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Cinco Pautas Para el ActivismoThe Oldest Soul, Mardi, Mai 13, 2003 - 12:23
Cynthia Peters
En el movimiento en contra de la guerra está teniendo lugar un hecho muy positivo... a saber, la gente está intentando relacionar estrechamente la guerra en el exterior con las luchas por el poder, los recursos y la libertad aquí mismo, en nuestros propios barrios... En el movimiento en contra de la guerra está teniendo lugar un hecho muy positivo... a saber, la gente está intentando relacionar estrechamente la guerra en el exterior con las luchas por el poder, los recursos y la libertad aquí mismo, en nuestros propios barrios. En el área de Boston, miembros de 'Unidos para la Justicia con Paz' (United for Justice with Peace), activistas locales que trabajan para parar los recortes del presupuesto estatal, y concejales progresistas de la ciudad están manteniendo reuniones informales para desarrollar estrategias sobre cómo trabajar juntos para beneficiarnos mutuamente y ampliar los esfuerzos conjuntos. Grupos de vecinos por la paz están forjando lazos institucionales con grupos de inquilinos y organizaciones de inmigrantes. En nuestro más reciente e importante encuentro por la paz se vio a trabajadores, jóvenes y representantes de diversas organizaciones realizando una serie de tareas por la justicia y la paz. Las relaciones y los lazos institucionales que crecen a partir de estos esfuerzos no son más que el principio de un movimiento por el cambio social de amplia base. Estos esfuerzos son básicos para nuestra capacidad de acabar no sólo con esta guerra, sino para desmantelar las instituciones que dan lugar a las guerras y que simultáneamente trabajan a múltiples niveles para concentrar poder y capacidad económica en las manos de unos pocos. Hablando desde mi experiencia al trabajar a niveles vecinales y regionales para conectar las muy distintas bolsas de activismo, ofrezco las siguientes cinco propuestas que creo podrían guiar útilmente nuestro activismo en este momento. 1 - Construir grupos vecinales En el área de Boston, Unidos para la Justicia con Paz (www.justicewithpeace.org) ha invertido una cantidad considerable de energía en poner en marcha y apoyar grupos de vecinos por la paz y la justicia. Estos grupos tienen una importancia crítica para el crecimiento de UJP (Unidos para la Justicia con Paz). Son el punto de partida para muchos activistas movilizados recientemente que probablemente no se aventurarían en un gran encuentro de curtidos activistas en el centro de la ciudad. Los encuentros se realizan en el barrio e incluyen caras familiares. Los encuentros, vigilias y foros presentan oportunidades para comunicarse con gente que conoces, gente que vive a tu lado, gente cuyos críos van a la escuela con tus críos. Tras el 11-9, cuando UJP empezó a tomar forma, había más o menos una docena de grupos comunitarios trabajando en barrios del área de Boston. Los representantes de estos grupos han venido manteniendo reuniones una vez al mes durante el pasado año y medio. Hemos patrocinado seminarios para aprender cosas, hemos organizado talleres y hemos visitado las reuniones de los demás para compartir recursos y organizar estrategias. Hay ahora más de cincuenta grupos - cada uno de ellos comprometido activamente en la construcción de sus bases, diseminando información y forjando coaliciones - todos a nivel de base. Debido a la guerra, el número de grupos está creciendo dramáticamente y lo mismo hace el número de gente en cada grupo. Gracias a los tempranos esfuerzos por parte de UJP para apoyar el desarrollo de grupos locales, ya está montada la infraestructura para que cada vez puedan formase más grupos y tener una red más amplia con la que conectarse. Creo que es una suposición acertada decir que este trabajo sería imposible si se intentara desde una organización central con base en Boston. Trabajando a nivel local, cada grupo tiene la oportunidad de explorar las relaciones con otras organizaciones de vecinos. Unos pocos ejemplos: En Jamaica Plain, el grupo