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No llores por tí, ArgentinaAnonyme, Vendredi, Février 13, 2004 - 08:45 (Analyses)
sebastian hacher
A veces nos da la sensación de que a los medios argentinos los dirige un omnipresente director general de programación, que imaginamos como a una especie de Shakespeare lobotomizado, adicto a los dramas individuales de la farándula, y a otras sustancias no menos nocivas para la salud. . A veces nos da la sensación de que a los medios argentinos los dirige un omnipresente director general de programación, que imaginamos como a una especie de Shakespeare lobotomizado, adicto a los dramas individuales de la farándula, y a otras sustancias no menos nocivas para la salud. "Vivimos en la era de la televisión. Una sola toma de una enfermera bonita ayudando a un viejo a salir de una sala dice más que todas las estadísticas sanitarias". (Margaret Thatcher) A veces nos da la sensación de que a los medios argentinos los dirige un omnipresente director general de programación, que imaginamos como a una especie de Shakespeare lobotomizado, adicto a los dramas individuales de la farándula, y a otras sustancias no menos nocivas para la salud. Algunos compañeros, mas científicos, opinan que se trata de una lógica general, orquestada el dinero y por la costumbre, por la cuál es regla oponerle a cada cosa importante algún escándalo individual, combinando lo morboso y lo frívolo. Dicen que es una técnica de lavado de cabezas pefeccionada durante el menemismo, donde la "pizza con champagne" y los escándaletes de alcoba ocultaban bajo la alfombra la enajenación del país. No sabemos cuál de las dos versiones se ajusta más a la realidad (¿quizás las dos combinadas?), pero en estos días, la maquinita mediática parece funcionar como en sus mejores épocas. Dos son los temas que desvelan a los medios argentinos. El primero es la historia del ex-estrella de rock Pipo Cipolatti, cuya ex-esposa se tiró desde un octavo piso. El casí ex-cantante ni siquiera fue al velorio y en su lime declaró que "ahora por fin voy a poder estar tranquilo con mis dos hijos". El escándalo, saltó a las pantallas de millones hogares; lo entrevistaron en cada programa de la tarde, junto a un ejército de ex-abogados, ex-psicólogos, ex-amigos, ex-amantes y ex-enemigos declarados. Los televidentes tomaron ese drama como propio a medida que se fueron agregando detalles escabrosos; hasta un canal de televisión pagó los derechos para trasmitir, en exclusiva, el velorio de la mujer suicida. En la otra mitad de la pantalla, sin necesidad de recurrir a tanto ex, se discute un problema menos banal y más preocupante; la quita de la deuda externa y las presiones del FMI. Se habla, en las tapas de los diarios, en las pantallas de televisión y en las revistas, nada mas y nada menos que del futuro de los argentinos. Pero si en su importancia son como el día y la noche, el tratamiento mediático de ambos temas es llamativamente similar. Para hacerlo los medios lanzan consignas emitidas desde la casa rosada, presentando al gobierno como el gran confrontador contra los organismos financieros y los temibles fondos buitres que carronearon las finanzas argentinas durante los últimos años. Como en toda banalización omiten el fondo del problema. Pocas veces se dice la verdad; que no hay batalla entre Lavagna Y el FMI, a pesar de que Página 12 lo presente como una pelea de box o una competencia de surf. Lo que hay es una negociación, para pagar una deuda que alcanzó a triplicar el default ruso, y que es imposible de pagar cualquier mortal. Ni el gobierno quiere romper con el FMI, al que le viene pagando puntualmente los vencimientos de la deuda sin plantear ninguna quita, ni el FMI quiere romper con la Argentina, porque su deuda representa el 16% del total de la que maneja el banco, y porque además de la crisis financiera que significaría para el Fondo, el ejemplo podría ser devastador para sus planes en toda la región. Tampoco se dice que está demostrado con cifras y millones de argumentos que la mayoría de la deuda externa es ilegítima, que fue contraída en base a corrupción y que sus números, siderales, no tienen nada que ver con la realidad. Presos de un realismo mágico, los medios presentan al discurso de Kirchner como a un "nuevo paradigma"; omitiendo que extrañamente es