LA MÁS TREMENDA “METIDA DE PATA” DEL PRESIDENTE OSCAR ARIAS ES QUE TAMBIÉN CRITICÓ A ZELAYA POR HABER INCORPORADO A HONDURAS EN LA ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA LAS AMÉRICAS, ALBA.

Los títeres no conocen la ética política
Por Wilfredo Gutiérrez

¿Dónde está la ética política o la imparcialidad política del flamante Presidente de Costa Rica Oscar Arias -- el paloma de la paz?

Es vergüenza pura tener en un país de Centroamérica a un líder político (si a eso se le puede llamar “líder”) tan arrastrado y tan entreguista como el señor Arias. Mientras muchos gobiernos de latinoamérica amparados en su respeto al concepto de democracia han exigido el retorno del Presidente Manuel Zelaya a la presidencia de Honduras, el criado del imperio en Costa Rica no sólo atropella la democracia sino que también se ha unido a los imperialistas estadounidenses para apoyar la dictadura militar de los golpistas de Roberto Micheletti.

Recientemente Arias metió sus narices en los asuntos que son únicamente de la incumbencia política del presidente derrocado Zelaya. Le criticó a éste por haber incursionado y posicionado brevemente en el suelo hondureño por el borde fronterizo de Nicaragua, alegando que tales acciones “no ayudan a la reconciliación.”

Y dicho sea de paso, ¿De qué “reconciliación” habla este señor? Lo que allí ocurrió es muy simple: Fue un Golpe de Estado, y como tal, fue un acto cavernícola, violento, ilegítimo e ilegal. Si vivimos en un mundo donde el imperio y sus satélites como Costa Rica alardean tanto de veneración y respeto a la “democracia representativa,” ¿Por qué no puede Zelaya ser reinstituido inmediatamente en la presidencia de su país, usando el imperio si posible “la misma medicina” contra los gorilas?

Pero la más tremenda “metida de pata” del señor Arias es que también criticó a Zelaya por haber incorporado a Honduras en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), lo cual, como dice una fuente por allí, fue una “decisión soberana” de Honduras sobre la que Oscar Arias no tiene que meter sus narices. Además, en derecho internacional público, un acto de mediación política es un procedimiento de arbitraje que ayuda a la solución en litigio pero sin imponerla.

Pero la verdad es que no hay que extrañarse: Los títeres no conocen la ética ni la imparcialidad política. ¡Cuándo la han conocido! Los títeres sólo saben obedecer y ejecutar las órdenes de sus amos. Es por eso que talvez la fuente en cuestión haya llamado al Presidente de Costa Rica Oscar Arias “el hipócrita más grande de latinoamérica.”

--Wilfredo Gutiérrez