por la paz y la justicia ha trabajado con City Life (una organización popular y de inmigrantes) en su campaña de recogida-de-fondos/limpieza-del-vecindario y en su marcha joven contra el militarismo. En Somerville, activistas por la paz han entablado diálogos con las comunidades de inmigrantes para comprender mejor cómo la "guerra contra el terrorismo" está afectando a sus libertades civiles. En Dorchester, activistas por la paz han iniciado una encuesta entre los grupos comunitarios para averiguar cómo les están afectando los recortes presupuestarios. Más que reclutar a la gente comprometida en luchas domésticas alejándolos de su trabajo y acercándolos al movimiento por la paz, estos grupos por la paz han encontrado maneras de apoyar a aquellos que trabajan en el frente doméstico. En el proceso, han aprendido un par de cosas sobre los retos a los que se enfrentan sus vecinos. Y no sólo eso, han encontrado un apasionado sentimiento en contra de la guerra entre los trabajadores y la gente de color - algo revelador para aquellos que pudieran pensar que la demografía anti-guerra es desproporcionadamente blanca y privilegiada. Al contrario de lo que uno oye a menudo, a la gente que está luchando contra el desahucio también le gustaría estar luchando contra la guerra. Pero no puede añadirse más trabajo logístico a sus ya sobrecargadas agendas. Un grupo local que se organiza contra la guerra y que ha entablado relaciones con los anti-desahucio es un añadido bien recibido en la comunidad. Ayuda a capturar la creciente energía en contra de la guerra, proporciona canales a la comunidad para expresar sus sentimientos anti-guerra. Y hace todo esto contribuyendo a la variedad de grupos disponibles a los activistas. Apoyar la organización descentralizada, con base vecinal, ayuda a dar a la gente una "casa" política, una manera de que su voz se escuche, una manera cómoda de causar un impacto, de aprender lecciones importantes sobre activismo, y una oportunidad para crear alianzas y generar un mejor entendimiento entre los diversos grupos locales 2 - Evitar las argumentaciones económicas En un esfuerzo por crear un movimiento por la paz y la justicia más diverso, a menudo oímos a activistas argumentar que tenemos que hablar a la gente sobre lo que "les importa". Para llegarles a los Afro- Americanos tenemos que condenar el racismo. Para llegar a los sindicalistas tenemos que hablar de recortes salariales. Para llegar a los pobres tenemos que hablar de la reforma de la seguridad social. Para llegar al "americano medio", tenemos que hablar de la atención médica, la escuela pública y la vivienda asequible. Pero este tipo de razonamientos mecanicistas son como poco paternalistas, y como mucho dañan nuestras opciones de construir un movimiento con una base amplia. Por supuesto que deberíamos hablar de racismo, recortes salariales y reformas en la seguridad social, pero la razón para hacer esto no es seducir a la gente para que se una a nosotros, sino por que sencillamente es lo correcto. El racismo, los recortes salariales y la reforma en las prestaciones sociales [AS1]son herramientas que utiliza el imperio para mantener a la población doméstica dócil y dividida. Son herramientas que hacen daño a la gente, causan miedo, y obstaculizan el potencial humano. Por todos los medios, trabajemos para librarnos de ellas. Y al hacerlo asegurémonos de que mostramos cómo estas herramientas domésticas ayudan a hacer posible que los Estados Unidos lleve a cabo sus pillajes en el extranjero, pero sin asumir que a la gente sólo le importa lo que le afecte directamente. En mi trabajo paso mucho tiempo hablando con trabajadores con salarios reducidos, y en el trabajo como activista paso mucho tiempo hablando con gente al azar en la calle. No creo haber oído decir ni a una sola persona que cuestionaban la guerra a causa de cuánto cuesta en dólares. Por supuesto, la gente cuestiona las prioridades de la administración: "¿por qué tiene que gastarse Bush tanto dinero en la guerra mientras mis hijos van a unos colegios ruinosos?" Pero si se oponen