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Lecciones de VenezuelaRoberto, Mercredi, Mai 22, 2002 - 16:32
Diego Delgado Jara. Altercom
Los 4 objetivos del golpe contra Chávez : Todos los hechos políticos y económicos apuntan a objetivos predeterminados, y son esos objetivos e intereses los que alinean a los distintos protagonistas sociales en uno u otro sentido. Analicemos pues, de entrada, los 4 más notorios objetivos (simultáneos en importancia) de este golpe de Estado, fallido tanto por la tenaz resistencia popular, ocultada por la conducta inmoral de muchos medios de engaño colectivo, como por la decidida presencia de militares patriotas, dignos herederos de las mejores causas independentistas encabezadas por el Padre de las Naciones y Libertador de los Pueblos de América, Simón Bolívar: 1. Despojar del poder político y recursos naturales al pueblo El objetivo más visible de los golpistas al servicio del Departamento de Estado, el Pentágono, la Central de Inteligencia Americana, CIA, en definitiva el gobierno fascista de los EE. UU., era quitarle el poder al coronel Hugo Chávez Frías, pues de este modo le despojaban del mismo a las fuerzas populares y nacionalistas que a él lo eligieron y a quienes él representa. Los dominadores del mundo y las transnacionales saben a la perfección que el que tiene el poder en una nación es quien dispone del control de sus recursos naturales de ese país; por ello buscan títeres sumisos, criados civiles o militares, que les hagan sus mandados y les faciliten sus reservas. El gobierno de EE. UU. sabe muy bien que el que tiene el poder lo tiene todo; y el que no lo dispone está incapacitado para decidir o actuar a todo nivel. Por eso se aterroriza cuando un pueblo accede al poder. El Departamento de Estado apuntaba, en su calidad de representante del régimen de EE. UU. y sus transnacionales, así como coordinador de las fuerzas coaligadas en este golpe de Estado, a tener expedito el camino, con el manejo de regímenes lacayos, para llevarse el mayor bocado posible de las más grandes reservas petroleras del hemisferio occidental. Venezuela es el cuarto exportador anual de petróleo en el mundo, y ha venido colocando 2´450.000 barriles diarios de crudo en el mercado internacional. No puede pasarse por alto, además, que las reservas petroleras y energéticas en países tan poderosos como Brasil o Argentina ya fueron privatizadas, merced a gobiernos entreguistas y traidores a sus naciones; en Venezuela un vigoroso adalid en contra de las privatizaciones del sector energético, y de los recursos naturales en general, ha sido precisamente el coronel Hugo Chávez Frías. No olvidemos tampoco que mientras en 1972 mandaban en el mercado mundial las grandes empresas transnacionales como la Exxon (Standard Oil de Nueva Jersey) que controlaba el 10,8%, la BP Amoco el 10,1%, la Shell el 9,1%, la Texaco el 8,2%, la Chevron el 7,0%, la Gulf el 7,0% y la Mobil el 5,0%; en el año 2000 los cinco primeros puestos de explotación y comercialización, a consecuencia de las políticas autónomas de la OPEP y de las nacionalizaciones de estos recursos, tenían empresas estatales, pues los países productores en vez de regalar sus beneficios decidieron capitalizar esas colosales ganancias. Así la Aramco (Arabia Saudita) controla el 11,7% del mercado mundial, NIOC (Irán) el 5,0%, PEMEX (México) el 4,6%, PDVSA (Venezuela) el 3,9%, INOC (Iraq) el 3,4%, Exxon Mobil el 3,4%, Shell el 3,0%. (Vistazo nro. 832, abril 18 del 2002, pág. 9). ¡Resultando obvio el interés y desesperación del régimen de Bush por controlar en forma directa los gobiernos de estos países, pues de ese modo manejaría la orientación y administración de estas empresas estatales así como el flujo de sus recursos! Es evidente, además, en forma adicional, que los EE. UU. ha mantenido durante más de 40 años un brutal e inhumano cerco económico sobre la hermana República de Cuba, situación