Daniel: Un niño víctima del terrorismo.

El pequeño falleció ayer a las 9:30 de la mañana como consecuencia de las quemaduras y el politraumatismo provocados por las bombas incendiarias dejadas en un bus de servicio pùblico por el grupo terrorista FARC. Un segundo niño, de 11 años, se encuentra en estado crítico y con pronóstico incierto.

Daniel Beltrán Rodríguez, un pequeño de sonrisa tierna, con calificaciones de 4,2 y que a sus 10 años ya lideraba los juegos de fútbol en el colegio Rafael Delgado Salguero, donde cursaba el cuarto de primaria, murió ayer a las 9:30 de la mañana en el Hospital La Misericordia.

El niño de trabajos "sobresalientes" en ciencias y matemáticas, hijo de Mery Esperanza Rodríguez, una humilde encuadernadora de 46 años, falleció como consecuencia de las quemaduras sufridas y el politraumatismo sufrido como consecuencia del ataque terrorista contra dos buses alimentadores de TransMilenio, ocurrido el pasado jueves en dos sectores de Bogotá, dejó ayer su primera víctima como consecuencia de las quemaduras sufridas y : a Daniel Beltrán Rodríguez, un pequeño de sonrisa tierna, de notas 4,2 y que a sus 10 años ya lideraba los juegos de fútbol en el colegio Rafael Delgado Salguero, donde cursaba el cuarto de primaria.

Y esos atentados –perpetrados en el cruce de la calle 41 sur con carrera 33, barrio inglés, y en la calle 72 con carrera 91, barrio Zarzamora– que dejaron 20 heridos, tienen también en estado crítico y con "pronóstico incierto" a Bryan David Romero, un estudiante de 11 años de quinto grado del colegio Restrepo Millán, quien viajaba en el mismo bus del sur con Daniel, a quien conocía porque estudió hasta el año pasado en el colegio Rafael Delgado Salguero.

Bryan presenta quemaduras del 50 por ciento en la superficie de su cuerpo, padece un "choque severo" y está en la unidad de cuidados intensivos de la Misericordia sedado y respirando con ventilador mecánico.

En el Hospital Simón Bolívar seguían ayer, con mejor pronóstico en su estado de salud, otros tres menores que sufrieron quemaduras entre el 25 y el 35 por ciento de su cuerpo por efecto de las bombas incendiarias.

El pequeño "Daniel el travieso", como cariñosamente le decían algunos de sus profesores, era sobresaliente en ciencias y matemáticas.

Profesores como Flor Alba Ariza y Nubia Pérez recuerdan que Daniel recuerdan que, desde su pupitre ubicado en la cuarta fila del salón, era el primero en levantar la mano para salir a colaborar con actividades del colegio. Como también era el primero en buscar el balón de fútbol para las horas de educación física. O para armar equipos y practicar este deporte los fines de semana y después del mediodía, cuando terminaba la jornada de clases.

Entonces se iba a jugar con su hermano William David, de 11 años, y otros ex compañeritos del colegio , al parque del barrio Villa Mayor, ubicado a pocos minutos del plantel y de su casa situada en el barrio Inglés, en el sur de Bogotá.

Por eso el jueves, pasadas las 3 de la tarde, se subió con otros compañeritos y vecinos al alimentador de TransMilenio y se sentó en las últimas sillas del vehículo. Y aun cuando su hermano le insistió que no se subiera a ese bus, Daniel lo hizo.

Esa misma prohibición se la había reiterado su madre Mery Esperanza Rodríguez, de 46 años, una encuadernadora que trabaja en el barrio Ricaurte y que gana diariamente 15.000 pesos para sostener a sus tres hijos de 11,10 y 7 años. Y a los abuelos paternos, con quienes vive en una humilde casa del barrio Inglés. Su padre, Jorge Beltrán, trabaja en Quito (Ecuador) en artes gráficas.

Esos ataques terroristas impulsaron a alumnos del colegio Rafael Delgado, de las jornadas de la mañana y la tarde, a hacer marchas de protesta por las calles del barrio Inglés.

Mientras que el alcalde Mayor, Luis Eduardo Garzón, encabezó un acto de resistencia civil por las estaciones de TransMilenio del sur de la ciudad. Para simbolizar el repudio contra el terrorismo, fueron colocadas banderas blancas en los 500 articulados de TransMilenio y decenas de personas vistieron camisetas blancas.

100 millones de pesos ofreció el presidente