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Karl Marx versus Wall Street: ¡Abolición del sistema de salarios!Anonyme, Vendredi, Octobre 3, 2008 - 23:01
FRANZ J. T. LEE
Erase una vez, hace millones de años, cuando la vida en el planeta Tierra carecía de hombres-dioses y dioses-hombres, como también carecía del Moloch del trabajo, cuando millones de humanos todavía expresaban unas relaciones sanas, naturales y vivientes, y cuando se podían anticipar miríadas de saludables creaciones cósmicas; que de verdad era posible inventar, experimentar y esperar. El planeta todavía no se encontraba intoxicado por el hedor corporativo e imperialista del humo, del poder, la avaricia y la arrogancia de la clase dominante. La sagrada trinidad planetaria, el ser natural, la existencia social y la trascendencia emancipatoria, es decir, los humanos, la flora y la fauna, todavía no estaban amenazados por la tecnología y la industrialización capitalista, por el pantano de las giga-ganancias mediante la especulación en las bolsas globales, llevados a cabo sobre los hombros de los pobres y de los esclavos asalariados a nivel global. A través de los últimos dos siglos, el capitalismo y el imperialismo han tenido éxito en amenazar seriamente este gigantesco proceso galáctico, este experimentum mundi y en aniquilarlo mediante sus armas de destrucción masiva y sus horrorosas guerras nucleares. Hace décadas, ya en 1949, el gran filósofo marxista, Ernst Bloch (1885 - 1977), que en una oportunidad dijo, que hoy en día un marxista sólo puede ser un filósofo y que un filósofo sólo puede ser marxista, hizo un comentario en cuanto a nuestro zeitgeist diciendo que “Tiempos de transición, como el tiempo que estamos presenciando, sensibilizan ante todo para el genio de la dialéctica, el gran maestro.” Mucho antes, en 1875, en su trabajo La Dialéctica de la Naturaleza, Friedrich Engels explicó el destino de la actual crisis mundial capitalista, generada por un inexorable maelstrom de competencia, centralización y monopolización: En su escritura “El rol del trabajo en la transición del simio hacia el hombre”, Engels advirtió: “Sólo el ser humano ha logrado de estampar su sello a la naturaleza, al no sólo desplazar plantas y animales, sino también al cambiar el clima de su lugar de residencia, y hasta al modificar la fauna y la flora de manera tal, que las consecuencias de su actividad sólo podrán desaparecer con la extinción universal del globo terráqueo entero.” Las elites internacionales de la clase dominante temen que a través del marxismo la mayoría de la humanidad reventaría las cadenas culturales y los grilletes intelectuales del holocausto mental añejo, se emanciparían del control mental y corporal religioso y al fin, también en los Estados Unidos de América, comenzarían a actuar y pensar de, por y para sí mismos. Según la estrategia nazi de los neo-conservadores, los trabajadores no deberían aprender a pensar independientemente, a teorizar, a filosofar para ellos mismos; la educación para la barbarie controlada por la clase dominante sigue condenando millones de seres humanos a la extinción genocida. Sin embargo, los trabajadores en toda la América están despertando; es por esta misma razón que los ejércitos yanquis están en las calles, para aplicar los actos patrióticos terroristas contra cualquier enemigo interno de clase emergente. Sin el socialismo científico y filosófico, sin el método dialéctico del marxismo y sin la praxis revolucionaria y la teoría emancipatoria, en Venezuela y en otras partes, dentro de la Revolución Bolivariana y la Revolución Permanente, será sencillamente imposible entender lo que pasa en Wall Street, en el club nuclear, en la colonización y militarización espacial, en el globo fascismo, en la globalización fascista. Ahora démosle un vistazo a la verdad transhistórica del marxismo y su actualidad revolucionaria y emancipatoria. En 1848, inmediatamente después de la Revolución burguesa Industrial de Gran Bretaña, en su primera teoría de la globalización, en su famoso manifiesto del partido comunista, Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) pronosticaron científicamente que “los gigantescos medios de producción y del intercambio”, generados por la sociedad capitalista finalmente terminarán en un caos económico totalmente anárquico, en una barbarie social incontrolable: “Las condiciones de producción y de cambio de la burguesía, el régimen burgués de la propiedad, la moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que conjuró.” http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm Después de 160 años, como ya fue explicado en la gigantesca obra de Marx de tres volúmenes “Das Kapital” (El Capital, publicado entre 1867 y 1885) con respecto a las leyes económicas tendenciales del crecimiento del capital como resultado de la contradicción dialéctica, de la competencia, la centralización, la monopolización y la