que la ha reforzado a toda costa; incluso determinados préstamos a Rusia, facilitados por organismos de crédito internacional bajo su control, ha pretendido condicionarlos al perverso desabastecimiento de crudo a la isla caribeña. En la actualidad, no es ningún secreto que ese elemento imprescindible para cualquier país lo facilitaba Venezuela, en el gobierno de Hugo Chávez, circunstancia que condujo a exclamar a los golpistas fallidos, en su primer instante de euforia incontrolable ante la falsa noticia de la renuncia "ya presentada" por el coronel Chávez Frías, que no darían una sola gota de petróleo a la Patria de José Martí. 2. Neutralizar a la Organización de Países Exportadores de Petróleo El gobierno norteamericano anda furioso hace tiempo porque desde que los bolivarianos accedieron al poder, el motor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, es Venezuela y más específicamente Hugo Chávez, quien en forma personal ha visitado a todos los países miembros y a sus dignatarios (incluyendo a Saddam Hussein en Irak, Moammad Jatami en Irán y a Muammar Al Gaddafi en Libia) y ha coordinado con firmeza impecable la regulación del mercado internacional para subir los precios del crudo al triple, situación que favorece en importante grado a los productores de hidrocarburos, Ecuador incluído, y hace egresar muchos dólares adicionales a los más grandes consumidores, con EE. UU. a la cabeza. Por la decisiva coordinación de Chávez, como elemento dinamizador de la OPEP, el petróleo subió, a nivel mundial, entre 1999 al 2002, al triple de su valor, aunque para ello varios países tuvieron que reducir su cuota de extracción diaria, en forma planificada, como lo hizo la propia Venezuela. ¡Es verdad que extrae menos barriles pero al triple de su valor unitario! ¡Sacar menos petróleo resulta positivo, además, en el sentido que duran las reservas más tiempo! Por ello aparece develadora la aspiración de los golpistas cuando el director ejecutivo de Petróleos de Venezuela, PDVSA, Edgar Paredes, exclamaba "Siempre hemos sido los tontos útiles de la OPEP", anunciando que en forma inmediata sacarían más crudo, de modo tal que bajen los precios en el mercado internacional. ¡Allí se ve quien se desenvuelve como tonto útil, pero de los intereses norteamericanos! La revista Newsweek admite que sólo la noticia de la "caída" de Chávez "hizo que los precios bajaran 1,52 dólares, a 23,43 dólares el barril en la bolsa mercantil de Nueva York". (Edición en español, del 24 de abril del 2002, pág. 14). Es evidente, además, que la consumación o precipitación del golpe no estuvo desconectado de la decisión de algunos países árabes que en solidaridad con Palestina, cuyos jóvenes están siendo asesinados ante el silencio cómplice y vergozoso de gran parte del mundo "occidental y cristiano", resolvieron suspender las alzas planificadas de exportaciones, dándose incluso el caso de Irak, donde Saddam Hussein decidió pocos días antes no exportar un sólo barril en un mes, decisión que elevó el precio de los hidrocarburos en el mercado internacional en forma inmediata! Los principales objetivos del golpismo pronorteamericano fueron por lo tanto apoderarse del poder político de Venezuela, y, de este modo, apropiarse e imponer sus propios afanes sobre sus reservas petroleras, por un lado, y, por otro, destruir la política energética de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, dinamizada en forma sustancial desde la llegada de Hugo Chávez Frías al poder. Pero de manera simultánea y no menos crucial para sus intereses, y de la oligarquía de ese país, fueron los otros fines que los destallamos a continuación. 