanguardia original del partido bolchevique, incluyendo a León Trotsky, triunfó el estalinismo en la Unión Soviética. Stalin montó una cacería de brujas contra los bolcheviques como los perros de presa de la CIA de Bush hacen hoy con los "terroristas". Cuarto, si deseamos hacer una revolución socialista, es decir, una revolución anti-capitalista, tenemos que saber completamente qué hacemos y qué pensamos, y qué peligros estamos invitando a que vengan para masacrarnos. Como revolucionarios verdaderos, estamos cambiando la actual historia del mundo, la estamos re-formando y re-planificando para realidades emancipatorias futuras. Como el presidente Hugo Chávez Frías lo ha subrayado tan a menudo, esta sociedad futura prevista no será ni capitalista ni socialista: por lo tanto, lógicamente, tiene que ser una sociedad sin clases, ser el resultado final de las feroces luchas de clase globales. Para alcanzar esto la Revolución Bolivariana debe tener un nivel muy alto de actividad "práxica", un grado enorme de auto-organización teórica de la población entera. Ciertamente, mucho se ha hecho parcialmente para alcanzar exactamente esto durante los pasados siete años. Lo que sucedió durante el golpe militar y el sabotaje petrolero en Venezuela... entre el 11-13 de abril de 2002 y en diciembre de 2002 y enero de 2003... tiene muy poco que ver con una revolución socialista espontánea. Por su misma naturaleza de clase, su lucha de clase, la negación del capitalismo, una revolución socialista, no puede estar comandada desde arriba, no puede ordenarse por un mesías religioso, una jerarquía del partido autonombrada o una oligarquía política elitesca. Quinto, por supuesto, aquí en Venezuela, y en América Latina, no necesitamos ser genios intelectuales o genios científicos para saber quiénes o cuáles son los trabajadores, los que están siendo explotados, dominados, discriminados, asesinados y enajenados. Para nosotros, todo éstos forman las sufridas, pauperizadas clases trabajadoras venezolanas, latinoamericanas. Preguntas como si la clase obrera aun sigue siendo un instrumento para el cambio revolucionario en la globalización, si los trabajadores ya están totalmente integrados en el maravilloso mundo del capitalismo, si absolutamente todos han adquirido ya un sentido de clase media o que ya no existe tal cosa como las clases sociales y la lucha de clases, yo se las dejo a la academia en las torres de marfil de la Sorbona, de Oxford o de Harvard para que lo solucionen escribiendo excelentes best-sellers. Lo que veo en todas las calles de Calcutta, en los cerros de Caracas y de Río de Janeiro, todos éstos "miserables que sufren" (Victor Hugo) me enseñan auténticas lecciones sobre la revolución y el socialismo en el siglo XXI. Para saber hoy en día qué sigue siendo un trabajador, un esclavo, qué es un amo, qué es la lucha de clase, no necesito el "Capital" de Marx, ni haber necesariamente leído el "¿Qué hacer?" de Lenin. En sexto lugar, si Bush nos invade o no, ¿qué necesitamos realmente para tener una revolución socialista en Venezuela? ¿Consciente o incluso subconscientemente, cuándo la Revolución Bolivariana se convertirá en necesariamente "negativa", es decir, se hará contradictoria y dialéctica? Lógicamente, cuando niegue al capitalismo en su totalidad. En resumen, ¿cuándo nos convertiremos inexorablemente en socialistas científicos y filosóficos? La respuesta es muy simple: Todo esto sucederá cuando aquí, junto con otros a escala global, hayamos eliminado la corrupción y la impunidad, hayamos amplificado nuestro sentido revolucionario de clase, nuestra auto-consciencia anti-imperialista a un grado máximo y cuando esta esté relacionada directamente con la auto-creatividad y auto-organización de los trabajadores. Esta contradicción social dialéctica revolucionaria crea la condición indispensable para la construcción de un partido proletario de vanguardia, para una Internacional emancipatoria de los trabajadores. Lo antedicho no es dogma marxista del siglo XIX u ortodoxia del siglo XX, es una sana lección moderna derivada del desarrollo igual, desigual y combinado del mercado mundial capitalista, de la globalización, del proceso cerrado de trabajo, de la historia universal. Para realmente estudiar ésto no se necesita ser un marxista, uno necesita solamente un cerebro que todavía funcione. Séptimo, en todos los trabajadores, en sus luchas diarias, encontramos varios fragmentos y reliquias del sentido elemental de clase, de subjetividad revolucionaria, pero éstos no son constantes, no son permanentes, antes y ahora fueron intermitentes, sucumbieron, y otra vez desaparecieron. Sin embargo, luchar por logros inmediatos es necesario, de otro modo a través del globo las clases obreras que trabajan se desmoralizarían