fusión, este gigantesco colapso financiero lógicamente tenía que venir a estos niveles de acumulación de la globalización, con todas sus implicaciones terroristas, la militarización, el genocidio y el fascismo a nivel global. También es claro como el sol, quienes tenían que responder por las atrocidades de sus divinos amos de la guerra. La clase media norteamericana actualmente ha perdido más de 18 millones de hogares; afuera en las calles, esos nuevos pobres se ven confrontados con el ejército brutal; como Marx pronosticó en El Capital, ellos están sacudidos por la explosión geométrica y progresiva de la pauperización global, mientras las elites de las clases dominantes altas están fusionando y devorándose el uno al otro. Es verdad, el marxismo revolucionario científico y filosófico, la negación dialéctica del capitalismo, no ha perdido sus poderes creativos práxicos y teóricos. A través de algunos ejemplos demostraremos la actualidad del marxismo de la era moderna y post moderna en la globalización. Marx y Engels se volvieron ‘post modernos’ ya en 1848, al comienzo de la lucha de clases de los trabajadores. Luego, el 27 de junio de 1865, en un discurso ‘Valor, Precio y Ganancias’ en Inglaterra, dirigido al Consejo General de la Primera Internacional, Marx explicó, que debido al tiempo laboral robado y no pagado, los trabajadores asalariados y explotados socialmente, llevan toda la carga de la realización del capital y así garantizan todos los riesgos financieros y las aventuras especulativas de sus nefastos amos capitalistas y los banqueros inescrupulosos y criminales. Ahora los trabajadores norteamericanos tienen que sacrificar más de 700 mil millones de dólares de impuestos para rescatar los gángster imperialistas de la especulación, para salvar al capitalismo del colapso total. Por los momentos este crimen capital añejo se ha convertido en un secreto abierto internacional; Wall Street se está revelando, demostrando su criminal acumulación de capital, como lo explicó hace mucho tiempo el tan ‘obsoleto’ Karl Marx. Los ideólogos capitalistas quieren hacer ver que Karl Marx es obsoleto y que Platón y Aristóteles están en boga. Sin embargo, aunque no lo crean, el ‘Wall Street Journal’ hoy por hoy considera a Karl Marx como autoridad erudita que se cita en todo el mundo. Aunque comete el mismo error ideológico que tantos otros medios masivos internacionales: sólo pública lo que conviene a sus intereses de clase, es decir, solamente las verdades a medias. Hace tres años, el 13 de mayo de 2005, se podía leer en los titulares del ‘Wall Street Journal’ lo siguiente: “... en la medida en que se incrementa el abismo entre ricos y pobres en los Estados Unidos, se estanca la movilidad de clases”. Al fin y al cabo el artículo estaba diciendo que el cuento de los Estados Unidos como país de una movilidad social infinita y de las millones de oportunidades doradas siempre era y sigue siendo un mito ideológico. Además dijo que “incluso Karl Marx aceptó la imagen de Norteamérica como país de la oportunidad sin límites. ‘La condición del trabajador asalariado’, escribió Marx en 1865, ‘para la gran mayoría de los norteamericanos es nada más que un estado provisional, el cual están seguros de dejar a largo o corto plazo’. (Marx)” Sin embargo, el editor del ‘Wall Street Journal’ no terminó de leer el discurso de Marx hasta su final, es decir, no leyó la parte referente a la solución emancipatoria marxista para la actual crisis norteamericana, para la depresión global, y claro que sí, para la Revolución Bolivariana en Venezuela y América del Sur. Categóricamente Marx manifestó: “(Los trabajadores) deben comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de “¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!”, deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: ‘¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!’ “ http://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/65-salar.htm Ahora démosle un vistazo a otra cita que se refiere directamente a la actual crisis global. Adivinan quién es el autor. “En un sistema de producción en que toda la trama del proceso de reproducción descansa sobre el crédito, cuando éste cesa repentinamente y sólo se admiten los pagos al contado, tiene que producirse inmediatamente una crisis, una demanda violenta y en tropel de medios de pago. Por eso, a primera vista, la crisis aparece como una simple crisis de crédito y de dinero. Y en realidad, sólo se trata de la convertibilidad de las letras de cambio en dinero. Pero estas letras representan en su mayoría compras y ventas reales, las cuales, al sentir la necesidad de extenderse ampliamente, acaban sirviendo de base a toda la crisis. Pero, al lado de esto, hay una masa inmensa de estas letras que sólo representan negocios de especulación, que ahora se ponen al desnudo y explotan como pompas de jabón; además, especulaciones montadas sobre capitales ajenos, pero fracasadas; ...”