apoyado por Bush. Incluso los medios más derechistas se incomodan con el gobierno, y lanzan editoriales anunciando la posible "cubanización" de Argentina, como si un simple regateo con los tenedores bonos fuera una revolución. Los medios mas oficialistas y progresistas -que por estos días son sinónimo- han devenido en expertos en usar frases como "cerca del presidente susurran", o "una alta fuente que dialogó con este diario", o "Kirchner abrió un nuevo frente de batalla", han desarrollado la capacidad de meterse debajo de la piel y en la alcoba del poder, pagando -gustosos- el precio de hacerlo. Pero lo grave de la situación del país no es tanto lo que se banaliza, sino también lo que no se dice. Porque mientras se repite la consigna de Kirchner de "vivir con lo nuestro", nadie se detiene a mostrar que en realidad el significado es casi el opuesto; están trabajando para que otros vivan a costa de nuestro país. Algunos simples números, dispersos en en todos los rincones, sirven para hacer una lectura rápida de lo que esconde detrás de los fuegos de artificio de los medios de comunicación. En sector petrolero, el 70% de las empresas aumentará inversiones en el país en este año, superando 1.500 millones de dólares que se invirtieron durante el 2003. En ese período se perforaron 1.279 nuevos pozos, y se redujeron las reservas de gas, por segundo año consecutivo, en más de un 10%. La pasión por invertir tiene fuentes de inspiración; el modelo es la española Repsol YPF, que encabezó en el 2003 la lista de exportadores con 2.048 millones de dólares, acaparando el 7% del total de las ventas externas de Argentina. Detrás de Repsol, en el ranking de exportadores vienen tres norteamericanas focalizadas en la producción de soja: Cargill, con ventas por 1.905 millones de dólares y una participación del 6,5%; Bunge Argentina, con despachos por 1.235 millones (4,2 % del total), y Louis Dreyfus con 1.140 millones y 3,9 % de participación. No es de extrañar entonces que Cargill planee invertir 200 millones dólares para montar una nueva planta, con puerto incluido, con capacidad para procesar 13.000 toneladas diarias y duplicar así su producción. Argentina es el tercer productor mundial de soja después de Brasil y Estados Unidos. En materia de exportaciones, la soja y sus derivados son el 30% del total de lo vendido en el exterior por todas las industrias del país. Al calor de inmejorables condiciones impositivas y límites a las regalías, se espera que la inversión anual en el sector minero se sextuplique de 2003 a 2006.. La canadiense Barrick Gold Corporation, la segunda productora mundial de oro, está planeando invertir 435 millones de dólares en San Juan, para producir 530.000 onzas de oro por año durante 13 años y medio. También quieren avanzar en el proyecto Pascua-Lama, en la frontera entre Chile y Argentina, con una inversión de 1200 millones de dólares y una producción proyectada en 800.000 onzas al año. Incluso la canadiense Meridiam Gold, famosa por el rechazo que sufrió de la población, está pensando, a la luz de las nuevas reglas, retomar su proyecto de inversión en Esquel, donde ya puso 100 millones de dólares que, parece, no alcanzaron para convencer a la población de las bondades del cianuro. Pero no se trata simplemente de entregar las riquezas naturales a monopolios extranjeros. En estos tres sectores, las empresas buscan la rentabilidad rápida con bajos costos, y las consecuencias para el ambiente y las poblaciones son irreparables, tanto social como humanamente. Con la soja, las tierras se vuelven improductivas en cinco años o menos, y quedan envenenadas de por vida. Con la minería a cielo abierto, el veneno del cianuro es inmediato. Con las explotación indiscriminada de posos petroleros, el aprovechamiento de las reservas queda arruinado en mas de un 50%. Quién recuerda Sierra Grande, Cutral-Co o La Forestal, sabe de que estamos hablando. De lo que estamos hablando es que detrás de los discursos y la pirotecnia, de la recuperación económica y los nuevos modelos, se está profundinzando el proceso de entrega del país. Quizás tengamos que buscar un nuevo nombre para la actitud de los medios frente a esta realidad. ¿Como lo llamaremos cuando nos demos cuenta? ¿El cordero con yogurt?. seba...@riseup.net
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