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El Kapitalismo te Exprime,te EncarceLa y te Asesina. La Matanza de Cromañón.

Anonyme, Dimanche, Janvier 9, 2005 - 03:26

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico

o Del propio sujeto social autosoberano dependerá que llegue una nueva democracia como autogobierno antipatronal y antiestatal.

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico

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El Kapitalismo

Te Exprime,

Te Encarcela

y

Te Asesina.

La Matanza de Cromañón

 

 

"¡Ibarra,
Chabán, la tienen que pagar!".

"Olé
olá, si no hay justicia qué quilombo se va a armar".

"No
fue la bengala, no fue el rocanrrol, a los pibes los mató la corrupción".

"Yo sabía
que a los asesinos los cuida la policía".

"¡Kirchner,
Ibarra, Chabán, culpables por igual!".

"¡Oh,
que se vayan todos, que no quede ni uno solo!".

Consignas
coreadas en la marcha del primero y tres de enero del 2005,

tras
los asesinatos en la disco República de Cromañón..

 

"Hacen muy bien en no confiar, no confíen en nadie
salvo en ustedes mismos."

Presidente Néstor Kirchner. Reunión con los familiares
masacrados

en República de
Cromañón, 4/1/05.

 

Quieren
Sitiarnos Volvernos Temerosos.

Que Silenciosamente
Votemos Tiranos.

Quieren
Saciar Voracidades Tremendas.

Que
Siniestramente Vendamos Todo.

Quieren
Sátrapas Vomitivos, Tramoyas.

Quemar
Sonrisas, Voluntades, Talentos.

Estrofas
del poema colectivo y anónimo en

Construcción
permanente QSVT, volante

y
afiche repartido el 20/12/04.

 

(...)
"Estamos en una dictadura del capitalismo, ejecutada por pequeños señores

que,
estando en campaña nos prometen cosas muy seductoras, y que cuando llegan

al gobierno
actúan como reyes sin coronas, nos reprimen cuando queremos manifestarnos

en contra
de algo que les molesta, tal como si fuésemos sus súbditos, y no el

soberano.
Pero creemos que al criticar este sistema, debemos proponer otro

como
alternativa. Y para nosotros la alternativa es una democracia participativa

horizontal
y directa".

Asambleistas
de Mar del Plata, 12/04.

 

En pocas semanas, a los que daban
por muerto el Que se Vayan Todos desde página/K, y a los que le contestaban
tirándoles con el pueblo por la cabeza para enterrar a la multitud, a ambos, se
les quemaron los papeles.

La vieja dicotomía entre
espontaneidad y organización, entre intelectual analizante y objeto social a
analizar, no sirve para entender como piensa y se mueve la multitud.

En el siglo XXI no se
requiere de prensas partidarias como el andamio al costado del encofrado que
edifica la organización popular. Hoy la internet, como
una gran anónima imprenta del siglo XXI, actúa de vínculo material y afectivo
al mismo tiempo. Como canalizador de la catarsis y organizador de la lucha. Como
disparador de iniciativas y ágora de disidencias y acuerdos para la acción.

Ante un acontecimiento
inédito, una vez mas, la multitud desborda con sus
acciones y consignas las previsiones de las viejas vanguardias. En las marchas
los gritos de ira no se hacen esperar: "De Kirchner para abajo no sólo
tienen que renunciar sino que tienen que ir todos presos".

Después del 30 de
diciembre en medio del dolor, entre el duelo y la espera, entre un santuario improvisado
y la asamblea, entre la solidaridad y la entrega de los cuerpos que se apilan
en la morgue, nace la lucha. Se actúa como multitud y se la integra
singularmente. No hay dispositivo externo a la propia práctica que pueda
conducir el proceso desatado.

Como aquel accionar
destituyente del 20 de diciembre del 2001, como el repudio inmediato a la
ejecución de la planificación criminal del 26 de junio de 2002 en el Puente
Pueyrredón. De igual modo, el 1 y 3 de enero de 2005, ningún organismo previo a
la matanza convocó a los luchadores.

