George Bush Jr. fue atrapado hay en un rancho de su Estado natal, Texas. Bush trató a último momento de esconderse debajo de una parva de heno, pero los perros de sus perseguidores rápidamente lo ubicaron y sacaron a dentelladas. El ex dictador lucía cansado, con esa expresión de impavidez que lo acompañó toda la vida.

(CNX, 14 de diciembre). Después de la invasión de los EEUU por parte del Mundo Civilizado, el dictador era buscado por todo el territorio y se habían ofrecido fuertes sumas de dinero por su cabeza. Los autores de la hazaña fueron unos jóvenes boy-scouts de la localidad que querían limpiar el nombre del estado tan desprestigiado por uno de sus hijos.
Bush deberá enfrentar numerosos juicios: posesión y uso intensivo de armas de destrucción masiva, detención y tortura sin ley que la ampare, asesinato de más de 100.000 civiles inocentes en sus matanzas preventivas (antes se hubiera usado la palabra guerra, que hoy se limita solo a enfrentamientos armados de fuerzas simétricas), a lo que se suma la causa por los asesinatos que él denominaba preventivos.
El Tribunal Penal Internacional se prepara para un juicio oral y público. Durante la segunda guerra civil de los EE.UU.
La coalición del Mundo Civilizado atacó a las fuerzas de Bush que estaban masacrando, como acción preventiva contra el terrorismo internacional, al 98% de los norteamericanos que figuraban en su sofisticado banco de datos del Pentágono.
El mundo en general manifestó indolencia frente a la noticia.
¿Quién nos devuelve nuestros hijos? ¿Quién nos compensa todos estos años de terror y de injusticia universal? –se preguntaban muchos-– ¿Este sujeto?