Articulo publicado en el periodico A Nova Democracia del mes de abril de 2003. Este medio de comunicación ligado a las clases populares representa una de las fuerzas más significativas de la izquierda revolucionaria de brasil.

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Hambre cero, oportunismo mil *

El programa de Luis Ignacio para combatir el hambre fue anunciado y desde entonces ha tenido la más amplia divulgación en el Congreso de Diputados y en los medios de comunicación en general. Toda la población brasilera, y no solamente ella, ha tomado conocimiento de esto.

Surgieron polémicas en cuanto a su concepción y su aplicación. Los grandes medios monopólicos de difusión llamada por los entendidos máss media que, por su propia naturaleza, son reaccionarios, han divulgado insistentemente y actuado en la polémica buscando reforzar la orientación del programa de combate al hambre, siguiendo los intereses de las clases dominantes y de las fracciones a las que representan. La iglesia Católica, a través de sus pastorales se reveló contra lo que consideran formas de propiciar el clientelismo político y la corrupción.

El problema si halla todavía en aquellos que tienen diferentes expectativas sobre el programa, que está en marcha y que no es otra cosa que el tráfico con la miseria del Pueblo.

El hambre en el Brasil es el resultado de la dominación continuada de los sistemas de explotación y opresión secularmente vigentes en el país. Antes bajo e yugo del viejo colonialismo de Portugal, después con la independencia en 1822, bajo el semi-colonialismo inglés que se desenvuelve hacia una nueva forma capitalista-imperialista de dominación. Más tarde, a partir de la Segunda Guerra Mundial, la dominación semi-colonial del país pasa a la hegemonía del imperialismo yanqui. Tales sistemas de dominación del país, sustentaron y mantuvieron, hasta nuestros días, sucesivos regímenes de explotación, miseria y hambre de nuestro pueblo.

Diezmaron a la mayoría de la población indígena, crearon y mantuvieron por tres siglos y medios, el más odioso sistema de esclavitud en el país, engendraron y desarrollaron un capitalismo atrasado y burocrático, asentado sobre las bases podridas de un régimen servil latifundista, que ha condenado a generaciones de decenas de millones de campesinos sin tierra a la ruina y a la miseria total. Decenas de millones de obreros que reciben el más tacaño y insultante salario, al creciente y masivo desempleo, ampliando el contingente de millones de parias, además de empujar al país a la más completa y abominable subyugación nacional.

Por lo tanto, este es un problema de fondo, estructural, montado y sostenido a ³hierro y fuego² durante casi cinco siglos. Algo muy diferente que estrepitosas campañas se hace necesario para erradicar el hambre en nuestro país. Y esto, por si sólo, basta para desenmascarar toda la demagogia de este proyeto de nombre tan pomposo: Fome Zero.(Hambre Cero). ¿Cómo es posible bajar el hambre a cero hoy en este país?

Los apologistas del hambre la llaman ³desnutrición crónica² y ahora millones tienen sus vidas comprometidas por ella, ahora muchos hasta se lanzan a la criminalidad para escapar de ella y muchos más continúan muriendo como consecuencia directa de ella ya decretaron su fin.

Hay quienes, astutamente, sentencian con una rimbombante exclamación: Hambre Cero, al mismo tiempo en que mantienen y renuevan acuerdos criminales y hambreadores con los banqueros internacionales. Son los mismos que proponen una reforma de la Seguridad Social destinada a robar de la boca de los pobres para cumplir con los acuerdos que, antes, buscando notoriedad, condenaban. Son los mismos que proponen la reforma de la legislación laboral para apaciguar al empresarios gananciosos y voraces y profundizar aún más la cruel explotación a la que la clase obrera (de donde se jacta proceder el Presidente) y los demás trabajadores se ven sometidos. Son los mismos que proponen un salario mínimo de 234,00 reales (menos que 70 dólares), que recortan 14 mil millones de reales del presupuesto nacional destinado a gastos sociales para adular a los banqueros que se alimentan del sudor y la sangre de nuestro pueblo, del dolor y lágrimas de nuestros niños, de la miseria y penuria de nuestros ancianos.

¿Qué ³hambre cero² señores? ¿ Dónde?!