Si por izquierda
entendemos una acción destituyente contra el capital-parlamentario que no
demanda el Que Se Vayan Todos para que venga la seguridad y el orden al estilo
Blumberg, entonces, hay que reconocer que la práctica de la multitud volvió a
estar a la izquierda de buena parte de la izquierda partidaria. Sus valientes
militantes, el primero de enero, aturdidos pero alertas, se subordinaron a los
tiempos de la multitud que estaba escribiendo de manera autónoma una nueva
página antisistémica de la historia Argentina. Pero como ninguna lucha comienza
de cero, y nadie está impedido de aprender de sus errores, en esta oportunidad
y por el momento, la porción de la izquierda partidaria que estuvo en las
calles, actuó respetando la autoconducción de la lucha de la multitud. Respetó
su dolor y bajó sus banderas cuando así se lo pidieron los familiares y amigos
de los fallecidos.

La coloratura de la
multitud alberga en su seno a las nuevas figuras del trabajo, pero con ella
también se moviliza una porción de la sociedad civil que la expolia. Las dos
coinciden cuando irrumpen en el espacio público, tienen circunstancialmente
objetivos en común, pero son estratégicamente sujetos sociales antagónicos.

Nada es mas difícil para el poder que conducir a un sujeto que no
puede representar, que no aspira a ser Uno, a ser estado, a ser pueblo. Y nada
es mas difícil que organizar el poder constituyente de
los muchos diferentes que está en las calles. ¿Quién resolverá el acertijo?
¿Quién dotará de conciencia a los adolescentes? ¿Quién terminará con el estado
que no está para autodepurarse sino para profundizar el genocidio capitalista?
Nadie, absolutamente nadie, está en condiciones de hacer las tares que le
competen a la multitud. Ella, y sólo ella, determinará
hasta donde está dispuesta a llegar. Cuál será el uso que haga de sus nuevas
formas organizativas y cuáles serán los métodos que escoja para obtener
justicia en la tierra.

    • El ocio es mercancía
      como el trabajo, pero por otros medios.

Por mas que el poder y
sus lacayos quieran ningunear la crisis orgánica en la que están involucrados,
la multitud le martilla los tímpanos gritándole el peor de los insultos
posibles: ¡Que se Vayan Todos que no quede ni uno sólo!

Los jóvenes, esos millones
que los medios quieren invisibilizar y endemoniar preguntándose porqué llevan a
sus hijos a los recitales, no hacen mas que fingir comprensión mientras
lentamente van transformando a la víctimas en victimarios. Sus familias que hoy
son mas de nueve millones de pobres y alguna vez
integraron la clase media, ahora, son la multitud.

El 60 por ciento de los
15 millones de argentinos de menos de 22 años son pobres. A su vez tres
millones y medio de los niños y adolescentes son indigentes. Un millón de jóvenes
no estudia ni trabaja. La pobreza de los púberes se duplicó en sólo 5 años.
Pasó del 31 por ciento en el ´99 al actual 60 por ciento.

Los chupatintas de la
transversalidad nos aleccionan que volvimos a un país normal ¿Pero acaso que
creían que era un país capitalista normal? ¿Cómo entienden que el capitalismo
salió de su crisis mas terrible sino con una
acumulación originaria a costa de salarios infrahumanos, desocupación
estructural y el ahorro de las medidas de seguridad mas elementales que protege
a la fuerza de trabajo de la que viven?

La muerte de la multitud
a manos de los empresarios tiene muchas caras. Según los datos oficiales que
completan la estadística final del 2003, con relación al 2002, hubo 70.514
accidentes laborales mas. Dentro de los damnificados
los que sufren mas son aquellos que componen la casta
laboral de los empleados precarios, en negro, y con un pie permanente en el
desempleo. De los 414.559 siniestrados casi la mitad ganaba menos de $ 600, 200
dólares al mes. Se estima que la tasa de heridos se duplica en el caso de los
empleados no registrados. En un país normal, del 2002 Duhaldista al 2003
pingüinista, se incrementó en un 20 por ciento las víctimas laborales del
capitalismo. En esto también con "K" estamos peor que antes de su
llegada a Balcarce 50.

