La asociación Attac en Francia fue fundada en junio de 1998. Encontró un
eco inmediato que sorprendió incluso a sus iniciadores. Tras dos años y
medio de existencia, tiene 28.000 adherentes individuales (además de sus
organizaciones fundadoras) y 180 comités locales. Cada mes se emprenden
unas doscientas actividades locales. A escala nacional, Attac se ha
convertido en un nuevo actor de la vida social, ciudadana y política
francesa; y ha ganado también una significativa estatura internacional.

ATTAC:
Un movimiento de educación política y acción popular

Pierre Rousset *

La asociación Attac en Francia fue fundada en junio de 1998. Encontró un
eco inmediato que sorprendió incluso a sus iniciadores. Tras dos años y
medio de existencia, tiene 28.000 adherentes individuales (además de sus
organizaciones fundadoras) y 180 comités locales. Cada mes se emprenden
unas doscientas actividades locales. A escala nacional, Attac se ha
convertido en un nuevo actor de la vida social, ciudadana y política
francesa; y ha ganado también una significativa estatura internacional.

Una vez lanzada oficialmente, la asociación se desplegó en toda una serie
de direcciones a la vez, a un ritmo muy sostenido y bajo formas a veces muy
espontáneas. Fue una hermosa llamarada; pero, hay que subrayarlo, no un
fuego de paja: Attac parece algo duradero. Para estar seguros de ello,
tal vez haya que esperar aún a su primera crisis (que algún día tendrá que
llegar) y la manera como la superará. Pero comencemos hoy por tomar la
medida del "fenómeno Attac", al menos tal como se manifiesta en Francia.

¿Cómo definir Attac? Nosotros lo llamamos a menudo un movimiento de
educación popular orientado hacia la acción. O un movimiento de educación
política. Attac es también el punto de encuentro entre la exigencia social
(encarnada, digamos, por sus organizaciones fundadoras: sindicatos, etc.) y
la exigencia ciudadana (encarnada por la oleada de adhesiones individuales).

En este sentido, es un movimiento socio-ciudadano. Esta dinámica propia de
Attac se refleja en su programa y sus campañas. Desde el comienzo, la
batalla por la tasa Tobin se ha inscrito en una perspectiva democrática
(reafirmación de la primacía de la política frente a la dictadura de los
mercados), pedagógica y militante (puesta al día y crítica de los
mecanismos financieros del liberalismo), social (gravamen del capital y no
del trabajo), solidaria (utilización del ingreso de este impuesto para
reducir las desigualdades, en particular Norte-Sur) antiespeculativa
(limitación de los movimientos especulativos de capitales)

También desde el principio, se ha asociado la tasa Tobin con otros
combates, que se han ido ampliado: contra los paraísos fiscales y los
acuerdos desiguales de libre cambio, los planes de ajuste estructural del
FMI o la ley de la OMC para la anulación de la deuda del tercer mundo,
contra la creación de fondos de pensiones y por la defensa de los servicios
públicos, contra la introducción de organismos genéticamente modificados en
la agricultura y los patentes sobre la vida... La voluntad de oponerse a
la dictadura de los mercados fundamenta la unidad del combate de Attac, en
toda su variedad. Permite también a la asociación actuar en el sentido de
la convergencia de todas las resistencias al orden neoliberal. Attac, en
Francia, ha abierto un nuevo campo de acción, lo que ha conducido, gracias
a su ejemplo, a la creación de comités Attac en cierto número de otros
países de Europa, de América Latina, del mundo árabe o de