El presidente venezolano Hugo Chávez Frías, al denunciar el pasado jueves a su llegada a México la injerencia de Estados Unidos en su país, desplegó la bandera de la solidaridad, al proponer la construcción de un frente en defensa de la soberanía de nuestros pueblos, "ha llegado el momento de convertir en realidad la utopía liberadora de nuestra América" y recordar que "el camino que han transitado durante el siglo XX, conduce hacia el despeñadero de la historia".

La denuncias y propuestas del mandatario sudamericano, fueron presentadas durante el desarrollo de la Conferencia Magistral que dictó en la Universidad Nacional Autónoma de México, flanqueado por murales de pintores revolucionarios mexicanos que, en sus obras plantean como él lo hizo allí, la esencia y raíces del drama social del pueblo latinoamericano y las luchas que por su liberación ha desarrollado durante cinco siglos.

La condena presidencial, estuvo dirigida especialmente contra las declaraciones emitidas el pasado martes por Roger Noriega, subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental quién advirtió que "Venezuela podría ser excluida de la OEA en caso de no aprobarse la celebración del revocatorio contra el mandatario, adelantándose con ello a los resultados del mismo, y afirmar que "existen firmas suficientes para su implementación"

Dirigiéndose al auditorio de académicos y estudiantes que plenaron el salón para escuchar la disertación que ofreció por invitación de las autoridades universitarias, Chávez dictó una clase extraordinaria de historia, sociología y geopolítica, y apoyado en sus recursos de buen orador y tribuno, aunados a sus precisas citas sobre épocas y personajes históricos, hizo que su intervención fuera interrumpida en numerosas oportunidades por los aplausos de los asistentes.

El jefe del Estado, tomó de su conferencia, que tituló "La Condición Humana", basándose en la obra de André Malroux, los elementos para el desarrollo de su tema central, al señalar que la lucha que hoy se adelanta en la región, es "parte de la batalla que en Venezuela comenzó hace varios años por la esencia, por la condición humana, en contra de la inhumanidad y el salvajismo de la pretensión imperialista de imponernos el modelo neoliberal."

Pero, el tema de su denuncia sobre la injerencia imperial y las causas que motivaron las descaradas como cínicas afirmaciones hechas por el subsecretario norteamericana, está siendo objeto de serio análisis por los políticos y expertos que se preguntan: ¿que fue lo que motivó a Noriega para hacerlas y cual es su verdadero objetivo, en momentos de tanta tensión como los que se viven en Venezuela, con el inicio del proceso de reparos con miras a la activación del revocatorio presidencial.?

A juicio de la mayoría de los expertos, la declaración del funcionario yanqui, no es sino una pieza más de las muchas que sobre el tablero de ajedrez geo-estratégico global, mueven los Estados Unidos como parte de su macabro juego de confrontación político-militar con ramificaciones en otras áreas neurálgicas del planeta, y que en el caso de Venezuela, busca provocar una reacción equivocada, un error de cálculo de Chávez que abra el camino a una acción de fuerza por parte del Imperio.
Éste escenario de extrema beligerancia, -destacan- se explicaría en virtud del alto grado de exasperación que efecta a Estados Unidos y a sus cómplices de la oposición golpista por el fracaso de sus reiterados intentos de aniquilar el proceso pacífico y revolucionario que adelanta su líder.
Pero si eso es lo que pretendía Noriega, cuya fachada de diplomático oculta la personalidad de un hombre consustanciado con la intriga política, el chantaje y otras inmorales prácticas que le permitieron ganarse la confianza de sus amos, los barones de la guerra que modelan el proyecto de conquista y dominación mundial, no consiguió su objetivo, pues su misión fracasó ante la serena y contundente respuesta que dio Chávez Frías en México a su provocadora manifestación.
La maniobra, desafortunadamente para sus ejecutores, tuvo un efecto "Bumerang", pues en México, con la presencia de Chávez, con el mensaje integracionista de su discurso, su carisma y magnética personalidad, ha estallado un masivo movimiento espontáneo de apoyo popular al proceso revolucionario venezolano, que se extiende a medida que transcurren las horas, por todos los sectores políticos, sociales y económicos del país y más allá de sus fronteras.
Simultáneamente, el mismo fenómeno se registra en Guadalajara, sede de la III Cumbre Europea, Latinoamericana y Caribeña, donde al iniciarse las sesiones de trabajo, varias de las delegaciones asistentes al evento, han expresado su solidaridad con Venezuela, apoyo que seguramente se plasmará en el documento final de la reunión, en la que el líder venezolano alerta una vez más sobre los peligros que amenazan no sólo a su país, sino al resto de los países latinoamericanos y del mundo por la voracidad del Imperio y sus pretensiones de dominación mundial.

Porque, ¿quién no está dispuesto a manifestar su solidaridad con un proceso que pese a todos los obstáculos puestos en su camino por una implacable y terca oposición liderada por el Imperio y la oligarquía, ha logrado mejorar la calidad de vida de millones de excluidos y encaminado al país hacia metas de auténtica soberanía e independencia y liderar un proyecto de integración regional único en el mundo?

Algunas de las pruebas de esa utopía que ya se perfila como una realidad en el horizonte, las presentó Chávez Frías cuando expuso ante los asistentes a la conferencia magistral que dictó en la UNAM, los logros alcanzados en Venezuela a través de las misiones "Robinsón", "Barrio Adentro", "Sucre", Ribas"y "Vuelvan Caras", con el apoyo y colaboración del gobierno cubano.
Ello ha permitido que más de un millón de analfabetas hayan aprendido a leer y escribir, y otros tantos, incorporarse a las aulas en escuelas, liceos y universidades, así como dotar de trabajo y becas, de atención médica, medicinas y servicios de odontología a millones hombres, mujeres y niños, la reactivación de parques industriales, cuyas fábricas y otras instalaciones se encontraban abandonadas y a punto de colapsar.

No suficiente con esto, el mandatario mencionó la serie de proyectos que ha diseñado y venido presentando a la consideración de los gobiernos y pueblos latinoamericanos en busca de la integración y defensa de sus economías, cultura, educación y recursos naturales, energética, comercial, fluvial, comunicacional y otras áreas de vital importancia para el desarrollo de la región.
Por eso, cuando Chávez Frías hable en la Cumbre de Guadalajara, en la que ya ha reiterado los macabros planes del Imperio y sus lacayos y a delinear los alcances de su proyecto integracionista regional, esa solidaridad se multiplicará por el viejo y el nuevo continente, como llevada por el viento de un huracán caribeño, convencidos como están sus pueblos de la justicia de la causa que lidera; un proceso revolucionario, pacífico y democrático, rescatado del sueño de Bolívar.