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La ucronía del sistema representativo en Argentina, por Oscar Portela

oscar-portela, Lunes, Marzo 23, 2009 - 21:50

Oscar Portela

Observaciones a La Ücronía del Sistema Repúblicano en Argentina

por el Dr. Juan Archibaldo Lanús

Querido Oscar: Muy buen articulo. Es impecable tu analisis y tus argumentos.Al estado mafioso no se lo puede destruir solo con elecciones aunque triunfen los anti K.

Se trata de una estructura sólida y organizada :a) por los sindicatos con las obras sociales que les dio la Revolución Argentina, b )las provincias con poca población pero sobre representadas en el Congreso - merced a una reforma introducida por Lanusse y Mor Roig - que viven de la coparticipación y de las prebendas , c) los grupos empresarios que tienen contratos de concesión y obras públicas con el Estado que son la fuente del cohecho generalizado,y c) grupos de políticos movidos por la codicia y la ambición de poder sin proyecto alguno para el país . La mega corrupción está impune y la justicia garantiza la situación.

Todo esto se maneja desde un Poder Ejecutivo Hegemónico que actúa con pocos controles. La constitución de 1994 consolidó el sistema.

El país está paulatinamente decreciendo en su rango en el mundo. Carecemos de políticas con visión estratégica y la anomia ha pasado a ser la regla.

La literatura confirma el descenso y algunos escritores - como Samuelson o Abrams - nos consideran un caso perdido.-

Nos ha tocado vivir un momento malo de nuestra historia. Yo sin embargo he tratado de sacar lo mejor que pude de las circunstancias.

Estemos atentos a lo que va a pasar en los próximos meses. Es muy difícil anticipar.Deseando que estés muy bien te envío un abrazo, Juan Archibaldo Lanús. Ex Embajador Argentino en Ginebra y Francia.

Buenos Aires 21 de marzo del 2008.

LA UCRONÍA DEL SISTEMA REPÚBLICANO

a Susana Sechi

POR OSCAR PORTELA

Suponga usted “ciudadano” que después de junio la escribanía general del Ejecutivo pierda la mayoría: ¿que piensa que sucedería?

Le contesto: quedaría aún más al descubierto las precariedades del sistema representativo en manos de la partidocracia que se ha desmembrado absolutamente y nadie tendría la legitimidad de convertirse en soporte del sistema republicano, que ha dejado en Argentina de tener el poder de sostener algo así como un estado con cierta razonabilidad jurídica.

Otra vez el la nación enfrentaría el estado de la anarquía y el caos.

Quien creen en que quitándole al ejecutivo una mayoría parlamentaria Argentina encontraría nuevamente “la correcta vía repúblicana”, el progreso económico y la equidad social, pecan de ingenuidad.

Y además se hacen responsables de tratar de mantener el status quo político conseguido durante los veinticinco años de aparente democracia, en la cual triunfó siempre el criterio totalitario de utilizar leyes de excepcionalidad para manejar la cosa pública.

No cabe la menor duda de que nuestros tribunos – y sobre todo los “terus” del periodo kirchnerista, supieron convivir con los más avezados políticos argentinos de las últimas décadas:

Un gobierno montonero legitimado por la “demokracia” que convirtió la defensa de los “derechos humanos” en la forma más ubicua de re-escribir y reapropiarse de la historia Argentina.

Convivieron con esta mentira en un país colapsado institucionalmente, - y por lo tanto irrecuperable desde el punto de vista económico - esta era la meta que se propusieron los que gobiernan y sus socios – algunos solo por avaricia de los advenedizos de la política, que entregaron a sus representados y las autarquías provinciales en calidad de feudos y ellos de señores – y no de gleba – capaces de todas las rapacidades posibles.

El gobierno ha ganado la apuesta por goleada. La Argentina ha vuelto a la década del sesenta más débil y desculturalizada.

Con más exclusión – con la definitiva muerte de la clase media – y con socios dentro de la política internacional que no pasan de ser los torpes momios de una América Latina ya muerta : Fidel Castro y Chávez Frías, recuerdos quizá de cuando el gobierno de Campora exportaba automóviles a la feroz dictadura castrista.

Nunca un gobierno en la historia Argentina mintió tanto he hizo de la mendacidad un arma para convencer a sus enemigos que no adversarios: la señora Fernández presidenta en Ejercicio, dijo hace poco que a ella le encantaba debatir.

El debate implica moverse en un mundo de ideas y conceptos de los que ella carece y no pertenece a sus intereses políticos y personales.

Sus ministros y los miembros de su corte (los D`Elia, Moyano, Pérsico, de Petri) y los usuarios de los superpoderes en el “parlamento” como Rossi y Pichetto o sus Goebels al estilo de Randazzo, Scioli, etc, repiten diariamente el nuevo evangelio Argentino: en la historia de ésta nación existe un antes y un después del matrimonio kirchner.

Bien: tan responsable de esta situación son los nuevos sacerdotes de un imperio que no existe como la oposición a la que solo le interesa el magro pan de un poder que nació muerto, y que insiste en dar esperanzas a un pueblo que vive ya la oscuridad del abismo.

Hace poco la señora Fernández habló en la Biblioteca Nacional y debió recordar la gestión de Carlos Saúl Menem que la hizo posible en poco tiempo.

¿Son obras públicas o no?

Luego en el teatro de la ciudad de La Plata reconstruído durante el proceso de Reorganización Nacional -lo que debería convertirlo en nada- tampoco nadie recordó el infausto.

Sería lo mísmo que preguntarse durante que periódo se construyeron Atucha, Chocón, el Puente General Manuel Belgrano, y tanta otra obra pública que resisten el tiempo, y solo porque existe un antes y después del matrimonio imperial: Napoleón III y Eugenia de Montijo.

Hoy mayoría anti-oficialista o no mucho me temo que el pueblo continuará ausente y que solo quedará el recurso de la calle.

Oscar Portela

Oscar Portela
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