a la guerra es, por decirlo claramente, porque la guerra mata gente. Como dijo un trabajador de mi sindicato, "las guerras benefician a la gente que ya era rica y poderosa, y hacen daño a todos los demás" . Mi suposición es que la mayoría de los activistas dirían que su motivación para parar la guerra es el coste humano que seguramente se producirá. Estamos en contra de la guerra porque es inmoral e injusta. También creemos que es un uso insano de recursos... pero esto es así por que la guerra es un error (Si no pensáramos que la guerra es un error... no pensaríamos que los gastos en ella son un error. Y lo mismo se aplica a todo lo demás) ¿Por qué suponer que los demás, incluso aquellos que sobreviven al filo de la navaja, no se opondrán por motivos similares? No asumamos que otros piensan con el estómago mientras que a nosotros nos guía una conciencia altamente desarrollada. No asumamos que nosotros tenemos acceso al razonamiento moral mientras los demás sólo responden a problemas prosaicos 3 - Escucha. (No sólo hables) No te fíes de mi palabra. Sal ahí fuera y escucha tú mismo a la gente. Puedes seguir el principio activista de "hablar con la gente" y darle la vuelta. Intenta escuchar un rato. No puedes limitarte a ir a sitios web o a leer la literatura generada por el movimiento por la paz y la justicia, gran parte del cual reproduce las argumentaciones económicas. Debes meterte de verdad en conversaciones con gente y escuchar lo que dicen. Los tres agentes de policía con los que hablé hoy, que estaban en la esquina de la calle vigilando el tráfico, saltaron al principio con un montón de bravuconadas pro-guerra. Pero para el final de la conversación habíamos encontrado algún terreno en común. Curiosamente, se quejaban de que la ciudad no les daba horas extra para lidiar con todas las protestas anti-guerra. En vez de eso, el alcalde está reduciendo el número de agentes disponibles para el trabajo policial diario. Estos oficiales podrían haber relacionado los recortes presupuestarios con el esfuerzo militar y argumentar que el dinero de la guerra debería redirigirse a sus monederos, pero no presentaron este argumento por que consideran que la guerra es justa. Su posición a favor de la guerra es de tipo moral, basada en mala información según mi opinión, pero esto no hace su postura menos moral. De acuerdo con los periódicos que leían y la información a la que tenían acceso, los Estados Unidos hace lo correcto al librarse del demoníaco dictador Saddam Hussein, el cual aparentemente tiene la capacidad de vaciar el planeta con sus armas de destrucción masiva y su nefasto encubrimiento de terroristas anti-americanos Un agente me contó cómo fue herido por fuego amigo en Vietnam. Conocía bien el coste humano de la guerra, y para cuando hubo terminado su propio recital de los horrores que afrontó en Vietnam, parecía estar considerando la posibilidad de que no hubiéramos agotado completamente todas las alternativas a una invasión Escuchar ayuda a crear un espacio público en miniatura que no está tan encorsetado por los filtros de los medios de comunicación. Le da a la gente la oportunidad de oírse pensar, una propuesta radical en una cultura dominada por los valores corporativos. Pero quizás más importante, escuchar te da a ti, el activista anti-guerra, una oportunidad para cambiar algunos de los estereotipos que puedes tener. Bueno, si quieres. Desgraciadamente algunos no quieren. O eso parece. Nos aferramos a nociones clasistas, racistas y sexistas de que los "objetos" de nuestro activismo no están tan sumamente desarrollados en su forma de pensar. Ellos necesitan que nosotros pensemos por ellos y nosotros los necesitamos para ser los soldados de infantería, a los que tenemos que animar a la lucha con promesas de ganancias materiales personales. Al hacer esto, nos presentamos como la elite que-construye-el-mensaje, y hacemos que nuestro movimiento sea extremadamente repulsivo para la vasta mayoría de la gente, los cuales ya tienen bastantes jefes y sargentos en sus vidas, muchas gracias. 