. (Carlos Marx. El Capital. Volumen III. Capítulo XXX. Capital dinero y capital efectivo). ¿Se trata de Henry Paulson? ¿O de algún think tank neo-conservador? Veamos más datos y hechos sobre la actual especulación en Wall Street. “Finalmente, capitales-mercancías depreciadas o incluso invendibles o un reflujo de capital ya irrealizable. Y todo este sistema artificial de extensión violenta del proceso de reproducción no puede remediarse, naturalmente, por el hecho de que un banco, el Banco de Inglaterra, por ejemplo, entregue a los especuladores, con sus billetes, el capital que les falta y compre todas las mercancías depreciadas por sus antiguos valores nominales. Por lo demás, aquí todo aparece al revés, pues en este mundo hecho de papel no se revelan nunca el precio real y sus factores, sino solamente barras, dinero metálico, billetes de banco, letras de cambio, títulos y valores. Y esta inversión se pone de manifiesto sobre todo en los centros de que se condensa todo el negocio de dinero del país, como ocurre en Londres; todo el proceso aparece como algo inexplicable, menos ya en los centros mismos de producción”. (ibid.) Sí, adivinaron correctamente, el autor es Karl Marx. Con respecto al texto anterior y en cuanto a la relevancia analítica para el actual fiasco financiero norteamericano, Alan Woods, en su excelente artículo “El capitalismo mundial en crisis”, explica lo siguiente: “Los banqueros, que ayer estaban dispuestos a comprar grandes cantidades de deuda de los demás, ya no están dispuestos a hacerlo. La desconfianza y la sospecha se han generalizado. El viejo optimismo acomodadizo se ha sustituido por una actitud tacaña a la hora de prestar y tomar prestado. Todo el sistema bancario, del que depende la circulación de capital, está a punto de paralizarse. A menos y hasta que los malos activos sean eliminados, muchas instituciones carecerán del capital necesario para extender el crédito fresco en la economía.” Por cierto, Marx describió esta fase específica en el ciclo económico capitalista hace mucho tiempo: “La convertibilidad de las letras de cambio sustituye a la metamorfosis directa de las mercancías, tanto más cuanto que precisamente en estos períodos aumenta el número de las casas comerciales que trabaja simplemente a crédito. Y una legislación bancaria ignorante y al revés, como la de 1844-45, puede contribuir a acentuar todavía más la crisis. ... “ (Citado por Alan Woods, ibid.) Lo que produjo la crisis en Wall Street inter alia es la batalla despiadada y la avaricia de los magnates por agarrar miles de millones de dólares, en la medida posible provenientes de la energía de vida robada de los trabajadores, de tiempo laboral no pagado, de dinero especulativo ficticio. El vandalismo capitalista en la tierra ha llegado a sus límites extremos; el sistema entero se ha convertido en una burbuja de jabón. Puede reventarse en cualquier momento, y las consecuencias apocalípticas pondrían a prueba nuestra propia imaginación humana y la llevaría a nuestros límites intelectuales también. En conclusión, sólo queda por decir que las crisis sociales profundas necesitan soluciones radicales. Nuestra época no es una época de la transición de un modo de producción a otro. Es el fin global y globalizado de todos los modos de producción. Es el amanecer de un éxodo, de una exvolución, que es lo verdaderamente nuevo, una nueva lógica, una nueva ciencia, una nueva filosofía, un nuevo hombre. En la actualidad los eventos mundiales se adelantan uno al otro, nos quedamos boquiabiertos ante las gigantescas fusiones y concentraciones, la monopolización y la militarización. El terrorismo represivo político y fascista de esos terremotos económicos todavía está por venir. Su brutalidad superará todos los crímenes cardinales y capitales que se conocen hasta ahora. Por esta razón, todo esto hay que pararlo ahora mismo. Durante las últimas décadas, en centenares de artículos hemos advertido sobre lo que viene. La emancipación no es una revolución de un solo hombre, sino una tarea global de por vida; no es un asunto de catecismos o récipes. Aprendemos la emancipación en el proceso emancipatorio, en la propia lucha feroz. ¡Tanto que hacer, muy poco hecho! Vendrá la ‘Era del Acuario’, que es la emancipación creativa y creadora. Marx nos mostró el camino anti-capitalista, es decir, lo que hay que hacer aquí y ahora: “¡Abolición del sistema de salarios!” Así el trabajo y la producción desvanecen en el olvido, es decir, se manda al infierno la alienación, para que arde en llamas junto al capitalismo por siempre. El resto, en otras palabras, de qué manera actuamos, pensamos y superamos lo nuevo, queda a nosotros. Mientras tanto, aquí en Venezuela, nuestro quo vadis ‘transjectivo’ no es ni la reforma burguesa ni la Revolución Francesa: es la “Emancipación Humana” (Marx). |
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