La distinción entre
tiempo de trabajo y tiempo libre para los millones de trabajadores jóvenes,
precarios y polivalentes es cada vez menos clara. La diversión también es una
mercancía y salir vivo de un espectáculo se ha vuelto todo un trabajo. El
reinado de la subordinación de la multitud en el capital, del comando del
estado y los patrones que engordan con la mercancía de la actividad inmaterial
del esparcimiento, que se transforma en el precio de una entrada a un recital,
no es mas, que la continuación de la jornada laboral.
El ocio es mercancía como el trabajo, pero por otros medios. Plata, quiero
plata, decía Chabán.
Frase que podía pronunciar cualquier patrón al que se
le acerque un micrófono.

El sistema capitalista
para mantener a los parásitos sociales de los patrones y el lucro que los
alimenta, les pisa la cabeza a cada integrante de la multitud, tenga o no un
empleo, con los nuevos cuatro jinetes del apocalipsis: Pobreza, delincuencia,
cárcel y muerte. El imperio del dinero le escupe en la cara a cada joven: Me
llevo tu tiempo, cada día de tu existencia, te encierro y si lo necesito te
arranco la vida de manera fulminante.

Nada mas claro que el
valor de un ticket de concierto para comprobar que ir a escuchar a una banda es
un placer que valoriza el capital de los empresarios. Un pasatiempo que se
vuelve una práctica riesgosa cuando la vida vale menos que una localidad. En
los recitales de cientos de personas que organizan los desocupados, asambleas
populares y los obreros de Zanón, nunca hubo un muerto. La policía no existe
mientras dura el espectáculo y los asistentes y organizadores se cuidan a sí
mismo.

Donde el uso del tiempo
no tiene un valor monetario, donde no existe el dinero como forma de la
repugnante relación capitalista que todos llevamos en el bolsillo, donde
recrearse no tiene precio, la vida no se entrega a cambio de un par de horas de
placer.

Esta vez la matanza la
ejecutó Omar Chabán y Aníbal Ibarra. Un empresario progre y un gobierno que
administra un presupuesto de 5.000.000.000 millones de pesos. El capital mata.
Y el estado como forma de capital mata también. Todos los fines de semana es la
ganancia de los empresarios que transforman el recreo en capital, la que toma
de rehén a 400.000 jóvenes que alimentan su fortuna. Pero en realidad el que
mata es el sistema social capitalista de los chabanes y los ibarras que pueblan
todo el planeta. El menú es variado: fusilamiento en cortes de ruta y guerras
en Irak; tortura policial por ser joven de un barrio pobre y ocupación de
Haití; ejecución a la salida de una cancha de fútbol y epidemias evitables en
Somalía; prisión por reclamar un salario y hambrunas planificadas en Ruanda; el
cierre de las puertas de un supermercado en Paraguay para que durante el incendio
los futuros carbonizados no se lleven algo sin pagar y asfixia en una disco de
Buenos Aires.

De la pasantía y la
cadetería, del taller y el plan social, de la venta ambulante y el cirujeo, de
la reposición en el supermercado y la prostitución, del puntero al delibery,
del microemprendimiento y las horas desempleadas por un presente sin futuro, se
pasa, al recital como fiesta de los cuerpos, el calor de la tribu urbana, los
abrazos de clanes suburbanos, el aguante de la carne que no se resigna a morir
expoliada por el patrón, la policía asesina y el estado genocida.

Desde el 30 de diciembre
la multitud organiza sus propios organismos deliberativos y ejecutivos. No hace
falta que nadie le venga a enseñar cómo se redacta un volante, se organiza un
marcha, o se hace un cordón de seguridad.

Su uso cínico de los
medios masivos es un arma de doble filo con la que está dispuesta a lidiar. No
confían en el poder y mientras construyen sus ámbitos y territorios móviles de
contrapoder arremeten con cuanto oportunista quiera canalizarlo.

    • el aguante de la
      carne que no se resigna a morir expoliada por el patrón, la policía
      asesina y el estado genocida.

¿La multitud es
homogénea? Decididamente no. Y esa heterogeneidad es su fortaleza y su
debilidad. Si fuera compacta como la vieja clase obrera industrial ocupada ya
estaría organizada en uno o varios partidos y hace tiempo se hubiera planteado
la toma del poder. Su multiplicidad permite que su polifonía de lugar a que el
progresismo de todos los colores, de los Graña y los Leuco a los empresarios
del rock, de los políticos progres a los pequeños burgueses jacobinos, de los
curas a lo Farinello y sindicalistas de la centroizquierda, puedan meter la
cuchara.