Muchos argumentan que el PT, contrariamente a otros partidos burgueses, tiene origen en la lucha de los trabajadores y mantiene vínculo con los movimientos sociales, y no caería en la tentación del populismo y la demagogia barata. Pero es preciso observar que el PT es un partido obrero burgués que se propone, a través del sistema electoral vigente, asumir la gestión del Estado de las clases dominantes reaccionarias, que construyó su trayectoria en la oposición, vía radicalismo pequeño-burgués y ahora se une a ese Estado, se identifica con él en un momento particular de crisis, en medio de la situación más grave en que se desborda la crisis mundial del capitalismo. Las clases dominantes necesitan de nuevos medios para explotar más al pueblo y, al mismo tiempo, dar credibilidad a sus instituciones para perpetuar su dominación. Y cuentan con los aplausos de los agregados demócratas de última hora y de los comunistas amansados.

Por un lado, nada más conveniente que un partido de este tipo, con credibilidad para realizar las reformas necesarias, enfrentar la crisis y mantener el dominio de clase actual, con apariencia de cambios. Por otro, una división profunda en la seño de las clases dominantes agudizadas por la crisis no puede parar sus pugnas internas. Colocado en esta situación, arrastrado cada vez más hacia la cumbre del Estado, llamado y condicionado por las esferas de poder del sistema de este Estado de grandes burgueses y latifundistas cada vez más asumirá la misión a la que está destinado. De aquí que, es propio del oportunismo actuar de forma oportunista. Frente a tan grave y dramático problema como es el del hambre en nuestro país, colocarse en forma tan publicitaría ³Fome Zero² ya huele a demagogia. Hacerlo, y mantener toda una política que es la causa estructural de la miseria y el hambre, ya es puro oportunismo. Claro que toda la cúpula del PT y los líderes que lo siguen saben muy bien de esto. Los ilusos y inocentes no pertenecen a las cúpulas ni a sus líderes.

El Gobierno y el PT dicen: el Brasil necesita cambiar, el pueblo nos ha elegido para hacer cambios. El camino es para el norte, pero no podemos ir de un solo salto, es preciso dar algunos pasos, hacer la transición. Medidas amargas son necesarias para la transición. A los afectados e impacientes les pedimos calma y paciencia. Entonces marchemos juntos, vamos para el sur.

Aquellos que los medios reaccionarios y el propio PT clasifican como ³su ala radical² se preguntan sobre cual fue siempre el ideal del PT al oponerse a esas políticas de su Gobierno. ¿Será que ellos no veían desde hace muchos años, que este tipo de partido, con la política y la dirección que tenían, sólo podrían marchar en ese rumbo? ¿Por qué se mantuvieron en él, sin ruido, hasta en la propia campaña electoral, tan claramente definida por los compromisos con la gran burguesía y todo el sistema imperante? No pasan de llanto y pataleos sus reclamaciones. El señor Stédile , por ejemplo, considerado una eminencia de esta ³izquierda² del PT, declaró que el gobierno de Lula es ambiguo y que ³nuestra relación con él es también ambigua² (Rsumen Latinoamericano del 9/2/03). Aún más, Stédile gritó alto en defensa del aumento de la tasa de interés por el Banco Central , ciertamente habló como economista: ³para contener la inflación². No hay ambigüedad alguna ni en el gobierno, ni en las relaciones de Stédile con él, en lo fundamental, ambos son muy claros. Oportunismo puro.

Históricamente en el Brasil la izquierda ha sido así. El oportunismo sirve a una fracción de la burguesía en su pugna con otras por el control del aparato del Estado. Históricamente sirvió, y ahora sirve, a la fracción burocrática de la burguesía. Los ³Gobiernos del Pueblo² (Getúlio Vargas, Juscelino Kubtschek y Joao Goulart) mantuvieron siempre con la expectativa de cambios en las masas la miseria y el hambre del pueblo para asegurar su explotación y la subyugación del país al imperialismo. Luego, la ³ambigüedad² de la táctica de disputar el gobierno con la reacción: apoyar lo que está bien y combatir lo que está mal. Así ha sido la tragedia de nuestro pueblo en los últimos 50 años.

La máxima maquiavélica de que ³el fin justifica los medios² sintetiza toda la moral de las clases dominantes en la historia. En verdad, los fines sólo explican los medios. Primero se definen los fines, los objetivos, y luego se establecen los medios para alcanzarlos. El oportunismo político se caracteriza por ser una forma encubierta de practicar este principio maquiavélico, para hacerlo pasar por justo.

El oportunismo es una modalidad de moral, de ética, de política y ideología de la reacción. El oportunismo y la reacción tienen la misma esencia y sólo se diferencia en su apariencia externa. El primero busca encubrir lo que el segundo muestra abiertamente.