3. Involucrar a Venezuela en la guerra de Colombia Apuntaban con ansiedad irreprimible los círculos político-militares que anhelan controlar el mundo desde EE. UU. a utilizar a Venezuela, con un régimen entreguista, para complementar o cerrar el círculo de acero del "Plan Colombia", procurando derrotar a las fuerzas insurgentes de esta nación con el apoyo de los ejércitos de todos los países vecinos. Buscaban reunir todos los alfiles posibles para saquear a favor de las multinacionales, sin réplica alguna, de carambola, también los no menos inconmensurables recursos naturales de Colombia. En este sentido, Venezuela es la última barrera del cerco que requerían levantar en la pretensión de "rodear" a los insurgentes colombianos, a quienes no ha podido vencer la oligarquía de su país, a pesar de todo el apoyo militar de los EE. UU., en más de medio siglo de lucha y después que 14 gobiernos los han declarado "la guerra a muerte". Por ello buscaban también, para este efecto, la colaboración de un régimen títere en Venezuela, para sumarse a las posiciones ya asumidas por los gobiernos entreguistas y lacayos de Ecuador y Perú, que ya disponen de varias decenas de miles de soldados en la frontera Sur de Colombia. No olvidemos que Venezuela, en la presidencia de Hugo Chávez, ha proclamado el derecho inalienable de cada pueblo a su plena y absoluta autodeterminación, y que en esta línea de principios y de respeto al Derecho Internacional ha sido muy firme; incluso se ha opuesto a que sobrevuelen naves norteamericanas de guerra sobre su espacio aéreo soberano, en conducta muy distinta a la de los gobiernos agachados y sirvientes del Ecuador, donde incluso le entregaron, violando cuando menos diez normas constitucionales, la importantísima Base Aérea de Manta, y donde en forma inconcebible "A las naves que estén exclusivamente al servicio no comercial de los Estados Unidos, y que éstos posean u operen, se les otorgará en las Bases Navales Ecuatorianas el mismo trato que a las naves de la Armada Nacional del Escuador", según lo determina el art. XVI del inconstitucional "Convenio entre el Gobierno de la República del Ecuador y el Gobierno de los Estados Unidos de América, concerniente al acceso y uso de los Estados Unidos de América, de las instalaciones en la Base de la Fuerza Aérea Ecuatoriana en Manta." (El texto íntegro de este Convenio está publicado en el Registro Oficial nro. 340, del jueves 16 de diciembre de 1999.). Con el gobierno del coronel Hugo Chávez Frías en el poder no habría ninguna posibilidad de involucramiento en una guerra ajena para Venezuela y sus fuerzas armadas, a no ser que este país fuese atacado desde fuera, posibilidad poco viable; en cambio que con un monigote de la oligarquía venezolana en el poder, y al servicio incondicional de los EE. UU., sus fuerzas armadas serían empujadas a involucrarse en el criminal y fratricida Plan Colombia, donde se pretende controlar los recursos naturales de este riquísimo país, según el proyecto norteamericano, mediante la inconcebible y mortal utilización de otros latinoamericanos; esto es de quienes se dejan. (¡Unos latinoamericanos matando a otros latinoamericanos para que los gringos no dejen de apoderarse de los inmensos recursos naturales propiedad común de quienes están enzarzados en una lucha fratricida entre pueblos hermanos!). Es más que evidente que a mediano plazo, de haber triunfado el golpe de Estado en Venezuela, habrían involucrado a los oficiales y tropas de sus fuerzas armadas en el conflicto interno de Colombia, como lo tienen previsto hacer con las de Ecuador y Perú, a quienes pretenden usar sobre todo en la "limpieza" de los Departamentos del Caquetá y Putumayo, vecinos de la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, para que la compañía norteamericana Occidental Petroleum Company (OPC) saque el petróleo del mar común de hidrocarburos que subyace y se extiende bajo las provincias ecuatorianas de Napo, Orellana y Sucumbíos, así como de los departamentos aludidos de Colombia! Al principio se habla de la operación "Yunque y Martillo", en el sentido que desde el Norte se atacaría, como martillo
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