La multitud es fuerte
porque nadie puede mandarla sino es obedeciendo. Y es débil en comparación al
pueblo que adoptaba una conducción separada de sí que la dotara de fines
mediatos antes sus conatos inmediatos de sublevación. Pero en tiempos
posfordistas esa impotencia del pueblo es el baluarte de la multitud. Su
emancipación será obra de sí misma o no habrá liberación social. A cada
individualidad del común nadie podrá expropiarle su propia revolución.

Con argumentos calcados
de la época de la dictadura militar, recreados durante mas de 20 años por
Alfonsín y Menem, De la Rúa y Duhalde y ahora por Kirchner, se apela a la
miserabilidad de apuntar como infiltrado a todo aquél que vaya mas allá de
pedir la cabeza del chivo expiatorio de Chabán y la de algún inspector de
zócalos que se olvidó de cambiar la carga de los matafuegos. Para el poder un
poco de jaleo es digerible pero a la larga hay que volverse a llorar a la
casita, a seguir produciendo plusvalor para el patrón, a vivir de changas y
comer salteado. ¡Qué La vida sigue y los políticos saben que hacer! Y si no son
Ibarra y Kirchner los que hagan justicia habrá que ser un poquito paciente y
esperar. Y los que vengan después, allá por el año 2.015-2.020, o quién sabe
cuándo, tendrán su orgasmo con las urnas. Así de patéticos son sus argumentos.
Así de ladino ha sido por dos décadas el capital-parlamentario.

Ibarra ya entregó todo lo
que estaba dispuesto a sacrificar. No se va a ir por las suyas. Para que se
vaya la multitud tendrá que echarlo. El tiene bastante experiencia en esto de
"bancarse" insurrecciones. La centroizquierda y los CGP, los
peronistas y radicales, la CTA y la mayoría de los organismos de derechos
humanos le hicieron el aguante post argentinazo. No olvidemos que fue parte de
los muertos vivos que pasaron con su cara de amianto por el incendio del 19 y 20.
Mientras tanto Kirchner se hizo el zonzo todo lo que pudo mirando el glaciar
Perito Moreno, mientras degustaba un corderito patagónico y mandaba la plata de
la provincia de Santa Cruz, de puro nacionalista que es, al extranjero.

Las instancias mediadoras,
los sindicatos y partidos, los canalizadores de las demandas antisistémicas que
describen todos los manuales de las contrarrevoluciones exitosas quedaron
obsoletos ante la nueva forma de dominio que adoptó el capital en la era
posfordista. Los nuevos tratados de cómo abortar insurrecciones y rebeliones se
están escribiendo mientras el conflicto no está definido. Muchas de sus páginas
están escritas en castellano y datan con posterioridad al 2001. Pero ni todos
los piqueteros amigos del poder y sus medios compinches, ni todas sus
agrupaciones solventadas por el erario público y sus intelectuales autónomos de
cotillón, pudieron impedir que el reclamo les explotara, y sin estaciones
intermedias le estallara en la cara a la máxima autoridad estatal. El fuego viene
de abajo y para los de arriba se transforma en una hoguera que no se apaga ni
con todas las promesas de un verano ¡Pum para arriba!, del socio de Hadad,
Marcelo Tinelli; el canje de la deuda de, cara de piedra, Lavagna; y el
gobierno popular en disputa de Humberto Tumini.

Antes del 19 y 20, Ibarra
y De la Rúa, hubieran entregado al jefe de bomberos, a un subsecretario del
montón, a los sumo al jefe de policía. Se cerraba la
disco por un tiempo y se le hacía caer todo el peso de la ley capitalista sobre
las espaldas de un funcionario detestado, y a otra cosa mariposa. En cambio
después de la primera insurrección Argentina del nuevo siglo, todas las
coordenadas, entre demanda explosiva, carencia de mediación y justicia
distraída, han sido alteradas.

    • La bronca estalla y
      los cuerpos resistentes en lucha se co-relacionan y crean campos de
      fuerzas antagónicos a los dueños del poder.