4 - Reconsiderar la desobediencia civil No sé lo que han hecho los activistas de otras partes del país, pero aquí en Boston hemos pasado muchas horas debatiendo el objeto de nuestro activismo. ¿Deberíamos ocupar el edificio federal del centro? ¿la fábrica de armas de Lynn? ¿El sitio de aprovisionamiento de comida militar de Natick? ¿Los centros de reclutamiento militar de cada barrio? ¿Deberíamos "morir" encima de los puentes, sentarnos en los cruces, o bloquear la delegación del gobierno? Como lista de preguntas no está mal, pero falta algo significativo. A saber: ¿qué estamos haciendo para movilizar a la gente, para proporcionar puntos de vista alternativos, y para traer a la gente a nuestras redes y organizaciones? La gente piensa en la guerra. La mayoría tiene principios decentes y esperanzas y sueños para ellos y sus comunidades. La mayoría de la gente quiere finales justos y decentes cuando se trata de política doméstica y exterior. Deberíamos encontrar maneras de implicarnos con tanta de esta gente como nos sea posible. Pongamos a todos los nuevos grupos de afinidad recién entrenados a turnarse recorriendo el metro en hora punta con folletos informativos y creativos sobre lo que está ocurriendo en Iraq. Pidamos a las bibliotecas locales que nos dejen la sala para hacer una charla sobre la guerra. Pongamos mesas con literatura frente a la oficina de correos. Preguntemos a las iglesias y sinagogas locales si podemos usar parte de su hora social tras el servicio para dar información alternativa a la disponible sobre la guerra. Averigüemos cómo planean luchar contra los recortes presupuestarios los otros grupos de base, y preguntemos si podemos ayudar. Hagamos acto de presencia en sus reuniones políticas y aprendamos sobre sus batallas. No es que tengamos que olvidarnos del edificio federal, o que dejemos de interponernos en el camino de "la vuelta a la normalidad" en nuestras ciudades. Estas acciones son importantes porque allanan el camino a las confrontaciones más amplias, menos militantes. Pero si estás dispuesto a pasar horas recibiendo entrenamiento para la desobediencia civil, y luego muchas horas más tumbado en las calles, sufriendo arrestos, sentado en la comisaría local y luego haciendo apariciones en el juzgado, también deberías estar dispuesto a pasar un número similar de horas llamando a puertas y haciendo la parte más substancial del trabajo de hacer crecer un movimiento 5 - Enfrentarse a la tensión Cada día lucho para mantener en mente los dos siguientes trozos de información: 1) los Estados Unidos y sus aliados "voluntarios" (¿o coaccionados?) están desencadenando la muerte y destrucción de civiles inocentes en una guerra injusta e ilegal, y 2) lo mejor, de hecho, lo único que yo puedo hacer es ir a una reunión. Será una reunión más o menos productiva. Planearemos acciones locales y nacionales. Pasaremos horas limando las diferencias, trabajando los detalles, y pidiendo a los ya ocupadísimos voluntarios que se encarguen de más trabajo. Esperaremos que la sabiduría colectiva de aquellos que están en la habitación nos conduzca a una organización efectiva y a buenas estrategias a largo, y corto, plazo. Y nos enfrentaremos a la tensión de ser testigos de cómo se desarrolla una crisis, y no tener otra opción más que hacer el lento y laborioso trabajo de construir un movimiento de masas lo bastante poderoso como para pararla. Puede que a veces nos sintamos sobrepasados y llenos de desesperación. Puede que la tensión nos parezca insoportable. ¿Cómo podemos sentir este nivel de ira y de alguna manera arreglárnoslas para canalizarla en actualizar los ficheros de datos, arrastrar la mesa con nuestros panfletos hasta la calle principal, y luego volver a organizar otra reunión? Pero deberíamos mantener la perspectiva. Lo que nosotros estamos pasando no tiene punto de comparación con la tensión de tener un misil de crucero apuntando a nuestras casas. La tensión a la que tenemos que enfrentarnos es manejable Podemos hacer lo que hay que hacer. ¡Seguir trabajando! |
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