totalmente. Nuestras luchas diarias, uniformes, contra los ataques repugnantes de la "oposición", contra el salvaje golpe militar y el brutal sabotaje petrolero no nos convierten automáticamente en socialistas, no transforman nuestra reforma social democrática en revolución socialista, en la negación total del capitalismo, del imperialismo y del corporativismo. Octavo, ciertamente, desde 1905, por todo un siglo, apenas hubo un año sin malestar social, rebelión social y revoluciones sociales de las clases obreras que ocurrieran en alguna parte del globo. Por ejemplo, en dos décadas, sólo entre 1960 y 1980, aun en países metropolitanos como Bélgica, Francia, Italia, Portugal y España, e igualmente en Polonia, más de 45 millones de trabajadores han participado activamente en luchas de clase. Hemos experimentado últimamente más luchas de los trabajadores en Francia. En los E.E.U.U., aparte de las enormes manifestaciones contra la guerra en el Medio Oriente, incluso ahora generales retirados comienzan a atacar el régimen fascista de Bush y sus consortes elitescos. Bueno, muchos "centros de investigación" derechistas o incluso los "siete sabios" izquierdistas están convencidos de que los días del marxismo, de la lucha de clase, se han ido con el viento y que el futuro de la humanidad, dirigido por Bush, que camina y habla con Dios, ahora comienza al sur de los ríos Tigris y Eufrates, es decir, al sur del Edén. Durante los pasados siete años en apoyo a la Revolución Bolivariana hemos podido atestiguar muchos actos de la clase obrera en Venezuela. De hecho, millones se han dado cuenta exactamente qué debe entenderse por práxis revolucionaria en lucha de clase. Por lo tanto, surge la pregunta, ¿realmente necesitamos un partido revolucionario, una teoría revolucionaria? Noveno, sí. Las luchas de la clase obrera no son permanentes, ellas son cíclicas, ellas tienen sus subidas y bajadas, depende de muchos factores, entre ellos, de las victorias o las derrotas de los trabajadores, las brutales masacres o los logros democráticos. También dependen del desarrollo del capitalismo mismo, de la democracia al fascismo, del auge económico a la recesión global, de Juan Maynard Keynes a Milton Friedman, del ALCA al ALBA. Hasta este momento la alta militancia de la clase trabajadora no se corresponde necesariamente con su sentido de clase. De hecho, en muchos casos de militancia radical, el sentido de clase puede estar totalmente ausente. Un ejemplo clásico es exactamente lo que sucedió aquí en abril de 2002. Para las luchas de clase que vienen en Venezuela exactamente esta relación contradictoria entre la militancia de los trabajadores y el sentido de clase hace que la organización popular de la vanguardia, un partido revolucionario de los trabajadores sea necesario. La lucha de clase revolucionaria proletaria es el "trabajo liberador" de los trabajadores mismos. Nunca puede ser dirigida desde arriba, ni por un burgués ni por el estado "popular". Un partido político revolucionario de vanguardia es exclusivamente la creación de los mismos trabajadores, por y para sus propios intereses de clase. Todos los estados en el marco del capitalismo, del imperialismo y de la globalización garantizan la existencia "democrática" de las clases, por medio de la existencia de la propiedad privada de los medios de producción y de comunicación, en el análisis final, lógicamente tiene que defender los intereses de la clase alta, tiene que generar desigualdades sociales, privilegios de clase, corrupción, burocracia y desigualdad social. Algunos menos, otros más reales en cuanto a su función social específica. Las estructuras de clase predominantes, especialmente el estado, no mueren fácilmente. Lenin lo dijo muy claramente: La democracia en la sociedad de clases es siempre la dictadura de pocos sobre muchos. Esto se puede verificar en todo lo que se muestra hoy en día. Décimo, ¿qué es un partido político de vanguardia, cómo nace? ¿Cómo puede la Revolución Bolivariana crear su vanguardia de los trabajadores políticamente auto-organizada? En Venezuela tenemos legalmente todas las organizaciones básicas para lograr esta necesidad histórica, desde la base popular hasta el parlamento popular, hasta la Asamblea Nacional en las calles. Como creación de los trabajadores este proceso tomará cierto tiempo. A menos que sea reconocida por una gran cantidad de trabajadores, a menos que tenga la aceptación de la clase obrera una auto-organización de la vanguardia es completamente absurda. En Venezuela debe ser reconocida como la vanguardia política por los "buhoneros", los "recogelatas", los desempleados, sub-empleados, los campesinos, trabajadores existentes, trabajadores petroleros, trabajadores de fábrica, mineros, la juventud revolucionaria, los