La multitud madura, ¡Vaya
si madura! Pagó con el subconsumo, y con cada libra de su carne enflaquecida,
la estafa de la devaluación de los ingresos de los que se reciclaron creyéndose
los dueños del Que Se Vayan Todos. Volvió a confiar pero no firmó ningún pagaré
en blanco. Cuando se harta saca tarjeta roja y el voto se transforma para los
políticos en un irreverente paga dios. Si la Nueva
Clase cree que sus cantos de sirena sirven para engrupir a la multitud como si
fuera una plebe políticamente analfabeta, o no entendieron el cambio epocal que
estamos viviendo, o subestimas al nuevo sujeto histórico.

Las victorias y derrotas
del capital son permanentes como las de la multitud. Porque superviviente es la
crisis del dominio estatal del capital ante cada potente acción de la multitud
cuando creyeron resolidificado su dominio. Son las dos caras de una misma
moneda. La que vive de los demás y la que hace todo el trabajo. No son tiempos
para que nadie pueda interpretar el estado de ánimo de las masas y actuar como
los viejos partidos que enfrían o calientan los conflictos según la correlación
de fuerzas. La bronca estalla y los cuerpos resistentes en lucha se
co-relacionan y crean campos de fuerzas antagónicos a los dueños del poder.

La multitud no necesita
cientistas sociales que la psicoanalicen, ni aspirantes a patrones políticos
que la conduzca. Ella misma es quien se autolidera. No precisa organizadores
profesionales sino que se autoorganiza. No hace falta enseñarle sobre la
antagonía de clase que existe entre ellos y los matones uniformados. La
consigna ¡Ibarra, Chabán la tienen que pagar! es una lección política
antisistémica de la multitud para quien esté dispuesto a aprenderla. Se unifica
en un grito de seis palabras el dominio despótico del estado y el capital sobre
la multitud. Desde hace tres años el capital-parlamentario ha sido registrado
como el causante del actual estado de postración del cincuenta por ciento de
los argentinos en la pobreza. Y de ahí no se volvió. Que sigan soñando los que
creen que "K" canalizó esa demanda de hartazgo con la clase política.

¡Ni aún muerto me
detendrán dicen las remeras del taller popular de serigrafía debajo de la
estampa de Darío Santillán! Sin dudas Darío. Ni aún muerto tus compañeros
consecuentes abandonaron tu lucha que fue, y es, la de ellos. Tu singularidad
fue parte del común, y lo colectivo que lucha encierra tu singularidad. De
igual forma podemos decir que ni aún muertos las víctimas del Cromañón de
Chabán dejararán de pedir justicia. Ni a aún muertos sus padres, hijos y
amigos, el común de la multitud, dejará que se olvide este crimen social. En
cada nueva lucha reaparecerá el rostro de Kosteki y la sonrisa de Cabezas; las
caricias de los novios asesinados el 30 de diciembre y las enfermeras del amor
detenidas en la legislatura; los 500 años de resistencia de los indígenas
expulsados de sus territorios y los obreros que se autogestionan; los
asambleístas autónomos que hasta el día de hoy contra viento y marea sostienen
el QSVT y los nuevos delegados sindicales clasistas; los presos políticos de
Caleta Olivia y los estudiantes revolucionarios; las caras tiznadas de los
espectros de Río Turbio y la fortaleza de las madres del dolor; las historias
truncas de la AMIA y la ternura de los motoqueros asesinados que salvaron la
vida de mas de uno el 20 de diciembre de 2001.

Se podrá decir que la
justicia de los ricos no puede hacer justicia de manera completa, y es cierto.
Se podrá alegar que Ibarra y Kirchner no se van a ir sino es con una
insurrección, y es cierto también. ¿Pero quien puede predecir hasta donde puede
llegar la multitud si no ve satisfecha sus demandas? "Si no hay justicia
habrá quilombo",
bramaban 5.000 almas el primero de enero de 2005. El
grito de guerra preanuncia que la batalla no será, ni corta, ni fácil. Se va
por la cabeza de los mandamás del estado, que no es
poca cosa. De igual modo el 3 de enero Ibarra demostró que, de ahora en mas,
Los Pacificadores taponarán la entrada de la Jefatura de Gobierno y los
policías de civil actuarán como en la época militar cazando luchadores sin
identificarse. La gestapo del capital-parlamentario va naturalizando su
accionar posfascista. Los organismos de derechos humanos amigos del
"presi" mutis por el foro.

El aprete a familiares
por agentes de inteligencia del estado, la música fúnebre que están dejando en
sus contestadores, las comisiones que se arman para cambiar algo y entonces
nada cambie, son las trampas que está armando el estado porteño y nacional
contra la multitud. El nombramiento de Juan José Alvarez en el área de
seguridad del gobierno de la Ciudad, con el respaldo de Duhalde y Kirchner,
demuestra, que de la transversalidad mas allá del aparato descompuesto del
partido peronista ya no queda nada.

La corporación política
se blinda contra la multitud. Como siempre en momentos críticos para el
capitalismo y sus instituciones, los centroizquierdistas y conservadores, las
fracciones nacionales y populares del peronismo y la curia, los medios masivos
y los sindicalistas progres que juntaban firmas para el Frenapo mientras la
multitud echaba a De la Rúa, todos, absolutamente todos, cierran filas contra
los embates por justicia, aquí y ahora, de las familias y los cientos de miles
de anónimos que conviven con su dolor. Para el poder, la plebe republicana, los
pobres en las calles, los desheredados del capitalismo, la multitud, tiene que
abandonar las calles. Se buscará engañarla, disuadirla, embretarla en trámites
parlamentarios burocráticos, bloquear sus iniciativas, sobre todo dividirla, y
si hace falta, reprimirla y matarla.

El progresista de Ibarra
con la anuencia del progresista Kirchner giran aún mas
a la derecha. El arribo de Juán José Alvarez es mas de
lo mismo. Alvarez llega habiendo acumulando todos los aplazos posibles por
parte de la multitud y todas las condecoraciones al valor de los poderosos. Fue
subsecretario de presidencia de la nación con Menem, en el 2001 ministro de
Seguridad del gobernador bonaerense "hay que meter balas a los
delincuentes"
Ruckauf. Cuando el 19 y 20 eyectó
al guapo de De la Rúa que repartía muerte por todo el país antes de su fuga en
helicóptero, Ruckauf, también abandonaba su sillón de gobernador. Ahí
"Juanjo" Alvarez dio el salto a la nación y, recomendado por Ruckauf,
fue funcionario del ex presidente, por una semana, Rodríguez Saá. Cómo en el
peronismo nada se pierde, todo se transforma, siguió con el gobierno de
Duhalde. Desde allí hizo sus armas en las grandes ligas del crimen social a
gran escala. Pasó a ser Secretario de Seguridad Interior de la Nación,
planificando, ejecutando y justificando la cacería contra piqueteros el 26 de
junio de 2002 en Avellaneda. Cómo en Argentina nadie va preso, aun siendo
cómplice de los mas flagrantes crímenes, fue
nuevamente convocado. En el 2003 el gobernador Felipe Solá le ofrece el
ministerio de seguridad de la provincia de Buenos Aires. Puesto en el que duró
sólo dos meses y tras su fracaso arribó León Arslanián. Alvarez es un viejo
conocido para propios y extraños. Hombre de Duhalde, en la última década,
estuvo con Menem, Ruckauf, Rodríguez Saá, Solá y ahora con el "golden
boy" del progresismo Ibarra. Por lo visto para el PJ como partido de poder
vale todo. Hoy con uno y mañana con otro. Este es el hombre que eligió Ibarra,
Duhalde y Kirchner para la seguridad de la Capital Federal. Un criminal que
viene a resolver los crímenes de sus socios políticos de siempre. ¡Kirchner lo
hizo!

El asedio en julio del
año pasado a la legislatura de la ciudad de Buenos Aires, y el cerco a la
jefatura de gobierno porteña el último tres de enero, demuestra, que la bronca
tiene muy claro a sus destinatarios. No es un grupo de "loquitos" a
quien enfrenta el estado, sino a miles de síntomas singulares de un malestar
social multitudinario.

El primero de enero
bastaba ver el apoyo que recibía desde los balcones a su paso la marcha.
Comprobando que el combate contra la impunidad por la masacre de Cromañón es
sólo la punta visible de un iceberg que esconde un repertorio repleto de
agravios. La solidaridad activa en las calles de unos cuantos miles, se coteja,
con la complicidad compañera de millones de argentinos que respaldan a las
víctimas del homicidio múltiple del barrio de Once.