estudiantes revolucionarios, las mujeres revolucionarias, los extranjeros residentes revolucionarios, por todos, como su partido político de vanguardia. Cualquier otra cosa , al viejo estilo de Acción Democrática o Copei, no servirá como partido político revolucionario de los trabajadores. Un partido de vanguardia no nace en un taller de ideología, no es el resultado de la conscientización, de la educación burguesa o la socialización, es la creación de la lucha de clase práxico-teórica. Undécimo, ¿cuál es la relación entre el partido político de vanguardia y la revolución socialista? ¿Cuándo el partido bolchevique de Lenin se convirtió en una vanguardia política de los trabajadores y de los campesinos de Rusia? Una cosa es segura, él debió haber existido ya antes de la Revolución de Octubre, antes de capturar el poder del estado, antes que los revolucionarios demolieran el viejo régimen zarista feudal. En realidad la pregunta debe ser: ¿a qué nivel de la lucha de clase de los trabajadores y de los campesinos contra el feudalismo ocurrió la fusión cualitativa revolucionaria en la vida real entre la organización de la vanguardia de los trabajadores y los verdaderos líderes bolcheviques y las luchas verdaderas de los trabajadores en las fábricas y los campesinos que trabajaban la tierra? Estudiando la "Revolución Rusa", escrita por León Trotsky, y las obras de Isaac Deutscher, llegaremos a la conclusión científica que esto sucedió en Rusia solamente hasta 1913. Por lo tanto, dentro del Partido Social Demócrata Ruso, le llevó una década entera a los bolcheviques alcanzar el estatus de vanguardia revolucionaria de la clase obrera, y cuatro años más para conquistar el poder político. Por lo tanto, la Revolución Bolivariana todavía tiene mucho por hacer, y muy poco hecho. Por lo menos ha conquistado ya el poder político, y parcialmente la base económica. Duodécimo, ¿qué debe entenderse por auto-organización de los trabajadores como clase revolucionaria consciente? Podemos atestiguar una auto-organización elemental de clase en Venezuela durante los siete últimos años, incluyendo la autodefensa del presidente Bolivariano, por parte de las clases más bajas y el ejército popular, y la rápida restauración del corazón económico de Venezuela en el 2002. Dentro del marco democrático legal necesario el nacimiento de nuevos sindicatos Bolivarianos es otro ejemplo de la auto-organización popular; también las cooperativas de trabajadores, núcleos de desarrollo endógeno, los consejos populares de planificación y otros comités populares locales. Decimotercero, así como el socialismo en un solo bloque, en un solo país, en una sola isla no puede realizarse, de la misma manera un partido revolucionario de vanguardia en un solo país, en una sola región tampoco podría derribar al actual fascismo mundial globalizado de las variedades de Mussolini, Hitler y Bush. Así, necesitamos un proyecto global, un programa revolucionario global, un internacionalismo proletario global y un proletarianismo internacional para combatir el fascismo global, globalizado. No tenemos ningún alternativa, o restablecemos las condiciones históricas de una nueva Cuarta Internacional mundial, o encontramos la Quinta y última Internacional. Sin embargo, antes de que hagamos eso, tenemos que estudiar muy cuidadosamente la historia de las luchas de los trabajadores a través del planeta, para identificar los errores cometidos, y para evitarlos cometerlos otra vez en la batalla decisiva final de la especie humana misma. La llamada historia, el proceso de trabajo, está del lado del fascismo actual del mundo, pero la creación y la emancipación están de nuestro lado. Además, tenemos que estudiar por qué cuatro internacionales no derribaron al capitalismo, por qué una serie de revoluciones sociales en el siglo XX tampoco no pudieron lograr esta tarea. Sobre todo debemos estudiar nuestra propia Revolución Bolivariana, su debilidad inherente y victorias obvias, su práctica e ideología, su práxis y teoría futura posible, sus límites lógico-formales y universalidad religiosa. Decimocuarto y final, hay una relación emancipatoria "trialógica" entre las organizaciones de vanguardia de los trabajadores, la lucha de clase verdadera y el partido revolucionario proletario en la construcción del socialismo global. Aparte de la corriente que amenaza con un apocalipsis global, sólo como tal, con el conocimiento científico antes dicho, podemos todavía desarrollar una nueva ciencia y filosofía revolucionaria, una nueva práxis y teoría, la nueva creatividad y emancipación, el hombre/mujer verdadero (a), real, socialista. Original en Inglés: Franz J.T. Lee:Venezuela's future society will be neither capitalist nor socialist
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