    • Estamos ante una
      política autosoberana.

Es preferible pagar todos
los errores que puedan cometer los jóvenes por su inexperiencia que ponerse en
manos del mas viejo y probado comité central. Si
ningún tipo de autocomplacencia, es mejor ser parte de la lucha de padres y
amigos, allegados y colaboradores, todos militantes de la multitud, que confiar
en cualquier promesa del estado y sus patrones, propalada, por otros
empresarios encargados de vender noticias engañosas y falsas desde los medios masivos
de comunicación.

Si en las marchas se dijo
"Que no se quiere política", mientras que la política como
práctica colectiva de los anónimos tienen acorralado a Ibarra, entonces,
bienvenida esta antipolítica. Una hacer autodeterminado que dejó de entender a
la política como lo político estatal. Un ámbito de la aristocracia del voto de
donde no puedan venir las respuestas y acciones que necesita la multitud para
ser feliz. La que está efectuando la multitud es una auténtica y noble
pospolítica. Que despide al estado como agenciamiento que piensa por ella y
decía saber lo que necesitaba el soberano. Estamos ante una política
autosoberana. Y si bien por el momento no resulta una política constituyente
posestatal, si lo es, una política destituyente antiestatal.

Para millones de jóvenes
la política no es sólo corrupción y negociado. Sino también leyes de
flexibilización laboral, despidos de sus padres, una educación y salud
colapsada, policía mata gente, políticos de doble discurso, una prensa canalla
a su servicio, y patrones negreros.

Es la propia práctica,
reflexión e imaginación de la multitud la que le marca la cancha al estado. El
capital-parlamentario no es únicamente el gobierno por la fuerza, también es
consenso. Y consenso es el acuerdo que le brindan los ciudadanos a las
instituciones y leyes del sistema. En este campo es donde lo político estatal
es cada vez menos dirigente y mas dominante. Por lo
tanto cada vez mas débil y cuestionable. La cultura del joven sumiso dispuesto
a morir en un recital, caerse de un andamio a cambio de dos pesos la hora, ser
atropellado mientras reparte una pizza en tiempo récord, y delinque o se muere
de hambre en silencio en su casa, está fuertemente cuestionada.

Cada epifenómeno reenvía
la lucha a una crítica feroz al estado actual de las cosas y se produce un
comportamiento antagónico contra el estado carcelero, sus mentirosos
funcionarios, los empresarios inescrupulosos y los periodistas cómplices.

Tres años de prácticas
autodeterminadas han dejado valiosas enseñanzas. Las experiencias se sedimentan
y se sacan conclusiones. Se aprende de los errores. Se mide a los aliados. Se
juzga a quienes traicionan. Se confraterniza con el compañero leal. La multitud
no es complaciente, siquiera consigo misma. Está alerta contra el estado pero
también contra sus debilidades. Es fuerte porque es mas
potente que cada uno de sus actos. Es sinérgica, o lo que es igual, unida en la
acción y la reflexión vale mas que la mera sumatoria
de cada uno de sus integrantes. Es poderosa porque con su energía alimenta al
sistema o lo puede hacer colapsar cuando así se lo proponga.

Cada vez que gana el
espacio público hace tronar el escarmiento. Alerta al poder ¡Qué ni sueñen! Que
está contenta con ellos. Que cuando exista una convicción terminante que la
clase política está incapacitada de cambiar un sistema que administra y
disfruta, su aliento en la nuca, los perseguirá hasta que se vayan todos.

    • La propia lucha
      contra tanta impunidad es constituyente de la multitud.

La multitud sabrá medir
sus tiempos. El cerebro colectivo del trabajo distribuido por toda la trama
social es el cuerpo, la inteligencia y el estado de ánimo de la multitud. Todo
en uno y al mismo tiempo. Piensa y actúa por sí misma. Se equivoca y corrige.
Se detiene y toma aire para esperar el momento oportuno y volver a arremeter
contra todo lo que la obstaculiza.

Ha aprendido de su
capacidad destituyente. Sabe como organizarse. Corea consignas que después
serán gritadas en todo el planeta por todos los que luchan contra el imperio del
capital y sus sirvientes. Se reconoce poderosa. Sabe hacer política.

La propia lucha contra
tanta impunidad es constituyente de la multitud. La antagonía contra quienes
las humilla la transforma y repotencia. Su propio comportamiento autónomo es la
medida de su plan. El movimiento es su estrategia. La redes informales su forma
de comunicación. La república del común una de sus metas.

Es difícil organizarse
asambleariamente mientras el capitalismo es el reino de la diferencia que une
separando. Que aísla al productor del político, al gobernante del gobernado, a
la multitud del capital. Es difícil luchar mientras se lloran los muertos. Es
difícil no equivocarse cuando el estado, las ONGs sistémicas, los empresarios,
los medios y los líderes autoproclamadados, le tienden una y mil celadas. Pero
es sólo la multitud la que puede resolver las tareas y los desafíos que se le
presentan. En su hora dolorosa y con sus sacrificios sobrehumanos se está
midiendo con ella misma. Con su tenacidad y lucidez, con sus flaquezas y
fortalezas, con su pasión y su resistencia, con su deseo y su astucia. La que
enfrenta al poder desde su propia potencia. La que le opone al estado su
autoorganización.

La horizontalidad
asamblearia es la muerte de la verticalidad del estado. La democracia directa
de la gratuidad es el fin de la representación política capitalista. La unidad
de la multitud no mediada por el dinero es la sepultura del vínculo social de
la mercancía. Pero no estamos en el 2002 donde el cuarenta por ciento del circulante
era cuasi monedas y el trueque abarcaba millones de participantes. El imperio
de la mercancía se ha restablecido, es por esto, que la tarea de los que luchan
es mucho mas difícil. Necesitan comer y para eso
venderse a los patrones. Al hacerlo fortalecen al amo que los desprecia y los
mata, pero al mismo tiempo, afila su antagonía con reclamos impostergables.
Este siempre ha sido el desafío histórico de las mujeres y hombres que
quisieron liberarse del capital y el estado. Esta es la tarea que afrontan millones
de jóvenes argentinos, y en el mundo entero, en la actualidad. Como destituir a
los políticos que representan al ciudadano como forma delegada de la soberanía,
y al mismo tiempo, constituirse como sujetos autosoberanos mas
allá del dinero, el mercado y el estado.

¿Quién posee la fórmula
para terminar con tanta injusticia, con tanto atropello, con tanta desidia, con
tanta explotación? ¿Quién dispone de las llaves del reino de los hombres
libres? Las respuestas están en las personas que buscan emanciparse de sus
amos. Unicamente la multitud decide en cada momento hasta dónde quiere llegar.
El cambio social que hace falta no es un tire y afloje cosmético sino un cambio
social de raíz. Para que no exista "Nunca Mas" homicidios en masa
como en Cromañón, el futuro, no es un destino histórico al que la multitud
llegará por fuerza del destino. Será obra de su propia imaginación, de los
lenguajes comunes que cree y de las acciones que afiancen su autogobierno. Si
el anticapalismo es la felicidad de multitud, nadie puede imponer la felicidad.
Está en los propios sujetos independientemente organizados establecer como
quieren disponer de sus vidas.

Dejarse mandar no es de
hombres libres. Delegar es padecer. Mandar sobre la multitud es una impostura.
La ira, la indignación, y porque no el odio contra los empresarios y el estado,
es la cara oscura, la pasión tenebrosa pero indispensable, que alimenta y se
trasmuta en el amor entre iguales, la fraternidad de los agraviados, y la
amistad entre los millones de anónimos del común.

La autonomía de la
multitud, su antagonía contra el poder, llegó para quedarse. Del propio sujeto
social autosoberano dependerá que llegue una nueva democracia como autogobierno
antipatronal y antiestatal. Un proyecto constituyente de un nuevo mundo que no
está en este mundo, pero que se construye en este mismo instante. Una sociedad
de mujeres y hombres libres. El anticapitalismo del individuo social que
fabrica su destino como integrante de la multitud.

Colectivo
Nuevo Proyecto Histórico.
 

6 de
enero de 2005. 

 

El Kapitalismo te
Exprime
,te EncarceLa y te Asesina. La Matanza de Cromañón. 

 

 

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